Apocalipsis 3:8 RVC
8 Yo sé todo lo que haces. Delante de ti he
puesto una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Aunque son pocas tus
fuerzas, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre.
La iglesia de Filadelfia (uno de los modelos
de iglesia que existen hoy) era una iglesia perseguida, pequeña y pobre; esto
queda bien expresado en la frase: “Aunque son pocas tus fuerzas”.
Esta es la misma realidad de muchas iglesias
hoy (que no conocemos porque no son precisamente las más famosas) y de
muchísimos creyentes fieles también: sin muchos recursos, peleando cada día por
subsistir, enfrentando problemas irresolubles sino por la intervención divina, y
además siendo perseguidos o al menos “dejados a un costado” de manera
políticamente correcta por las estructuras de sus mismas iglesias e incluso por
sus pastores, además de por las camarillas que rodean a los tales. Además,
claro, de tener que enfrentar la oposición del sistema mundo, directamente a
través de las personas o indirectamente a través de los muchos espíritus
demoníacos que traen infinidad de problemas a los fieles. Realmente, a veces
uno sabe ni de donde lo están golpeando!
Bueno, el panorama no es muy alentador. Pero
hay una palabra que no fue dada a ninguna de las otras iglesias de Apocalipsis
y que persisten en la actualidad: “Delante de ti he puesto una puerta abierta,
la cual nadie puede cerrar.” Esto se refiere principalmente, según entiendo, a
una puerta de ministerio, de servicio.
Resulta paradójico, porque estos cristianos e
iglesias tienen grandes dificultades para mantener sus ministerios (a
comparación de los más “exitosos”); y cualquiera podría pensar que si son tan
“débiles” resultaría muy fácil acabar con sus ministerios. Y de hecho lo es, si
no fuera por el pequeño detalle de que Jesucristo mismo está en el asunto.
Si esta es tu realidad, si la vida cristiana
más bien es para vos como estar agarrado a una tabla en medio de una tormenta
en el océano, pero NUNCA se te cierran las posibilidades de ministerio, o si se
cierran algunas el Señor enseguida abre otras; entonces debes tener mucho gozo
en tu corazón, porque hay OTRA PROMESA un poco más adelante:
Apocalipsis 3:10 RVC
10 Por cuanto has obedecido mi mandamiento de
ser perseverante, yo también te protegeré a la hora de la prueba, la cual
vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a cuantos habitan en la
tierra.
De nuevo hay aquí una promesa que no se hace
a las otras iglesias. Estos, los que han tenido que pasar por tantas
dificultades y luchas, y han perseverado en medio de ellas, no se van a quedar
en LA HORA DE PRUEBA que vendrá sobre todo el mundo, y creo que sabemos a lo
que se refiere. Aquellos que se mantuvieron en medio de las dificultades
actuales, no serán probados porque YA HAN SIDO APROBADOS.
Pero las otras iglesias / creyentes que,
teniendo más recursos y condiciones a su
favor (representadas por Tiatira, Sardis y Laodicea) no se esforzaron en
mantenerse fieles tal como el Señor lo requería, necesariamente deberán ser
probados para poder “aprobar”. Digamos que es lo que en la escuela llamaríamos
“recuperatorio” o en la Universidad, “recursar la materia”. Pero claro, la
materia que deberán recursar no se la recomiendo a nadie…
Lo bueno es que aún tenemos tiempo. Cuando se
oiga la voz: “¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” no habrá tiempo para ir
a buscar el aceite del Espíritu y encender de nuevo las lámparas; sólo los que
hayan estado alertas podrán terminar de aprestarse para el viaje.
¡Señor, que nosotros estemos entre ellos!
Danilo Sorti
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