miércoles, 19 de julio de 2017

60. Raíz de todos los males es el amor al dinero… ¿me lo dicen a mí?

1 Timoteo 6:10 RVC
10  porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual algunos, por codiciarlo, se extraviaron de la fe y acabaron por experimentar muchos dolores.

Este pasaje suele ser muy mal interpretado. Normalmente leemos en el versículo anterior: “los que quieren enriquecerse…” y terminamos aplicando esta advertencia solamente a los “ricos”.

Lo cierto es que muchísimo más común entre los “pobres” de lo que parece. Normalmente pensamos que “amar al dinero” significa “tener mucho dinero”, pero la Biblia no dice eso y no hay razón por la que deba ser necesariamente así. Amar al dinero significa, simplemente, ponerlo en un lugar más alto de lo que se debe.

Y ésa es la raíz de infinidad de problemas: crisis matrimoniales cuando no se alcanza el nivel de vida esperado, traiciones entre amigos, descuido de la propia salud (física y espiritual) por el trabajo, compromiso con negocios no del todo correctos (¡o decididamente incorrectos!) y un largo etcétera de actividades y actitudes que involucran la mayor parte de la vida de las personas. Y si algo ocupa la mayor parte de tu tiempo útil, ¡eso es TU dios!

Cuando se vive con lo justo o incluso menos, el amor al dinero se esconde muy fácilmente detrás del justo deseo de bendición y provisión para suplir las necesidades, por lo que nos resulta muy fácil autojustificarnos. Verdaderamente se necesita discernimiento espiritual y MUCHA humildad de parte nuestra para escuchar la voz del Espíritu en este aspecto.

Luego, el Amor al dinero unido a Pobreza llama a su amigo, Autocompasión; y juntos los tres forman un equipo inexpugnable. Cuando el Espíritu te dice: “Puedo bendecirte”, Pobreza dice: “No, nunca tuviste bendición y por ello nunca la tendrás”. Cuando el Espíritu dice: “Esfuérzate que voy a multiplicar tu trabajo”, Autocompasión dice: “No puedo, ¡me esfuerzo tanto cada día!, ya no tengo más fuerzas para lograr nada”. Cuando el Espíritu dice: “Siembra tiempo, dinero, esfuerzo, para que pueda aplicar la ley de la siembra y la cosecha en ti”, Amor al dinero dice: “¿estás loco? Ni siquiera tengo lo suficiente, ¿cómo voy a dar? ¡No tengo para dar!”. Y así los tres se ayudan uno al otro para mantenernos en la pobreza.

Bueno, de más está decir a esta altura que uno de los firmes propósitos para este nuevo período es que el Señor saque a luz el amor al dinero escondido en cada uno de nosotros y desarme esa trilogía satánica que nos mantiene en pobreza.

¡Espíritu Santo, abrimos nuestros corazones para que los limpies!


Danilo Sorti




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