miércoles, 3 de octubre de 2018

596. ¿Por qué Satanás será soltado al final? ¿Por qué son soltados los demonios ahora?


Apocalipsis 20:7-10 RVC
7 Al cabo de los mil años, Satanás fue puesto en libertad de su prisión,
8 y salió a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, y a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. ¡Su número era incontable, como la arena del mar!
9 Y subieron por todo lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero del cielo cayó fuego y los consumió.
10 El diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta. Y allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 9:1-5 RVC
1 Cuando el quinto ángel tocó su trompeta, vi que una estrella cayó del cielo a la tierra, y que se le dio la llave del profundo abismo.
2 El ángel abrió las profundidades del abismo, y de allí salió humo, como de un horno enorme, y ese humo hizo que el sol y el aire se oscurecieran.
3 Del humo salieron también langostas, que infestaron la tierra; y se les dio el mismo poder que tienen los escorpiones de la tierra,
4 pero con la orden de no dañar la hierba ni los árboles, ni nada que tuviera verdor, sino sólo a quienes no tuvieran en la frente el sello de Dios.
5 No se les permitió matar a nadie, sino sólo hacer sufrir a la gente durante cinco meses con el mismo dolor de una picadura de escorpión.


Estos episodios, aunque ocurren en momentos diferentes, tienen algo en común: por alguna razón que no se dice en el texto, a los seres malignos encarcelados se les permite salir de su prisión. En una lectura descontextualizada esto puede parecer un “capricho divino”, algo que Dios dispuso hacer “porque sí”, o en todo caso, ya que Apocalipsis nos habla del contexto de los juicios, PARA juzgar a la humanidad.

Sin embargo, ese “para” no nos conforma, porque sigue sin responder al “por qué”. ¿Por qué Dios soltaría sin motivo el mal sobre la Tierra? ¿Cómo un Dios bueno puede “voluntariamente” dejar libre al mal?

Estas preguntas pudieron haber inquietado a más de uno durante mucho tiempo, pero la respuesta es por demás de sencilla, aunque no tan fácil de encontrar en la Biblia. Entendamos que en la Palabra no está escrito todo lo que a nosotros nos gustaría leer, de hecho se basa en un estricto principio de economía de palabras. Basta leer el momento más importante de la historia, la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús, que ocupa no más de dos, o tres, capítulos en cada uno de los Evangelios, para darnos cuenta de este principio. Bajo el mismo principio, por ejemplo, nunca intenta demostrar la existencia de Dios porque, según nos aclara Pablo, eso se puede entender a través de la Creación.

Entonces, ¿podemos buscar algo en el contexto de los lectores de Apocalipsis, en realidad, de los primeros lectores de todos los libros de la Biblia, que nos explique eso claramente? Sí, una verdad espiritual tan básica que cualquiera en esa época la sabría, y cualquiera acostumbrado a invocar a espíritus y dioses hoy también: los seres espirituales se manifiestan cuando se los invoca, cuando se les ofrecen sacrificios, cuando la gente los adora, cuando vive de acuerdo a sus principios (vida es igual a adoración, a Dios o al Adversario).

Todo el sistema de sacrificios del Antiguo Pacto atestigua esta verdad


Sencillamente, si en determinado momento los espíritus malignos son liberados es porque las personas le dieron autoridad para eso. Pero si van a ser liberados es porque en determinado momento fueron encarcelados:

1 Pedro 3:18-20 RVC
18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. En el cuerpo, sufrió la muerte; pero en el espíritu fue vivificado;
19 en el espíritu también, fue y predicó a los espíritus encarcelados,
20 a los que en otro tiempo desobedecieron, en los días de Noé, cuando Dios esperaba con paciencia mientras se preparaba el arca, en la que unas cuantas personas, ocho en total, fueron salvadas por medio del agua.

¿Por qué pudieron ser encarcelados en ese juicio si aún Cristo no había obtenido la victoria? Pues en vista a lo que ocurriría en el futuro, y por eso Jesucristo fue a confirmar la justicia de su encarcelamiento. Estos son los que serán soltados del abismo al fin de los tiempos, y ya está ocurriendo.

Apocalipsis 20:1-3 RVC
1 Vi entonces que un ángel descendía del cielo. Llevaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena.
2 Apresó al dragón, que es la serpiente antigua, y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años;
3 luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte por un poco de tiempo.

Cuando se complete el número de los santos que habrán de morir como mártires, la medida de los sufrimientos de Cristo, de los que Pablo se enorgullecía de ir completando en su propio cuerpo (mientras nosotros nos enorgullecemos de comprarnos un automóvil nuevo…) entonces el dominio del Anticristo habrá llegado a su fin y ya no tendrá absolutamente ningún derecho legal sobre esta Tierra. Allí será arrojado al infierno y Satanás encarcelado, ¿por qué? Porque todavía el pecado no habrá desaparecido, por lo tanto, existirá aún en los hombres que queden sobre la Tierra una semilla, una raíz, que lo mantendrá “en suspenso” por un tiempo.

Si habrá de ser soltado después, ¿por qué razón? No puede haber otra que el pecado de la humanidad, aún durante ese tiempo maravilloso del Reino Venidero. Los profetas hablan de eso, pero no vamos a profundizar aquí sobre el tema.

Muy bien, ¿cómo podemos aplicar esto hoy? ¿Se trata solo de una verdad escatológica futura? No, primero porque la “escatología”  ya “está aquí”! Segundo porque nos muestra una verdad que en realidad ya sabemos, pero que debemos aplicar en toda su magnitud.

Hay acontecimientos que ocurrirán a nivel mundial por la maldad de los hombres pero así como Dios hace diferencia entre persona y persona, también la hace entre nación y nación. Cuando leemos los acontecimientos mundiales pensamos que en todo lugar será exactamente igual, pero la Biblia nos muestra que no deberíamos considerarlo así.

Entonces, según la gente de cada país, hablando de la nación como un todo, se acerque o se aleje más de Dios, haya más o menos pecado, se abrirán puertas más grandes y más fácilmente para los espíritus malignos o no. Por cierto que en todo lugar se abrirán, pero no de la misma forma. Todo lo que hagamos por establecer justicia en nuestra tierra, nuestra región, nuestra nación (Dios las considera como una “persona jurídica”) redundará en una menor libertad de acción para los demonios, tanto hoy como en el tiempo de los juicios (no solo por la razón que mencionamos aquí), y eso significará más personas que serán salvas, hoy y durante los juicios.

Por lo tanto, no es en vano lo que hagamos, ni tenemos que caer en el fatalismo de que “como todo va a ir de mal en peor mejor me ocupo de lo mío y listo”. En el “ajuste fino” de las naciones y de los juicios sobre la Tierra, toda justicia que sembremos hará una diferencia llegado el momento. Mientras es de día, sigamos haciendo las obras de la luz. Cuando la noche llegue, ya no habrá más para hacer… por un tiempo.


Danilo Sorti




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