domingo, 30 de julio de 2017

74. Mundos construidos con palabras

Salmos 12:1-4 DHH

1 Sálvanos, Señor, pues ya no hay creyentes fieles; ya no hay hombres sinceros.
2 Unos a otros se mienten; hablan con hipocresía y doble sentido.
3 Arranca, Señor, de raíz a los hipócritas y fanfarrones,
4 a los que dicen: tener boca nos basta; nuestra lengua nos defiende. ¿Quién se atreve a darnos órdenes?

Salmos 12:1-4 RVC
1 ¡Sálvanos, Señor, pues ya no hay gente piadosa! ¡Ya no hay en este mundo gente fiel!
2 Unos a otros se dicen mentiras; se hablan con labios zalameros e hipócritas.
3 Pero tú, Señor, destruirás todos esos labios; acabarás con toda lengua jactanciosa,
4 que dice: «Con nuestra lengua venceremos. Con los labios que tenemos, ¿quién puede dominarnos?»

Desde siempre la palabra ha sido una herramienta de dominación. Esto nación con la serpiente allá en el Edén, probablemente se estableció firmemente con el primer imperio (en Babel) y no dejó de perfeccionarse hasta nuestros días.

Ya llevo unos años sobre esta tierra (mis hijos dirían que muchos, pero yo no creo que sean tantos…) y me atrevería a decir que en las últimas décadas hemos visto un enorme crecimiento de la habilidad (satánica) de manipular con la palabra y de construir mundos con ella. Y si no, prestemos atención a las campañas políticas.

Pero no me sorprende tanto que los poderosos de este mundo se perfeccionen en su habilidad para engañar, ¡sino en que tienen resultado! En situaciones que pasaron hace relativamente poco tiempo en mi país, vi como gente de años, con mucha experiencia de vida y de conocimiento político, aceptaba fácilmente un mensaje que evidentemente no podía ser real. Aún muchos cristianos se metieron de lleno en esa “guerra de palabras”.

Alguno diría que estas cuestiones “políticas” finalmente no tienen mucho que ver con la vida espiritual personal del creyente, pero yo no estoy de acuerdo con esa afirmación; más bien todo lo contrario, aunque no voy a hablar de eso aquí.

2 Tesalonicenses 2:11-12 RVC
11 Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean a la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que, lejos de creer a la verdad, se deleitaron en la injusticia.

Lo cierto es que tal crecimiento exponencial de la habilidad para engañar con la palabra no es más que algo permitido por el Señor y que no va a dejar de sorprendernos a los hijos de Dios: personas que se muestran tan analíticas y críticas, tan capaces de “desmenuzar” todo argumento (que le presentemos para que crean en el Señor, claro) seguirán como hipnotizadas (embrujadas, mejor dicho) los cantos de sirena de los poderosos de turno… hasta que llegue el turno del Anticristo.

El problema es que muchos de los creyentes (o que al menos se llaman así) también fácilmente sucumben ante esa manipulación. Es más, ¡“el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer”!

Hermanos, necesitamos hoy más que nunca el discernimiento del Espíritu para no caer presa de los tremendos espíritus de manipulación a través de las palabras que se han soltado en este mundo; creo yo, como nunca antes. La buena noticia es que dicho discernimiento está perfectamente disponible para el que lo busque de corazón.

¡Señor, abre nuestros ojos y nuestros oídos para no ser engañados! ¡Señor, libera a nuestros hermanos de todo engaño!


Danilo Sorti




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