miércoles, 3 de octubre de 2018

586. Llevemos la guerra hacia la Biblia


Hebreos 4:12-13 RVC
12 La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13 Nada de lo que Dios creó puede esconderse de él, sino que todas las cosas quedan al desnudo y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas.


Estamos entrando claramente en un nuevo nivel de confrontación espiritual. En cierto sentido no es nada nuevo:

Mateo 11:12 DHH
12 que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él.

La guerra espiritual empezó en el Huerto y nunca terminó, lo verdaderamente extraño a lo largo de la historia son los tiempos y lugares en donde el pueblo de Dios haya tenido paz. Pero cada tanto ha ocurrido, digamos una relativa paz, o por lo menos una persecución no tan manifiesta. Podríamos decir que ese ha sido el caso en Latinoamérica en las últimas décadas, al menos en sentido general. Sin embargo, un nuevo enemigo se ha declarado abiertamente a partir de la confrontación por el aborto en Argentina. No nuevo porque ya no estuviera, sino nuevo en el sentido de que públicamente hizo expresa su agenda de acabar con los valores cristianos en la sociedad y con la iglesia a continuación. Nada que no supiéramos, pero algo que se mantenía políticamente “oculto”. Ya no pudieron ocultarlo más.

Eso es maravilloso, todas las veces que algún poder se ha levantado contra la Iglesia de Cristo inevitablemente terminó siendo conquistado por ella, pero debemos tener algunas cosas en claro respecto de la lucha que ha cobrado nuevas fuerzas de mano de un enemigo “nuevo”.

Las confrontaciones que estamos teniendo y que tendremos presentan múltiples facetas. Finalmente no se trata de una guerra “ellos contra nosotros”, recordemos que Dios no puede tener “enemigos”, porque nadie está en Su mismo nivel, la guerra es entre reinos en la Tierra, pero al pelear contra la Iglesia en realidad están intentando pelear contra Dios, y por eso nosotros debemos aprovechar todas las oportunidades que se presenten para presentar la Palabra de ese mismo Dios a los incrédulos, ¡no para justificarnos a nosotros mismos!

Hermanos, lo que generará este conflicto son muchas oportunidades de encuentros que debemos aprovechar sabiamente. Nuestro tiempo aquí es corto, sabemos que contamos con la protección divina si permanecemos fieles, solo si el Señor lo permite sufriremos alguna pérdida, pero redundará en mayor gloria; no estamos temiendo por nosotros ya que pronto partiremos, estamos peleando por esta generación que se está levantando y contra la cual Satanás está terriblemente enojado (y ya sabemos por qué) y estamos peleando para que algunas de esa almas profundamente engañadas encuentre la luz del Evangelio. ESA ES nuestra verdadera lucha; la izquierdista ideología de género es el escenario actual de la confrontación de los siglos.

Como siempre, nuestra primera arma sigue siendo la manifestación de la gloria de Dios a través de un carácter transformado:

1 Pedro 2:12 RVC
12 Mantengan una buena conducta entre los no creyentes para que, aunque los acusen de malhechores, al ver las buenas obras de ustedes glorifiquen a Dios el día que él nos visite.

No voy a hablar aquí de la oración ni de la guerra espiritual, aspectos que solemos descuidar mucho, sino que quiero enfocarme en el “encuentro” con nuestros “enemigos”, ¿hacia dónde vamos? ¿Cómo llevamos la conversación?

De nuevo, tampoco pretendo dar una fórmula que no tengo, pero sí dejar una sugerencia: dado que la verdadera confrontación no está en la ideología de género sino en el hecho de la “existencia” de Dios, puede ser interesante llevar al contrincante a ese punto, y dentro de eso a algo bien “concreto”: la Biblia.

Dios se ha dado a conocer a través de la Palabra, la Biblia es un libro único, con una historia única, y es esa palabra la que tiene el poder de Dios, ¡no mis razonamientos humanos ni las bonitas frases de los predicadores o apóstoles modernos! Son las simples palabras de la Biblia las que cambian generaciones.

Repito, no quiero decir que una estrategia de llevar rápidamente a las personas a una confrontación con la Biblia sea necesariamente la mejor siempre, pero no la subestimaría. La realidad es que la mayoría de los progresistas que se burlan de la Biblia no conocen casi nada de ella, a lo sumo algunos pocos relatos de alguna catequesis que hayan recibido en su infancia, por lo que un punto interesante es llevarlos a la confrontación de su propia hipocresía al burlarse de un libro que no conocen.

Pero por otra parte, como leímos más arriba, es de la Biblia que se dice que es “viva y eficaz”, esta palabra “viva” tiene mucho uso en el Nuevo Testamento, y alude a lo que nosotros podríamos entender por “vivo”, en un sentido amplio. No es letra muerta, no produce muerte o sequedad espiritual, como sí los mandamientos, sino que siendo vida, produce vida y está viva, lo que significa que tiene capacidad para moverse, penetrar, hablar, interpelar, actuar. “Eficaz” se relaciona con el concepto de energía, algo activo, operativo, poderoso; que da resultado, que puede lograr cosas venciendo resistencias.

“Más cortante que las espadas de dos filos”, el arma más letal que podía haber en una lucha cuerpo a cuerpo: todo lo atraviesa, llega a lo más profundo, expone lo más hondo del ser humano, toda intención oculta, todo pensamiento oculto, aún las cosas que la misma persona no sabe de sí.

¿Es lo mismo la Biblia que la Palabra de Dios? Bueno, la Biblia ES la Palabra de Dios, pero también necesita “hacerse viva” a través de su proclamación ungida, esto es, una espada no se puede usar de cualquier forma, ni un luchador ejecuta cualquier movimiento con una espada, sino determinados y precisos. Debe usarse bien, debe conocerse, y debe uno estar lleno del mismo Espíritu que la escribió.

Si tenemos en nuestras manos algo tan poderoso, ¿vamos a usar cualquier cosa menor en la confrontación espiritual, sea esta o sea cualquiera? Dado que el progresismo ridiculiza en extremo a la Biblia, nos sentimos tentados a usar otra arma, pero ahí está el engaño: no olvidemos que la ridiculización es la mejor herramienta que tiene el Adversario para llevarnos a competir en su terreno, pero la ridiculización en realidad esconde ignorancia y falta de argumentos. La ridiculización es un ataque directo a nuestro orgullo, y como no queremos parecer “ignorantes” por usar un “libro de cuentos”, usamos otros argumentos. El asunto es: ¿acaso el tal progresista tiene la autoridad para decir cuán ridículo soy yo o no? ¿por qué debo hacer caso a sus argumentos?

No importa lo que diga el Adversario, Dios nos ha dejado Su Palabra que tiene todo Su poder en esta Tierra, y, con sabiduría y bajo la guía del Espíritu, debemos usarla A PESAR DE las ridiculizaciones de los que en realidad no saben de qué están hablando. Claro, ¡yo tengo que conocerla lo suficientemente bien!

Puede ser difícil discutir argumentos filosóficos sobre la existencia de Dios y la mayoría de los progresistas no podrían entenderlos de todas formas, pero la Biblia es algo concreto e histórico, mucho más fácil de entender y de presentar. Conozcámosla y usémosla.



Danilo Sorti




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