2 Corintios 5:6 DHH
6 Por eso tenemos
siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como
en el destierro, lejos del Señor.
1 Corintios 15:50 RVC
50 Pero una cosa les
digo, hermanos: ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios, y
tampoco la corrupción puede heredar la incorrupción.
La realidad de nuestra naturaleza es tal que
mientras estemos en este cuerpo inevitablemente tendremos una “conexión
directa” con el reino de las tinieblas. Es inevitable, es imposible dejar de
escuchar el susurro de los demonios. No debemos culparnos nosotros por esas
voces, pero, por supuesto, ¡no debemos hacerles caso ni creer en lo que dicen!
Mientras estemos en este cuerpo, nos veremos
expuestos a la tentación; esta es “la carne” de la que Pablo habla; no que el
cuerpo sea malo en sí mismo, no es que debamos “dejarlo morir”, como muchos
cristianos hacen por su descuido; ese es el pensamiento griego, que separaba
cuerpo y alma. El cuerpo es una herramienta del espíritu humano para moverse en
esta tierra, sin él no tiene nada que hacer aquí, y, hasta que no tengamos
nuestro cuerpo glorificado, éste es el único que podemos usar!
Pero este cuerpo terrenal tiene un “canal”
abierto al reino de las tinieblas, derecho legal entregado por el representante
de la humanidad, aquél que debía tomar la decisión de obedecer a Dios antes que
a la serpiente.
Lo cierto es que, aquí deberemos escuchar
siempre la voz de la tentación, es un hecho; no pretendamos la fórmula mágica
para librarnos de ella porque no existe. Delante de Dios, lo que merecerá
recompensa eterna, será la fidelidad en haber rechazado esa voz, día tras día.
Entonces, cuando debamos decir “¡no!” a ese susurro maligno, sepamos que esa
decisión (cada una de esas decisiones, todos los días de nuestra vida) es una
ofrenda de amor a Dios que sube como olor fragante. En realidad, la voz del
Maligno es la oportunidad de agradar al corazón del Padre, al decidir seguirlo
a Él en vez de al Engañador.
¡Que el Señor nos de la fuerza cada día!
Danilo Sorti
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