jueves, 1 de marzo de 2018

411. El Espíritu de Religión contraataca: ¡incluso Pablo volvió a caer en sus garras!

Hechos 21:4, 12-14 RVC
4 Como allí encontramos a los discípulos, nos quedamos con ellos siete días. Ellos, por medio del Espíritu, le decían a Pablo que no fuera a Jerusalén.

12 Al oír esto, nosotros y los de Cesarea le rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
13 Pero Pablo respondió: «¿Por qué lloran? ¡Se me parte el corazón! Por el nombre del Señor Jesús, yo estoy dispuesto no sólo a que me aten, sino a que me maten en Jerusalén.»
14 Como no pudimos convencerlo, dejamos de insistir y le dijimos: «¡Que se haga la voluntad del Señor!»

Una de las cuestiones “no resueltas” de la Biblia puede ser este episodio, ¿hizo lo correcto Pablo en ir a Jerusalén? Hay dos “bandos” en este sentido, los que dicen que sí y los que piensan que no. Hechos no “resuelve” muy claramente la cuestión y con eso nos muestra que en realidad, más allá de nuestras decisiones, correctas o erróneas, Dios sigue estando al control. Desde la cárcel Pablo escribió cartas maravillosas, siendo prisionero en Roma pudo predicarle a lo mejor de la guardia pretoriana, de tal manera que en las mismas narices del César el Evangelio fue establecido; y esos soldados, al ser asignados luego a misiones fuera de Roma, llevarían el Mensaje por donde fueran.

Saber que Dios está en el control y que puede revertir para Su gloria aún nuestros equívocos es una de las enseñanzas más útiles que necesitamos en esta vida. Con todo, creo que Pablo cometió un error y fue motivado precisamente por el Espíritu de la Religión, el mismo que había combatido con tanto ahínco en la carta a los Gálatas. Y si Pablo, luego de haber recibido esas revelaciones tan profundas de la libertad cristiana, fue sutilmente engañado, ¿qué nos queda para nosotros…?

Yo creo que, en el fondo, muchos de los que afirma que Pablo no se equivocó lo hacen porque desean ellos mismos llegar a un nivel en la vida cristiana en el cual resulta “imposible equivocarse”; piensan que el Gran y Glorioso Apóstol Pablo llegó allí, pero lo cierto es que Pablo, quién fue el más fiel en cumplir con el ministerio de todos los santos que tengamos registro, no dejó de ser humano, y si él pudo equivocarse, también yo; es decir, no voy a llegar a ese “estado ideal” en el cual no erre, y por lo tanto, siempre necesitaré depender de la gracia de Dios, ¿no es eso maravilloso? Pretender que existe tal estado de “perfección” accesible para mí en esta Tierra es, en el fondo, una forma sutil de orgullo.

Bueno, dejemos los análisis filosóficos. El texto inspirado de las Escrituras dice: “Ellos, por medio del Espíritu, le decían a Pablo que no fuera a Jerusalén.” Entonces, o bien tenemos un error aquí y ellos no hablaban inspirados por el Espíritu y Lucas se equivocó al escribir esas palabras, con lo cual el Espíritu no inspiró esa porción de las Escrituras, y si eso fuera así, ¿por qué habríamos de considerar que el resto sí está perfectamente inspirado? O bien esas palabras son reales y el Espíritu efectivamente tenía otro plan para que Roma fuese evangelizada y las cartas de la cautividad fuesen escritas. Pero, a decir verdad, ¡gracias a Dios que Pablo se equivocó!, porque sino, ¿de dónde hubiéramos obtenido el aliento que su ejemplo nos da?

Bueno, asumamos que Pablo se equivocó, algunos no estarán de acuerdo conmigo, pero sigamos leyendo.

Hechos 21:18-26 RVC
18 Al día siguiente entramos con Pablo en casa de Jacobo. Allí estaban reunidos todos los ancianos.
19 Después de saludarlos, Pablo les habló de su ministerio, y con mucho detalle les contó lo que Dios había hecho entre los no judíos.
20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios y le dijeron: «Hermano Pablo, ya hemos visto cuántos miles de judíos han creído, todos ellos celosos de la ley.
21 Lo que aquí se ha sabido es que a los judíos que están entre los no judíos los enseñas a renegar de las enseñanzas de Moisés, y que les dices que no circunciden a sus hijos ni observen nuestras costumbres.
22 ¿Qué dices a esto? Seguramente ya se sabe que has venido,
23 así que te recomendamos hacer lo siguiente: Hay entre nosotros cuatro hombres que están obligados a cumplir un voto.
24 Ve y purifícate con ellos, y paga para que les rasuren la cabeza. Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley.
25 En cuanto a los creyentes no judíos, nosotros ya les hemos escrito y les recomendamos que no observen nada de esto, sino que se abstengan solamente de comer lo que se sacrifica a los ídolos, que no coman sangre ni animales ahogados, ni incurran en libertinaje sexual.»
26 Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente se purificó con ellos y entró en el templo para dar a conocer los días cuando se cumpliría la purificación y se presentaría la ofrenda por cada uno de ellos.

Pablo no está haciendo nada muy distinto a lo que solía hacer en cada lugar adonde iba:

1 Corintios 9:19-23 RVC
19 Porque, aunque soy libre y no dependo de nadie, me he hecho esclavo de todos para ganar al mayor número posible.
20 Entre los judíos me comporto como judío, para ganar a los judíos; y, aunque no estoy sujeto a la ley, entre los que están sujetos a la ley me comporto como si estuviera sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley.
21 Entre los que no tienen ley, me comporto como si no tuviera ley, para ganar a los que no tienen ley (aun cuando no estoy libre de la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo).
22 Entre los débiles me comporto como débil, para ganar a los débiles; me comporto como todos ante todos, para que de todos pueda yo salvar a algunos.
23 Y esto lo hago por causa del evangelio, para ser copartícipe de él.

Pero aquí hay una diferencia: “—Bueno, hermano, ya ves que entre los judíos hay muchos miles que han creído, y todos ellos insisten en que es necesario seguir la ley de Moisés.” Pablo no se está “haciendo judío”, como lo hacía cuando predicaba a los judíos, compartiendo todas sus actividades, sino que está congraciándose con los cristianos torcidos de Jerusalén. Sí hermanos: torcidos, desviados de la verdad. Esa iglesia maravillosa que 30 o 40 años atrás había recibido el fuego del Espíritu y había manifestado un amor pocas veces visto en toda la historia de la cristiandad, hoy había sucumbido bajo el peso de la Religión. ¿Acaso el Espíritu no había mostrado de sobra que los gentiles también eran aceptados por la fe, sin tener que convertirse en judíos? ¿Acaso el concilio de Jerusalén no lo había entendido oficialmente? ¿Acaso no habían gustado del Espíritu viviendo en ellos, que en nada se comparaba con las sombras de la Ley? Sí, pero volvieron atrás. Con esa iglesia semi apóstata Pablo quiere congraciarse, en la ciudad donde, también mucho tiempo antes, el Señor claramente le dijo que no recibirían su testimonio, ¿por qué lo habrían de recibir ahora?

“Lo que aquí se ha sabido es que a los judíos que están entre los no judíos los enseñas a renegar de las enseñanzas de Moisés”. Esta es una de las actitudes favoritas del liderazgo de las todas las instituciones seculares (¿y por qué la veo también dentro de la Iglesia?). En vez de defender los líderes a Pablo y de respaldar su ministerio, se “lavan las manos” y dejan que la persona cuestionada se las “arregle” por sí sola; no se pueden oponer públicamente a él porque saben que está en lo correcto, pero tampoco pueden respaldarlo públicamente porque eso les atraería las críticas de los miembros de la institución. Aclaremos que, sin pretender compararme en lo más mínimo con el apóstol Pablo, me pasó algo parecido en una institución secular, ¡lo viví en carne propia!

¿Por qué Pablo consintió con la hipocresía de ellos?

“Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley.” Eso suena por demás de lógico y hasta “piadoso”, pero ¿a quién tratan de engañar? Querían evitar problemas, eso es todo. Santiago estuvo allí, el mismo que escribió la carta que figura hacia el final del Nuevo Testamento pero que en realidad se supone fue uno de los primeros escritos por orden cronológico, el mismo también que llegó a tan acertada conclusión en el Concilio de Hechos 15, y el mismo que tenía tendencias judaizantes al momento del episodio narrado en Gálatas. ¿Santiago fue inspirado por el Espíritu al momento de escribir? ¡Por supuesto que sí! ¿Siguió luego siendo fiel al Espíritu en su ministerio? Me da la impresión de que no tanto.

Yo no puedo ver que la iglesia de Jerusalén estuviera claramente desviada de la fe, pero sí que había permitido que el legalismo anidara en ella, sutilmente, tan sutil que Pablo, quizás un poco nublado en su visión espiritual, cayó bajo su engaño. ¿Cómo la grande y famosísima iglesia de Jerusalén estaría desviada? El lugar donde habían pasado tantos hechos gloriosos y la misma iglesia había nacido, ¿podía corromperse? ¡¡SÍÍÍÍ!! Y Espero que eso nos sirva de advertencia a nosotros.

Aquí tenemos la “tormenta perfecta” para el Espíritu de Religión; estaba siendo eficazmente combatido por el apóstol en territorio gentil, de hecho, era un verdadero dolor de cabeza para el infierno, ¡había que anularlo! ¿Qué mejor que matarlo en Jerusalén, si al fin y al cabo, allí anidaba el “espíritu” de asesinato de los siervos de Dios? Sí hermanos, en Jerusalén, la ciudad que tantos cristianos hoy alaban, que tiene maravillosas promesas divinas y en la que el mismo Señor volverá para reinar. Que yo sepa, ese espíritu todavía no fue quitado de allí.

¿Por qué ir a Jerusalén si el Señor ya le había dicho claramente que no le creerían, si cualquiera podía darse cuenta de que era el “nido de los judaizantes” que odiaban a Pablo, si era sabido que la iglesia estaba infiltrada, si recibió dos advertencias en el camino?

Hechos 19:21 RVC
21 Cuando Pablo vio esto, le pareció que luego de visitar Macedonia y Acaya debía ir a Jerusalén. Decía: «Después de estar allí, tengo que ir a Roma y ver qué pasa allá.»

¿Qué paso ahí para que se metiera esta idea?

Hechos 19:9-20 RVC
9 Pero algunos de ellos no creyeron, y delante de toda la gente hablaron mal del Camino. Entonces Pablo juntó a unos discípulos y se apartó de ellos; pero todos los días debatía en la escuela de Tiranno.
10 Esto se prolongó durante dos años, así que muchos de los judíos y griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a oír la palabra del Señor.
11 Dios, por medio de Pablo, hacía milagros tan extraordinarios
12 que muchos le llevaban los paños o delantales de los enfermos, y las enfermedades desaparecían y la gente quedaba libre de espíritus malignos.
13 Andaban por ahí algunos judíos exorcistas, que intentaban invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malignos. Les decían: «En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordenamos salir.»
14 Los que hacían esto eran los siete hijos de un judío llamado Esceva, que era jefe de los sacerdotes;
15 pero el espíritu maligno les respondió: «Yo sé quién es Jesús, y sé también quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?»
16 Dicho esto, el hombre que tenía el espíritu malo se arrojó sobre ellos; y los derribó con tanta fuerza que los hizo huir desnudos y heridos.
17 Esto lo supieron todos los habitantes de Éfeso, tanto judíos como griegos, y les entró mucho temor, pero magnificaban el nombre del Señor Jesús.
18 Muchos de los que habían creído venían y confesaban sus malas prácticas.
19 De igual manera, muchos de los que practicaban la magia llevaron sus libros y los quemaron delante de todos. ¡Y el precio de esos libros era de cincuenta mil piezas de plata!
20 Y fue así como la palabra del Señor fue extendiéndose y difundiéndose con mucha fuerza.

De todo lo que tenemos registrado en Hechos, este es el evento más glorioso que vivió Pablo: nunca había tenido tanto éxito ni tanto alcance, nunca se habían visto tantos milagros extraordinarios, de tal forma que hasta los mismos demonios testificaban de él. Una pieza de plata era el salario de un día de trabajo, 50.000 representaban 160 años; así que si queremos tener una idea de cuánto dinero era simplemente multiplicamos 160 por 12 por un salario mensual básico. ¡Es mucho! No era fácil desprenderse de esos libros, de última alguien hubiera preferido venderlos. Esa gente que se estaba convirtiendo y quemando los libros no eran los pobres, que ni podían comprarlos ni podían leerlos. Es decir, Pablo estaba llegando a todos los sectores sociales, alcanzando las autoridades y sembrando las semillas de la transformación social. ¡Fue un momento único en la historia de la iglesia! Las congregaciones que salieron de allí fueron pujantes en el cristianismo primitivo, Juan trabajó con ellas y el Señor les dirigió las cartas que figuran al principio del Apocalipsis.

Decididamente el éxito que tuvo en Éfeso fue increíble, ¿no será que sutilmente el orgullo se filtró en el corazón de Pablo y pensó que podía “conquistar” la inexpugnable Jerusalén? ¿Por qué no habría Dios de manifestarse con el poder que demostró que tenía en Su amada Jerusalén? ¡Pablo ya había sido entrenado en el poder de Dios, había vencido duras batallas y su fe había crecido enormemente! ¡Pues vamos a Jerusalén!... Pues no.

“Tu más grande derrota puede venir luego de tu más grande éxito” es una frase que suele repetirse en los ámbitos motivacionales y empresariales.

Lucas 4:22-30 RVC
22 Todos hablaban bien de él y se quedaban asombrados de las palabras de gracia que emanaban de sus labios, y se preguntaban: «¿Acaso no es éste el hijo de José?»
23 Jesús les dijo: «Sin duda ustedes me recordarán el refrán que dice: “Médico, cúrate a ti mismo”, y también “Haz aquí en tu tierra todo lo que hemos oído que hiciste en Cafarnaún.”»
24 Y añadió: «De cierto les digo que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.
25 A decir verdad, en los días de Elías, cuando durante tres años y medio el cielo se cerró y hubo mucha hambre en toda la tierra, había muchas viudas en Israel;
26 pero Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una viuda en Sarepta de Sidón.
27 Y en los días del profeta Eliseo había también muchos leprosos en Israel, pero ninguno de ellos fue limpiado sino Namán el sirio.»
28 Al oír esto, todos en la sinagoga se enojaron mucho.
29 Se levantaron, lo echaron fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el que estaba edificada la ciudad, para despeñarlo.
30 Pero él pasó por en medio de ellos, y se fue.

Yo creo que Pablo vivió una situación parecida a la que tenemos registrada aquí; Jesús hizo tremendo milagros y señales, de las cuales solo algunas tenemos registradas en los Evangelios; pero no en su propia tierra, y expuso crudamente el principio que se aplicaba: “—Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.” Esto ya era un dicho popular en la época de Jesús, ¿no sabía Pablo el principio?

Bueno, el asunto aquí no es recargar las tintas sobre el apóstol Pablo, sino entender su humanidad; no fue un “semidiós”, no estuvo libre de errores y pecados a lo largo de su vida, pero la Gracia de lo Alto lo cubrió y lo fortaleció, realmente no fue “Pablo” sino el Espíritu obrando a través de él. Eso mismo tenemos que entender nosotros, y todos aquellos a los que les encanta exaltar a los hombres bíblicos, creo yo, tienen un sutil orgullo escondido pensando que en algún momento podrían llegar a esa supuesta posición autosuficiente. No hermanos, es solo por gracia, de principio a fin y por la eternidad.

Entonces, según me parece, Pablo se ubicó en el lugar incorrecto y por eso cayó preso del engaño de la Religión, a pesar de que nadie mejor que él había podido desenmascarar ese escurridizo demonio.

¡El Espíritu de Religión contraataca! No estaremos libres de él mientras caminemos con este cuerpo, por lo que siempre será necesario que recordemos y nos recuerden que debemos afirmarnos en la gracia. ¡Alabado sea el Señor porque nos ha dejado la provisión más que suficiente para todo nuestro caminar!


Danilo Sorti




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