1 Samuel 24:6 RVC
6 y les dijo a sus
hombres: «Que el Señor me libre de hacerle daño a mi señor. ¡Él es el ungido
del Señor! ¡No puedo extender mi mano contra él!»
Este pasaje revela una verdad bíblica, difícil de aceptar
más que de entender, desagradable, pero necesaria si hemos de vivir en toda
justicia.
Saúl fue ungido por el Señor. Por supuesto que Dios sabía
quién era realmente Saúl, pero le dio a Israel el tipo de rey que ellos
querían, para que luego pudieran aceptar (aunque no sin dificultad) al tipo de
rey que EL REY quería, es decir, David.
En medio de la injusta persecución que estaba padeciendo el
futuro rey David, en dos oportunidades pudo acabar con su enemigo declarado,
pero no lo hizo, y no por respeto al rey o por temor a represalias (al fin y al
cabo, en la situación en que estaba ya se daba por perdido), sino por respeto a
Dios. Por supuesto, no fue ningún tonto como para quedarse y que le corten la
cabeza, se puso a salvo, pero no ejecutó él el juicio.
La situación es bastante parecida a lo que ocurre con
algunos líderes de grandes (o pequeñas) iglesias hoy, claramente desviados de
la voluntad divina y “persiguiendo” de alguna manera a los nuevos líderes que
el Señor está levantando.
La respuesta es la misma: el Señor no nos llama a ser necios
y “quedarnos para que nos corten la cabeza”, ¡ni mucho menos a “meter la
cabeza” donde no debemos!, pero tampoco a desatar la “guerra santa” contra
ellos. Proféticamente hay tiempos y hay personas especialmente llamadas a
denunciarlos y exponerlos públicamente (precisamente, profetas ungidos), pero
otros deberán permanecer “en silencio”, hasta que Dios actúe.
Claro, es por la unción de Dios, no por ningún mérito de
tales líderes. ¡Qué triste es llegar a esa situación! ¡Qué triste es cuando un
líder llega a compararse ostentosamente con Saúl diciendo que nadie puede
tocarlo! Mucho más son dignos de lástima (y misericordia), porque Dios no va a
consentir que Su nombre sea deshonrado de tal manera. En lo que respecta a
nosotros, más lograremos bendiciendo que maldiciendo y criticando.
Danilo Sorti
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