Mateo 6:33 NTV
33 Busquen el reino
de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo
lo que necesiten.
El tema de la bendición económica no se
resume en unas pocas “fórmulas mágicas evangélicas”, de hecho, es uno de los
temas del que más habla el Espíritu Santo en toda la Biblia. Por tanto, no
debemos dejarnos engatusar por “poderosas” predicaciones que en 30 minutos
pretenden darnos los cinco pasos para el éxito económico. Además, hay que tener
en cuenta que la bendición económica, al menos en nuestra tierra, es el tema
favorito que utilizan líderes exitistas o incluso inescrupulosos para amontonar
gente y conseguir abundantes ofrendas.
Dicho esto, también debemos decir
enfáticamente que Dios quiere bendecirnos y que ha dejado muchísimas
indicaciones para que realmente prosperemos económicamente. Es necesario un
equilibrio y ordenar adecuadamente las prioridades. No puedo en un artículo
breve resumir toda la enseñanza al respecto, pero quiero dejar una de ellas (y
recordemos que hay muchas más).
Este conocido pasaje de Mateo se ha usado
muchas veces en un sentido “mágico”, como dije antes. Descontextualizado,
parecería decir que, al hacer la voluntad del Padre, nos va a “llover la
bendición” mientras nos sentamos en el patio a esperarla. Pero sabemos que “un
texto fuera del contexto es un pretexto”, es decir, no se puede hacer una
doctrina con un texto suelto.
Es cierto que si hacemos la voluntad divina
hay bendición y provisión para nosotros (y tengamos en cuenta que no estoy
hablando de muchas otras enseñanzas que pueden cambiar eso); pero ¿cómo
conseguimos esa bendición?
El primer mandato dado al hombre fue el de
cuidar el huerto, esto es, trabajar. El trabajo NUNCA fue una maldición, la
maldición consistió en el trabajo duro e infructífero. Si perdemos de vista
eso, no entenderemos que la bendición que el Señor promete en Mateo 6, que está
lista y preparada para nosotros, vendrá a través de nuestro trabajo, es decir,
al servir a Dios se nos prepara una bendición que deberemos “ir a buscar”;
dicho de otra manera, el trabajo que normalmente está maldito ahora nos
resultará bendito, próspero, fructífero. Por supuesto que Dios puede hacer
milagros y darnos una provisión sin que tengamos que trabajar por ella, y a
veces lo hace; pero, según entiendo, eso es más bien una excepción, algo para
momentos críticos o especiales. El resto del tiempo, el “tiempo normal”, la
provisión vendrá a través del trabajo.
Quizás se trate de algún trabajo nuevo, algo
en lo que no pensaste hasta ahora, o algo que siempre estuvo “cerca” pero que
nunca le diste importancia. Puede ser una nueva forma de hacer las cosas, una
nueva actitud, un nuevo emprendimiento, personas que providencialmente nos
abren puertas… En fin, muchas cosas, todas perfectamente “naturales” pero que
en realidad están siendo guiadas por la Mano sobrenatural del Padre.
Si has estado sirviendo al Señor durante
tiempo y no ves que haya una recompensa, si creés que el Señor “te está
fallando”, revisá lo que estás haciendo y qué están viendo tus ojos; muy
probablemente la bendición está muy cerca esperando que vayas a tomarla con un
trabajo inteligente. ¡Señor, danos sabiduría y discernimiento!
Danilo Sorti
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