jueves, 25 de octubre de 2018

623. Santiago: la pobreza y la riqueza – II, ¿qué es ser rico, quiénes son los ricos?


Santiago 1:9-10 RVC
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado;
10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo:

La relación entre ricos y pobres es el tema central de Santiago. Suponemos que sabemos de qué estamos hablando, pero hay unos cuantos matices que requieren más explicación. Cuidado, no quiero oscurecer lo que está por demás de claro en Santiago: los ricos son los que tienen más dinero, poder e influencia, mientras los pobres carecen de ello. Pretender “dar vuelta” ese significado es una perversión. Pero sí podemos ahondar en él: ¿en qué consiste la riqueza? ¿rico en qué? ¿es solamente dinero? Y si es dinero, ¿cómo llega, por qué? ¿Podemos tener alguna riqueza que no sea exactamente dinero, o al menos no en el presente? Y lo más importante, ¿cuáles son las riquezas espirituales?

Santiago hace un contraste entre riquezas materiales y espirituales, analiza ambos estados contables, qué cuentas van al debe, cuáles al haber y cuál será el estado contable que el Contador Máximo mirará al final. Santiago es el auditor interno que nos exhorta a equilibrar nuestros balances…. espirituales.

¿Qué es la riqueza? ¿Es solo dinero? Es sabido que los que ganan la lotería o reciben mucho dinero de golpe normalmente terminan viviendo igual o casi igual que antes al cabo de algunos años; sencillamente el dinero “se va”. Ser rico no es igual a tener mucho dinero, la realidad es que ser rico parte de una forma de pensar distinta y de otro tipo de riqueza, que es la que al final generará dinero.

Todos conocemos esos libros de ayuda financiera sobre cómo hacerse rico, cómo pensar como un rico, como crecer en los negocios y un larguísimo etcétera. Por supuesto que son en sí mismos un producto comercial para ser vendido, pero si uno los limpia de sus exageraciones, hay un núcleo de verdad, no toda, pero sí verdad al fin. Ser rico no es fácil y requiere habilidades especiales, aunque en la mayoría de los casos hay una parte importante de esa “fortuna” que se hereda.

Antes de caer en los lugares comunes de “exaltación de la pobreza” de muchos cristianos y “desprecio de los ricos”, inspirado más bien en la doctrina marxista que en la verdad bíblica, veamos un poco más en qué consiste la riqueza y ser “rico”. Debemos ser justos en el juicio y no repetir lo que dice el mundo pero “cristianizado”. Por supuesto que no estoy de acuerdo con la perversión que significa el evangelio de la prosperidad, pero esa desviación nació de algo genuino que fue el movimiento de fe, que a su vez nace para equilibrar la “exaltación de la pobreza” que existía en los ambientes evangélicos. Veremos que Santiago no “exalta” la pobreza, simplemente deja ver su riqueza espiritual, pero volvamos al tema de las riquezas materiales.

La verdadera riqueza no consiste en poseer dinero, sino en poseer capital más la habilidad para hacerlo producir. ¿Qué es capital? La definición más general y útil lo refiere como todo bien, material o inmaterial, durable que puede generar dinero. Capital son las propiedades que pueden alquilarse, las máquinas que pueden ponerse a trabajar, los campos que pueden producir, los árboles frutales, el ganado, y otros bienes durables. Pero hay un capital intangible que es tanto o más importante que aquél: el conocimiento y las habilidades personales, la salud, y algo muy importante, el capital social. La definición de capital social es bastante larga, pero para resumir digamos que son las relaciones de buena voluntad que una persona recibe; esto es, cuánta gente está dispuesta a ayudarla, a hacer negocios con ella, a darle un trato preferencial, a prestarle cosas o dinero con buenas condiciones, a confiar en ella. Hoy se considera que la clave de la riqueza o la pobreza de las personas es principalmente su capital social y en qué redes está depositado, es decir, cuántos recursos tienen las personas que manifiestan buena voluntad hacia ella. Hacer dinero no es sólo cuestión de habilidad personal, es primeramente capacidad para convencer a otras personas y armar redes.

Por supuesto, hay algo que es tanto o más importante que todo lo anterior y que está expresado muy claramente en proverbios:

Proverbios 19:14 RVC
14 Casa y riquezas, herencia paterna; mujer prudente, herencia del Señor.

Para la mayoría de las personas, la riqueza es algo que le ha sido heredado, al menos en parte. Pocos son los que se hacen ricos “de la nada”, y de ellos, la mayoría ha tenido que hacer acuerdos estrechos con los poderes que dominan este mundo.

Mantener las riquezas y acrecentarlas implica mucho autodominio y habilidades especiales. La izquierda nos ha enseñado a pensar que el rico es un vil explotador del pobre y honesto trabajador, pero la realidad es más compleja que eso, y antes de entrar de lleno en las exhortaciones de Santiago, que son duras por cierto, tratemos de despojarnos de esos conceptos. NUNCA nos olvidemos que muchos de los personajes importantes de la Biblia fueron ricos, algunos extremadamente ricos: Job, Abraham, José, David, etcétera. Santiago es una carta dirigida a cristianos que probablemente eran de origen hebreo, pero aunque no lo fueran, tenían bien presente  las historias del Antiguo Testamento, por lo que no había en ellos ninguna exaltación a la pobreza, más bien, y precisamente por tener tan presentes los ejemplos veterotestamentarios, un exceso de valoración de la riqueza material.

¿Qué dice la carta del poseedor de riquezas, del “rico”?

Santiago 1:9-11 RVC
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado;
10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo:
11 en cuanto sale el sol, quemándolo todo con su calor, la hierba se marchita y su flor se cae, con lo que su hermosa apariencia se desvanece. Así también se desvanecerá el rico en todas sus empresas.

Ser rico implica ser exaltado, reconocido, valorado. Implica tener la capacidad para desarrollar y conducir emprendimientos. Pero también implica un riesgo: malos negocios, cambios en las condiciones externas y ¡chau dinero!

Santiago 2:2-3 RVC
2 Puede darse el caso de que al lugar donde ustedes se reúnen llegue alguien vestido con ropa elegante y con anillos de oro, y llegue también un pobre vestido con ropa andrajosa.
3 Si ustedes reciben gustosos al que viste la ropa elegante, y le dicen: «Venga usted, siéntese aquí, que es un buen lugar», pero al pobre le dicen: «Tú, quédate allá de pie, o siéntate en el suelo»,

Ser rico implica tener acceso a bienes suntuarios, es decir, más costos de lo que sería necesario. Entre paréntesis digamos que hubo un tiempo en mi país en que a los desodorantes de los consideró bienes suntuarios…

Ser rico implica ser apreciado por los demás mientras que al pobre se lo menosprecia. Implica acceder a lugares y posiciones de privilegio, tal como dice el texto. Recibir un trato preferencial.

Santiago 2:6-7 RVC
6 ¡Pero ustedes han despreciado a los pobres! ¿Acaso no son los ricos quienes los explotan a ustedes, y quienes los llevan ante los tribunales?
7 ¿Acaso no son ellos los que blasfeman contra el precioso nombre que fue invocado sobre ustedes?

Los ricos tienen la posición legal para conseguir beneficios abusivos en las relaciones laborales, y tienen el acceso al sistema de justicia de manera preferencial. Además, son los que pueden hacer oír su voz fácilmente.

Santiago 2:9 RVC
9 pero si ustedes hacen diferencia entre una persona y otra, cometen un pecado y son culpables ante la ley.

Los ricos, debido a su “capital social”, reciben un trato preferencial.

Santiago 2:16 RVC
16 y alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso?

Los ricos tienen una gran capacidad para manejar el lenguaje y manipular a la gente con ello.

Santiago 4:1-4 RVC
1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?
2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden;
3 y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.
4 ¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

Nadie es rico si no tiene una fuerte motivación interna para hacer negocios y ganar dinero. En este ejemplo, estos ricos lo desean para sus deseos, pero no necesariamente es así.

Los ricos que lo son de acuerdo al sistema de este mundo (es decir, no por la bendición del Señor) necesariamente deben hacer acuerdo y pactos con el sistema, con los otros ricos del mundo, y finalmente, con los diseños del dios de este siglo.

Santiago 4:13-16 RVC
13 Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allá un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero.»
14 ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora.
15 Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»
16 Pero ustedes se jactan con arrogancia, y toda jactancia de este tipo es mala.

Los ricos tienen la capacidad para proyectarse, soñar, hacer planes, y seguirlos con firmeza.

Santiago 5:1-6 RVC
1 Ahora, ustedes los ricos, escuchen con cuidado. ¡Lloren a voz en cuello por las calamidades que les sobrevendrán!
2 Sus riquezas están podridas, y sus ropas están carcomidas por la polilla.
3 Su oro y su plata están llenos de moho, y ese mismo moho los acusará, y los consumirá como el fuego. Ustedes acumulan riquezas, ¡hasta en los últimos tiempos!
4 Pero claman contra ustedes los sueldos que, con engaños, no han pagado a los que trabajaron levantando sus cosechas. ¡Y el clamor de esos trabajadores ha llegado a los oídos del Señor de los ejércitos!
5 Aquí en la tierra, ustedes han vivido rodeados de placeres, y lo único que han logrado es engordar para el día de la matanza.
6 A la gente honrada la han condenado a morir, sin que ellos pudieran defenderse.

Los ricos tienen un afán por acumular riqueza, no importa cuál sea el contexto en el que se encuentren. También saben hacer trampas para pagar lo menos posible. Y su propósito es darse la buena vida aquí en la tierra.

Como vemos, Santiago describe adecuadamente en qué consiste la riqueza y las habilidades o deseos que llevan a acumular riquezas, así como los “acuerdos” necesarios para obtenerla. Ahora bien, ¿a quién aplicamos esta exhortación, es decir, quién es “el enemigo”? No puede ser nunca el rico por el solo hecho de serlo porque eso entraría en oposición a los ejemplos del Antiguo Testamento, que como vimos, los lectores conocían muy bien. Santiago no está hablando a todos los ricos; sí a una mayoría, es cierto, pero no a todos.

Como dije más arriba, la iglesia que está contaminada por las ideas marxistas progresistas, aplica el calificativo de “rico opresor” al que tiene ideas “de derecha”, sin detenerse a realizar un análisis más profundo. También puede ser simplemente el que tiene  un poco más de dinero o recursos, sin que eso signifique que es realmente rico en una sociedad dada. Santiago es una fuerte tentación para todo cristiano – socialista, aunque en el fondo eso es una terrible contradicción. Pero no es el uso correcto de la carta.

Propiamente se aplica a los ricos que caen dentro de la clasificación que hace Santiago, no todos, sino los que se manejan de forma abusiva con sus recursos. Son la mayoría, es cierto, pero no todo. Es difícil que un rico entre al Reino de Dios, y si encima lo tratamos injustamente, terminamos siendo responsables de que se pierda.

Ahora bien, a los ricos abusivos, SI SE DEBE aplicar estas exhortaciones, y aquí las iglesias de la prosperidad tienen mucho que corregir. Debemos ser justos en nuestro juicio.

Quiero concluir con una observación. Riqueza y pobreza son términos relativos, el que tiene un buen pasar en una sociedad dada puede ser pobre en otro contexto. Muchos de los latinoamericanos que podemos estar leyendo esto no somos propiamente ricos en nuestra sociedad, pero si nos comparamos con mucha otra gente del mundo, SÍ LO SOMOS. Entonces, todo lo que leímos de los ricos opresores y que tanto nos gusta usar para criticar a los que tienen más plata, ¡se aplica a nosotros en relación con nuestros hermanos pobres y perseguidos de otros países! ¡Ah caramba! Ahora resultó que los “ricos opresores” podemos terminar siendo nosotros mismos…

¿Conocemos la realidad de nuestros hermanos en otros países, o incluso en otras regiones de nuestro país, o en nuestra misma ciudad e iglesia? ¿Hacemos algo por ellos? Muchas veces no es dinero, pueden ser oraciones que es mucho pero implica dejar la comodidad del fútbol, de la novela, del descanso… Puede ser difundir las necesidades a través de las redes, ayudarlos con trámites, hacer contactos. Tenemos muchos recursos que no son solamente dinero, y por más que lleguemos sin un centavo de más a fin de mes, tenemos otra serie de cosas que nos posicionan mucho mejor que ellos. Sin embargo, nos entretenemos viéndonos como pobres y criticando al “rico opresor”… Nos preocupamos por nuestras propias cosas, nuestro dinero, nuestros bienes, nuestros proyectos, pero ¿estamos cediendo algo de ese tiempo para ellos?

Santiago no exhorta solamente a los “ricos egoístas”, nos exhorta a todos, a cada uno en su medida, porque la mayoría de nosotros, y especialmente los que pueden acceder a este artículo, seguramente contamos con un poco más de algo que muchos de nuestros hermanos más pobres. Aceptemos con humildad las palabras de Santiago.


Danilo Sorti




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