miércoles, 3 de octubre de 2018

606. ¿Dónde se encuentra la sabiduría?


Job 28:12 RVC
12 »Pero ¿dónde se halla la sabiduría? ¿En qué lugar está la inteligencia?

Hace unos días estaba leyendo unas palabras del profeta David Owuor, a quien recomiendo mucho para el que no lo conoce, y precisamente hablaba sobre el capítulo 28 de Job, enfatizando en la necesidad de la sabiduría para estos tiempos difíciles que vienen y para el momento de juicio que se aproxima estando la Iglesia todavía en la Tierra. Así que me voy a tomar el atrevimiento de releer y analizar algunos de los conceptos que expuso allí, y darle una mirada a todo el capítulo.

Cuando el autor de este “Himno a la sabiduría” se hace esta pregunta, ya ha escrito unas cuantas líneas. ¿Se trata de Job, de algún otro cuyas palabras fueron repetidas allí, está hablando alguno de los “amigos” de Job? Lo importante es que en el contexto del libro Job, el Espíritu Santo nos dejó esta reflexión y tiene que ver con el tema que se debate allí. Recordemos, Job es contemporáneo con Abraham, y su drama y las enseñanzas aprendidas allí constituyen un “fundamento” de la revelación veterotestamentaria.

El gran problema que estaba pasando Job era precisamente la falta de sabiduría, no poder entender “qué estaba pasando”, el por qué de ese sufrimiento inexplicable dentro de su profunda comprensión. Decididamente, había algo mucho más profundo aún, y el meollo del problema para Job fue ceder su orgullo de pretender saber “todo”: se encontró con algo que no tenía explicación desde ningún punto de vista, según lo que podía entender.

En medio de este drama, y antes de que Job haga su última defensa y se interpongan las palabras de Elihú, que no agregaron nada nuevo sino más bien demoraron la respuesta divina, aparece esta exaltación a la sabiduría, la sabiduría de Dios. La palabra hebrea que se usa para sabiduría, es, implica entre otras muchas cosas, “el conocimiento y la capacidad (habilidad) de tomar las decisiones correctas en el momento oportuno” (según el diccionario Vine). “Inteligencia” tiene que ver con entendimiento, y se vincula más al conocimiento, a la capacidad de comprender qué está pasando, analizar la realidad.

Bueno, la pregunta del versículo 12 es clara, pero se hace más enfática cuando leemos los anteriores:

Job 28:1-11 RVC
1 «La plata se extrae de las minas, y el oro se refina en el crisol.
2 Del polvo de la tierra se saca el hierro, y el cobre se aparta de la escoria.
3 Con el fuego se ha puesto fin a las tinieblas, y el hombre examina con detalle cada piedra que hay en esa densa oscuridad.
4 Abre minas en lugares no habitados, en sitios donde nadie ha plantado el pie, y entran los mineros, balanceándose con sogas.
5 De la tierra se obtiene el alimento, y abajo de ella todo se convierte en fuego.
6 En su seno se encuentran zafiros, y aun el polvo de la tierra es oro.
7 »Son lugares que las aves desconocen, y que jamás vieron los ojos de los buitres.
8 Nunca pasaron por allí las fieras, ni tampoco el león feroz pisó ese lugar.
9 Con el duro pedernal en la mano, el hombre cava la raíz de las montañas.
10 Hace túneles en las rocas, y sus ojos descubren piedras preciosas.
11 Explora el lugar donde nacen los ríos, y saca a la luz muchas cosas escondidas.

Lo que hace el autor aquí es presentar un cuadro de los avances tecnológicos y científicos del hombre, de su capacidad emprendedora y exploradora. Exactamente lo mismo podríamos decir hoy, y más, de hecho nos suena muy “moderno” en sus conceptos generales. Pues bien, luego de tanto esfuerzo, de tanto avance, de tanta exploración, con toda franqueza debe reconocer el autor que: ¡allí no está ni la sabiduría ni el conocimiento!

No creo que haga falta hablar mucho del tema pero simplemente recordemos que la sabiduría y el conocimiento de Dios NO ESTÁ en tanto esfuerzo humano y en tanta “ciencia” sin Dios. Bueno, el tema no amerita reduccionismos facilistas, de hecho, TODA la sabiduría de Dios está escrita en la naturaleza y los descubrimientos científicos deberían acercarnos mucho más al Creador, pero eso solo es posible para los que pueden mirar con los ojos del Espíritu, para el resto, es conocimiento que no lleva a nada.

De nuevo, ¿por qué es importante esta pregunta? Pues porque resulta formulada en un momento de profunda crisis, de la crisis más difícil de toda la vida de Job, y diríamos de cualquier ser humano, y con eso nos pone en el contexto de la crisis, ¿qué hacemos cuando golpea a la puerta? Bueno, reconocer que “se nos quemaron los papeles”, pero para eso Job pasó lo que pasó y se escribió lo que se escribió, para que cuando llegue el momento de crisis, de la GRAN CRISIS MUNDIAL que ha de venir, los hijos de Dios tengan la sabiduría necesaria para hacer frente a la situación. Y, claro, también para nuestras “pequeñas” crisis cotidianas…

Job 28:13 RVC
13 Nadie sabe lo que vale, pues no se halla en este mundo.

Es una sabiduría espiritual, de lo alto, ¿cuánto vale? ¿Qué multimillonario la puede comprar? No hay un “mercado” para ella, no tiene valor material.

Job 28:14 RVC
14 El mar profundo dice: “Aquí no está”, y el océano asegura: “Yo no la tengo”.

Es decir, por más que uno explore hasta los confines del Universo (en ese entonces el mar profundo representaba eso), no la va a hallar allá. Me encanta la astronomía, especialmente lo que tiene que ver con la superestructura del Universo y la disposición de los supercúmulos de galaxias y la materia oscura, y me gustaría poder estudiar eso (supongo que en el Milenio tendré tiempo…), y es una experiencia profundamente espiritual para mí leer o ver videos al respecto, pero allí no está la sabiduría que buscamos.

Job 28:15-19 RVC
15 La sabiduría no se compra con oro, ni su precio puede pagarse con plata.
16 No se compra con oro de Ofir, ni con el precioso ónice, ni con el zafiro.
17 Ni los diamantes ni el oro se le comparan, ni se da a cambio de finas alhajas de oro.
18 No se le comparan el coral y las perlas; La sabiduría es más valiosa que las piedras preciosas.
19 Ni el topacio de Etiopía, ni el oro más fino, son de tanto valor como ella.

Oro, plata, ónice, zafiro, diamantes, alhajas, coral, perlas, piedras preciosas, topacio… cada una de estas expresiones está diciendo algo, pero no vamos a penetrar en esa profundidad, simplemente tomémoslas en conjunto: ¡no está a la venta! La élite tiene en torno suyo a las mentes más brillantes del planeta; pueden reclutarlas y pueden pagarles. Sus planes son la cosa más astuta que haya habido en cualquier tiempo… Pero a un simple profeta del Señor, que quizás no terminó la secundaria, o sí y tiene títulos de posgrado (como Owuor), pero que no es el caso, el Señor le revela lo que con muchísimo esfuerzo se planifica en lo oculto, y sus diseños quedan expuestos ante los hijos de Dios. ¡Qué frustración, pobre gente…! Con todo ese dinero no pueden alcanzar la sabiduría de la vida eterna. ¡Cuidado! Tampoco nosotros, no sea cosa que desechemos esta sabiduría de Dios por las profundidades intelectuales de teologías que no llevan a ningún lado.

Job 28:20-21 RVC
20 »¿De dónde viene la sabiduría? ¿En qué lugar se encuentra la inteligencia?
21 Se halla escondida de todo ser vivo; se halla escondida de las aves del cielo.

Allí está la sabiduría, inserta en la Creación, en los diseños del Creador, pero sólo visible para los ojos espirituales.

Job 28:22 RVC
22 Aunque la muerte y el sepulcro aseguran que a sus oídos ha llegado su fama.

Satanás no tiene esa sabiduría, a pesar de su enorme conocimiento. Por eso necesita el reino de las tinieblas aprovecharse de los hijos de Dios, por eso es terrible cuando les decimos a los hermanos que simplemente sean “buenos y fieles trabajadores” estén donde estén, ¡porque si están en el lugar incorrecto van a estar alimentando al reino de las tinieblas! Por eso Satanás observa lo que Dios está haciendo o por hacer con nosotros para luego imitarlo y hacernos creer que lo originó él.

Job 28:23-28 RVC
23 »Sólo Dios sabe llegar hasta ella; sólo él sabe en dónde se halla.
24 Con su mirada ve hasta los confines de la tierra, y ve también lo que pasa bajo el cielo.
25 Cuando Dios determinó el peso del viento, y midió el agua de mares y ríos;
26 cuando estableció una ley para las lluvias, y señaló la ruta de los relámpagos,
27 vio a la sabiduría, que estaba allí, y la puso a prueba y reconoció su valor.
28 Entonces dijo a la humanidad: “El temor del Señor es la sabiduría. Quien se aparta del mal es inteligente.”»

En Dios está la verdadera sabiduría y en sus diseños expuestos en la creación, en el diseño original, que hoy es tan combatido por Satanás y su ejército de progresistas.

Ese camino tan sencillo y despreciado incluso por muchos cristianos: “El temor del Señor es la sabiduría. Quien se aparta del mal es inteligente.” Allí está, ése es el origen y el fundamento, el principio de la sabiduría, el camino y el fin. Eso. Así de sencillo, así de increíblemente profundo. Nunca la perdamos, nunca la olvidemos, nunca nos dejemos seducir por los muchos caminos que pretenden traer la “profunda sabiduría”. En el mejor de los casos podrán servir de auxiliares y apoyo para conocer la verdadera sabiduría, pero no más que eso. Y esa sabiduría la necesitamos hoy y la necesitaremos en toda su dimensión en breve, así que hagamos acopio hoy, mientras hay tiempo. Ese es el aceite que necesitamos y que no podremos conseguir cuando la hora de la prueba llegue, ¡ningún estudiante se pone a leer los apuntes por primera vez minutos antes del examen!... bueno, unos cuantos de mis alumnos sí, pero obviamente nunca aprueban. Digamos mejor que ningún estudiante que de verdad quiera aprobar lo hace. ¡Tampoco nosotros!


Danilo Sorti




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