1 Timoteo 1:4-7 DHH
4 ni presten atención
a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas
llevan solamente a la discusión y no ayudan a conocer el designio de Dios, que
se vive en la fe.
5 El propósito de esa
orden es que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón
limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.
6 Algunos se han
desviado de esto y se han perdido en inútiles discusiones.
7 Quieren ser
maestros de la ley de Dios, cuando no entienden lo que ellos mismos dicen ni lo
que enseñan con tanta seguridad.
1 Timoteo 1:7 NTV
7 Quieren ser
reconocidos como maestros de la ley de Moisés, pero no tienen ni idea de lo que
están diciendo a pesar de que hablan con mucha seguridad.
Tito 3:9 DHH
9 Pero evita las
discusiones tontas, las leyendas acerca de los antepasados, las discordias y
las peleas por cuestiones de la ley de Moisés. Son cosas inútiles y sin
sentido.
Un espíritu tal de discusiones interminables fue soltado
sobre Argentina en los últimos años, y especialmente durante el año pasado. No
hace falta explicar más, el que es espiritual entenderá perfectamente de lo que
estoy hablando.
El asunto es que lamentablemente algunos de nuestros
hermanos siguen enganchados en tal espíritu, que muta de contenido y de
enfoque, pero no en esencia.
Esto no es nuevo ni es prerrogativa de un contexto nacional
puntual, desde las épocas bíblicas existe, pero de tanto en tanto se manifiesta
con mayor intensidad. Por eso creí necesario hacer este comentario, para evitar
ser contaminados por él (lo cual ocurre muy fácilmente, como una "santa
indignación" ante una injusticia o pecado, que puede ser perfectamente
válida en sí misma) y para que rescatemos en oración y guerra espiritual a los
hermanos que siguen presa de él. Seguramente conocemos algunos. Sin ellos, el
cuerpo de Cristo está incompleto.
Danilo Sorti
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