jueves, 1 de marzo de 2018

420. Nace el Espíritu del Imperio, ¿quién maneja los hilos por detrás?

Génesis 10:8-12 RVC
8 Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer hombre poderoso en la tierra.
9 Éste fue un vigoroso cazador delante del Señor. Por eso se dice: «Así como Nimrod, vigoroso cazador delante del Señor.»
10 Las ciudades principales de su reino fueron Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.
11 De esta tierra salió para Asiria, y allí edificó Nínive, Rejobot, Calaj,
12 y Resén, la gran ciudad que está entre Nínive y Calaj.

Génesis 10:32 RVC
32 Éstas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias y naciones. De ellos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

Génesis 11:1-9 RVC
1 En la tierra todos tenían entonces una sola lengua y unas mismas palabras,
2 pero sucedió que, cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar y se establecieron allí.
3 Y se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos en el fuego.» Y los ladrillos les sirvieron como piedras, y el asfalto les sirvió de mezcla,
4 y dijeron: «Vamos a edificar una ciudad, y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos de renombre, por si llegamos a esparcirnos por toda la tierra.»
5 Pero el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres estaban edificando,
6 y dijo: «Esta gente es una sola, y todos ellos tienen un solo lenguaje. Ya han comenzado su obra, y ahora nada los hará desistir de lo que han pensado hacer.
7 Así que descendamos allá y confundamos su lengua, para que ninguno entienda la lengua de su compañero.»
8 Así fue como el Señor los esparció por toda la tierra, y como dejaron de edificar la ciudad.
9 Por eso la ciudad se llamó Babel, porque allí el Señor confundió el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció por toda la superficie de la tierra.

Génesis 10 habla de naciones, específicamente de los pueblos que surgieron de Noé y que resultaron fundamentales en la historia de la Salvación. Ellos poblaron el Medio Oriente, parte de África y parte de Europa y Asia. Se puede buscar en la Web “los nietos de Noé” y se encuentran estudios interesantes que muestran la dispersión de esa gente. De uno de esos pueblos finalmente vino el Mesías, y la historia a partir de Génesis 12 se concentra en esa línea, precisamente porque el tema central de la Biblia es la Salvación del hombre, ¡no la política! Si lo fuera, tendríamos muchos más relatos de guerras, alianzas y poblaciones. Pero el resto de los pueblos también jugaron un rol fundamental en esa historia; fundamental pero generalmente “negativo”, amenazando la continuidad de esa línea que Dios estaba formando. Bueno, “medio” negativo porque nada puede frustrar los planes de Dios y en realidad esas vicisitudes fueron las que conformaron al pueblo de Israel del primer siglo, las que utilizó para disciplinar a Sus hijos descarriados y son las naciones que finalmente se unirán al Pueblo de Dios en el Reino Venidero.

Ahora bien, la Biblia, al igual que toda la creación, se rige por el principio de economía. Cuando estudiamos ciencias, fundamentalmente Biología, nos queda claro que todas las estructuras vivas y el funcionamiento de los seres vivos funciona en base a una muy eficiente economía de energía y materia. Aunque esa lógica económica no es tan simple como parecería, es rigurosísima para toda la vida. Ése es el principio que estableció el Creador. Y la Biblia también; no dice una palabra de más, pero tampoco una de menos, ¡y aún así son más de 31.000 versículos! Por lo tanto, si en una enumeración el escritor se detiene en un tema y se explaya un poco, tenemos que prestarle atención.

Un nieto de Cam, hijo maldecido por Noé, fue Nimrod, y la genealogía hace un alto allí. Hay muchos relatos mitológicos sobre Nimrod, no soy un experto en ellos y no pretendo hacer un juicio sobre su veracidad, la Biblia no los incluye a pesar de que los judíos de esos tiempos seguramente los conocían (alguna versión de ellos), tenemos lo que más necesitamos saber, esto es:

·         Fue un cazador vigoroso, es decir que tenía mucha fuerza física y destreza estratégica. Algunos dicen que esto significa que fue un gran esclavista, lo cual no es demasiado ilógico en lo que sigue.
·         Tuvo un reino, es decir, ejerció autoridad sobre mucha gente.
·         Fundó muchas ciudades y surgieron imperios de allí.

Nimrod fue un gran líder, el primero que registra la Biblia, 1 Crónicas 1:10 agrega que “éste llegó a ser poderoso en la tierra”, y de “sus lomos” surgieron los dos imperios que marcarían la historia de Israel (y por eso, la línea de la Salvación): Babilonia y Asiria; en rigor, el imperio Neobabilónico y el Neoasirio, porque ambos tuvieron su momento de esplendor mucho tiempo antes de que Israel se asentara, cayeron luego en el olvido y “resucitaron” por un tiempo relativamente breve antes de desaparecer por completo.

Asiria primero y Babilonia después representan “EL” imperio opresor por excelencia; así quedó registrado en las páginas bíblicas y así “vuelve” a aparecer al fin de los tiempos en Apocalipsis 17 y 18. Y digo “vuelve” pero nunca salió de escena, simplemente cambió de nombre y de ubicación. El Espíritu del Imperio, entonces, es el Espíritu de Nimrod, su más lejano fundador, “perdido” en el tiempo y en las páginas bíblicas, pero archiconocido por sus “frutos”.

Leer la Biblia sin tener presente este principio / principado es perder mucho de lo que dice, y nos lleva a caer en discusiones de modelos políticos (si “A” es mejor que “B”) que en realidad tienen todos por detrás EXACTAMENTE EL MISMO principado de opresión y esclavitud de los hombres, es decir, a Nimrod, como lo llaman algunos: “el vigoroso cazador DE HOMBRES”. Los modelos políticos tienen la habilidad para “cazar” las mentes con sus declaraciones, y luego para “cazar” físicamente a las personas cuando llegan al poder. Prometen libertad, llevan a alguna forma de esclavitud.

El nombre que sobresale en las páginas bíblicas es Babilonia, que a pesar de ser imperio por breve tiempo (menos de un siglo el Neobabilónico) marcó decisivamente toda la historia de Israel.

Ahora bien, yo estoy afirmando que el “Espíritu del Imperio” es casi omnipresente en la Biblia, a veces en primer plano, muchas otras en el trasfondo, ¿cómo es eso? Lo vemos primero en Abram saliendo de Ur, el imperio de su tiempo. Lo vemos en Sodoma, ciudad perversa pero cuyo principal pecado fue no usar sus muchas riquezas (imperio) para ayudar al necesitado, uno de los más fundamentales mandatos de la gente del Medio Oriente. Aparece con todo vigor en Egipto y durante el Éxodo, pero se mantiene a lo largo de muchos siglos, generalmente en el trasfondo, a veces no, como una de las potencias de la época. Asiria es el primer martillo que usa Dios para las diez tribus rebeldes, finalmente Babilonia cae sobre Judá y marca su historia para siempre. Luego se suceden los imperios Medo Persa y griego. Prácticamente toda la historia relatada en el Antiguo Testamento, y en el período intertestamentario está contenida en esos imperios; breves períodos de tiempo estuvieron “fuera” de algún imperio, incluso hubo un momento, durante el reinado de Salomón, en el que el Imperio estuvo “dentro” del Pueblo de Dios. Aunque ese no fue el sueño de Dios, la historia de Israel es casi toda la de un pueblo oprimido por alguna gran potencia… pero gracias a eso se ha vuelto de relevancia mundial y Dios pudo hablar a todos los hombres de todas las épocas.

El Nuevo Testamento no nos encuentra en una situación mejor: Roma aparece por doquier y los cristianos muy pronto la identificaron con Babilonia.

Estos dos milenios TAMPOCO nos muestran algo muy distinto: imperios han surgido aquí y allá, cayeron unos, se levantaron otros. El fin de los tiempos traerá ese viejo monstruo, resurgido por un breve tiempo del abismo, para ir a su destrucción definitiva: el definitivo fin de Babilonia.

El tema de Babilonia lo desarrolló más en extenso en otro artículo: “Babilonia en la Biblia y en la actualidad; sus características e importancia” (https://cristianoseiglesias.blogspot.com.ar/2015/10/babilonia-en-la-biblia-y-en-la.html), con más referencias bíblicas, y sugiero que sea leído.

¿Qué sacamos de todo esto? Los cristianos “apolíticos” deberían entender que si “leen” el mundo dejando de lado la dimensión política y geoestratégica se están perdiendo algo muy importante, es más, están siendo por defecto presa de ese sistema. Los cristianos que defienden enfervorizadamente un sistema político, ¡están dentro del vientre de la Bestia! No importa que sea el capitalismo o el socialismo, que al fin y al cabo, nacieron ambos en el mismo lugar (y no es el Tercer Mundo, por cierto).

Absolutamente cualquier línea política en este mundo, del pasado, del presente y del futuro, está contaminada con el Espíritu de Nimrod, y aunque en determinado momento y lugar haya una mejor que otra, no hay ninguna salvación posible en ellas. Por eso Jesucristo dijo:

Juan 18:36 RVC
36 Respondió Jesús: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»

Y por si quedaba alguna duda:

Hechos 1:6-8 RVC
6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: «Señor, ¿vas a devolverle a Israel el reino en este tiempo?»
7 Y él les respondió: «No les toca a ustedes saber el tiempo ni el momento, que son del dominio del Padre.
8 Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»

No, no hay “reino mesiánico” en este tiempo, hay propuestas mejores o peores, pero nada cercano al ideal del Reino Venidero, nada para entusiasmarse mucho…

Imperios “grandes” o imperios “pequeños”, internacionales o barriales, pero el principio sigue siendo el mismo.

Ahora bien, si todas las estructuras políticas están tan contaminadas, ¿entonces no deberíamos asumir la posición apolítica? Pero esa no es una opción posible, porque desde el principio de Génesis Dios estableció un principio de gobierno y organización humana, y no puede NO HABER gobierno humano con todo lo que eso implica.

¿Estamos condenados a gobiernos tiranos y opresivos? No necesariamente. Aunque inevitablemente estemos bajo un sistema corrompido, hay principios bíblicos para la bendición de las naciones, y eso lo veremos en un próximo artículo.

Danilo Sorti





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