jueves, 20 de julio de 2017

61. Una parábola para este tiempo

Mateo 25:6-10 RVC
6  A la medianoche se oyó gritar: “¡Aquí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”
7  Todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8  Entonces las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.”
9  Pero las prudentes les respondieron: “A fin de que no nos falte a nosotras ni a ustedes, vayan a los que venden, y compren para ustedes mismas.”
10  Pero mientras ellas fueron a comprar, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta.


Quizás esta sea una de las relativamente pocas profecías para este período de tiempo específico (aunque haya muchas que tengan un cumplimiento parcial) y el mensaje que tiene es bastante claro.

Una predicación del hermano José García Tomas me hizo entender una verdad evidente de esta parábola: sabremos cuándo esté por llegar Cristo, poco tiempo antes lo sabremos. De hecho hoy y ahora la expectativa de Su regreso está creciendo, según me parece, en todos los cristianos fieles; eso no es simplemente una “sensación de este tiempo”, motivada por la crisis mundial; hay un clamor que está viniendo del Espíritu.

Cuando la venida sea inminente todos lo sabremos. El problema será si Cristo podrá “vernos” como para llevarnos. Me explico. El aceite de las lámparas representa al Espíritu Santo, como sabemos; en medio de la oscuridad de la noche, en el momento más oscuro, debían tener sus lámpara encendidas para ir a recibir al novio.

Todas se durmieron, es decir, todos pasaron por el momento de la prueba y la distracción, todos, en algún momento, se desviaron del camino; digo, ¡todos nosotros! Pero hubo una diferencia: algunos procuraron tener más del Espíritu, estuvieron más dispuestos a escuchar Su voz, a alimentarse de Su Palabra; y ellos pudieron “recomponer sus lámparas” rápidamente y hacer así que su luz brille. Pero no les sobró nada; cada uno debía tener su propio aceite.

Claramente es la realidad de la iglesia hoy y me gustaría dar alguna solución de último momento para ser llevados a las Bodas del Cordero, pero no la tengo. El mundo está entrando en la noche más oscura de su historia; si creemos que ahora está “oscuro” mucho más lo estará en el tiempo que viene. No tenemos más alternativa que mantenernos con nuestros depósitos de aceite llenos, ahora, no mañana, no pasado. El tiempo es breve pero aún tenemos un poco. ¡No desechemos la advertencia del Espíritu en Su Palabra por nuestros enredados razonamientos!

Señor, no dejes que nuestros depósitos se vacíen de Tu Aceite.


Danilo Sorti




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