miércoles, 3 de octubre de 2018

585. ¿De dónde sale tanto predicador de Internet? Será que no tienen iglesia…


Hace un tiempo atrás leí un comentario parecido al título de este artículo y me pareció interesante hablar un poco sobre él. Bueno, para ser sincero, uno lee tantas cosas en las redes que ni siquiera valen el tiempo que le dedica a leerlas… pero a veces hay planteos interesantes, por más que sean hechos en tono de burla.

Entonces, ¿de dónde salen todos estos predicadores de Internet? ¿Acaso no tienen lugar en sus iglesias, no hay gente que los escuche, y por eso se van a las redes? La respuesta es: ¡¡¡SÍ!!! ¿Cuál es el problema con eso…?

Pero veámoslo más detenidamente, ¿en qué consiste la variada fauna teológica de las páginas cristianas de Internet?

Por un lado tenemos a los predicadores “reconocidos”, con iglesias y ministerios establecidos. No soy un experto en el asunto, diría que hay para todos los gustos, pero se pueden encontrar muchas cosas interesantes de ministerios que suben sus mensajes a las redes. Sin embargo, cuando ya tienen iglesias armadas y ministerios desarrollados, no es tan común que le dediquen mucho tiempo a las redes, cosa que normalmente hace alguna otra persona del ministerio, o bien las predicaciones quedan circunscriptas a una página oficial.

Pero también tenemos a los “Oseas” de las redes. ¿Quién era Oseas? Un profeta del Antiguo Testamento, a quien Dios le da una comisión por demás de extraña: que se case con una mujer de dudosa reputación, que luego le trajo más de un problema.

Oseas 1:2 RVC

2 La palabra del Señor vino a Oseas por primera vez, y le dijo: «Ve y toma por mujer a una prostituta, y ten con ella hijos de una prostituta, porque la tierra se ha prostituido. Se ha apartado del Señor.»

Decididamente, no admitiríamos a un ministro con ese prontuario familiar en nuestras iglesias, ¡mucho menos que haya elegido a una mujerzuela para casarse! Así que Oseas no tendría un púlpito en nuestras iglesias, más vale que se vaya a Internet…. Y entonces en las redes encontramos gente con familias e historias familiares que las descalifican para subirse a un púlpito, sin embargo, Oseas recibió una revelación del amor de Dios que se anticipó a la revelación neotestamentaria; el pueblo de Israel todavía debería esperar más de 700 años para volver a escuchar lo que Oseas enseñó.

Otra que no tendría lugar en nuestras iglesias y que deberíamos confinar a las redes es a la samaritana que se encontró con Jesús:

Juan 4:17-18 RVC
17 La mujer le dijo: «No tengo marido.» Jesús le dijo: «Haces bien en decir que no tienes marido,
18 porque ya has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Esto que has dicho es verdad.»

Bueno, no seamos tan duros, la mujer se convirtió de verdad, así que, digamos, en algunos años podríamos darle un púlpito para predicar. Sin embargo, minutos después de su encuentro se convirtió en la evangelista de toda una ciudad; sin hacer ningún seminario, sin cambiar siquiera su ropa y sin que nadie pudiera ver todavía un cambio real y duradero de vida. Aquí tenemos otra a quién confinaríamos a las redes, porque todavía le falta bastante tiempo para subir a un púlpito.

Y sigamos con los problemas familiares:

2 Samuel 12:9 RVC
9 ¿Por qué menospreciaste la palabra del Señor, y actuaste mal delante de sus ojos? Al hitita Urías lo mataste por medio de la espada de los amonitas, para quedarte con su mujer.

La verdad es que David fue un siervo de Dios excelente, pero cayó en pecado, y bueno, ya está, que se restaure en la última fila de la iglesia y a lo mejor le damos un lugar para predicar, digamos, en unos 10 años… Pero David, habiéndose arrepentido, nos dejó palabras valiosísimas para nuestros propios errores, y el no menos maravilloso Salmo 51, que ha sido de restauración para tantas generaciones de cristianos. De todas formas, nosotros lo dejaríamos para las redes, no sea cosa que su historia lasciva nos contamine la congregación…

Hay un desconocido que aparece en los Evangelios que tampoco tendría lugar en nuestras congregaciones y no le quedaría más remedio que ir a Internet, y por si fuera poco, anda en cosas “extrañas”….

Marcos 9:38 RVC
38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.»

Ese es uno de los tantos “llaneros solitarios”, que nunca se han podido sujetar a una estructura denominacional, que no saben trabajar en equipo, que no han tenido la suficiente paciencia como para crecer dentro de una iglesia. Claro, el Maestro no pensaba exactamente lo mismo que ellos…

Marcos 9:39-41 RVC
39 Pero Jesús les dijo: «No se lo prohíban, porque nadie puede hacer un milagro en mi nombre, y luego hablar mal de mí.
40 El que no está contra nosotros, está a favor de nosotros.
41 De cierto les digo que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre, por ser ustedes de Cristo, no perderá su recompensa.

¡Caramba! ¿Así que el Señor tenía a Su equipo secreto que no conocíamos? Pero claro, como no lo conocemos, más vale que predique un buen tiempo en Internet y después vemos si lo invitamos algún viernes para la reunión de jóvenes…

¡Claro! ¡Me estaba olvidando! Hay tantos profetas del desastre hoy por las redes, la mayoría ni sabe hablar bien, sinceramente, no creo que la mayoría de ellos haya terminado la escuela media. Además, siempre atemorizando a la gente y mandándoles a guardar comida y a predicar todo el día, ¡nos distraen a los hermanos de los programas del ministerio! Esos son como Jeremías, siempre anunciando catástrofes. Pero, ¿qué leemos en los Evangelios?

Mateo 16:13-14 RVC
13 Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?»
14 Ellos dijeron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que es Elías; y otros, que es Jeremías o alguno de los profetas.»

Bueno, por lo visto Jesús no era tan diferente a Jeremías en cuanto lo compararon con él, además de que escribió uno de los libros proféticos más largos. Pero no tendría lugar en nuestros púlpitos, a lo sumo lo confinamos a una reunión de oración, y sino, a las redes…

“¿Y qué más puedo decir? Tiempo me faltaría para hablar de…” Parafraseando las palabras de Pablo en Hebreos, realmente no nos quedamos casi con nadie que tenga las suficientes “credenciales” como para predicar en nuestros púlpitos, así que todos terminarían como “predicadorcitos de Internet”.

¡Momento! ¿Y Jesús? ¡Qué mensaje, qué poder, qué palabras de sabiduría…! Sí, pero, ¿ya se olvidan de lo que hizo una vez?

Juan 6:66-67 RVC
66 A partir de entonces muchos de sus discípulos dejaron de seguirlo, y ya no andaban con él.
67 Entonces, Jesús dijo a los doce: «¿También ustedes quieren irse?»

Ese tal Jesús es un peligro, un día te llena la iglesia y al otro día literalmente te echa a la gente… Por las dudas, más vale que se quede predicando en las redes…

Bueno, es claro que todo esto se trata de una ironía, que a veces se parece demasiado a la realidad. Por supuesto no todas las iglesias son así, no todos los ministerios son así, y en las redes encontramos también unos cuantos lobos rapaces. Pero déjenme decirles una cosa: es más difícil que un falso predicador tenga éxito en Internet a que lo tenga en una congregación.

Por supuesto que hay muchos mensajes desviados anunciándose en las redes, todos los días aparece uno nuevo, eso no pasa en una congregación. Pero las redes, por su misma lógica descentralizada y de relativo anonimato, tienen un gran potencial para detectar y anular a esos tales, ¡y eso no pasa en las iglesias!

En una congregación, en el ámbito de un culto o de la vida de iglesia, resulta más fácil que un lobo rapaz lo suficientemente astuto se meta, engañe a los hermanos y se haga con el control de la iglesia. Luego, como la mayoría de la gente se queda por diversas razones, terminan sosteniendo con sus ofrendas y su trabajo voluntario al tal tránsfuga. Estoy pensando en lo que les pasó a unos familiares de Uruguay, aunque la historia se podría repetir por todo el mundo.

Pero en las redes, ¿cómo hace para conseguir dinero? ¿qué “poder” puede lograr? Es muy difícil. Además, inevitablemente tendrá un montón de cristianos conocedores de la Palabra que lo expondrán en seguida (cosa que no suele pasar en las iglesias). Las redes pueden ser un medio muy “ingrato” para un predicador: uno pude hablar durante años y saber muy poco de lo que sus palabras produjeron, a diferencia de lo que pasa en una congregación en donde, si es lo suficientemente grande, inevitablemente habrá unos cuantos hermanos que lo felicitarán por la palabra. Los lobos rapaces que necesitan la respuesta de la gente para acrecentar su ego no lo encuentran tan fácil en Internet.

Hay cristianos que critican a los predicadores de las redes pensando que son todos desviados y mentirosos. Es cierto que uno encuentra diversas desviaciones doctrinales, la mayoría producto de la falta de conocimiento o madurez, pero lo mismo ocurre en las iglesias. Si uno busca un poco puede encontrar realmente testimonios y mensajes muy ungidos en las redes, muchos de ellos que prácticamente nunca se predicarían desde un púlpito.

No todo lo que vemos en las redes es genuino, pero tampoco es todo falso. Lo que es realmente falso y pernicioso (e intencionado, claro) es echar un “manto de duda” sobre las redes. Como todo, requieren de descernimiento espiritual.


Danilo Sorti




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