Jeremías 18:5-10 DHH
5 Entonces el Señor me dijo:
6 “¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes,
israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis
manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo.
7 En un momento dado decido
arrancar, derribar y destruir una nación o un reino.
8 Pero si esa nación se aparta
del mal, entonces ya no le envío el castigo que le tenía preparado.
9 En otra ocasión decido
construir y hacer crecer una nación o un reino.
10 Pero si esa nación hace lo
malo y desatiende mis advertencias, entonces ya no le envío los beneficios que
le tenía preparados.
Uno de los problemas más
serios que tienen algunos con el Dios que se nos revela en la Biblia es el
episodio de la conquista de Canaán, ¿por qué Dios mandaría exterminar naciones?
Otros no se hacen la misma pregunta sino que dirían “¿por qué no?” y de ahí en
más estarán contentos cuando tal o cual país es bombardeado y destruido. El
asunto requiere analizar varios aspectos.
Primero y por encima de
cuál haya sido el pueblo que haya destruido a cuál, está el hecho de si Dios
“puede” hacer eso con las naciones, es decir, permitir o incluso mandar una
guerra. Algo sobre eso hablé en “Dios crea, Dios también destruye”,. Allí cito
el mismo pasaje de Jeremías, y lo cierto es que el mismo Dios que mueve las
galaxias con sus dedos y crea y destruye mundo, también puede crear y destruir
naciones, por más que no nos guste.
Isaías 40:17 RVC
17 En su presencia, todas
las naciones no son nada; ¡él las considera inexistentes!
Yo entiendo que el mundo
natural con sus procesos refleja los principios del Dios Creador, es decir, tal
como vemos que ocurre en el mundo físico es como Dios actúa. Y allí, cuando
analizamos los procesos del Universo y de la Tierra, especialmente la historia
de la vida sobre la Tierra, queda claro que hay momentos de “creación” y
momentos de “destrucción”. Y el ejemplo más “cercano” que tenemos es el
meteorito Chicxulub, hace unos 65.000.000 de años, destruyendo lo que hasta ese
momento era el sistema de vida más complejo y fascinante que había existido:
los grandes reptiles. Pero si eso no hubiera ocurrido, los mamíferos
seguiríamos siendo ratas nocturnas correteando entre las patas de los
dinosaurios.
Por supuesto no pasa lo
mismo con las naciones, de hecho pasa algo peor, porque los hombres somos
moralmente responsables ante Dios. ¿Y qué estaba pasando precisamente con esas
naciones de Canaán?
Génesis 15:13-16 DHH
13 Entonces el Señor le dijo:
—Debes saber que tus
descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que
serán maltratados durante cuatrocientos años.
14 Pero yo también castigaré a la
nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y
dueños de grandes riquezas.
15 Por lo que a ti toca, morirás
en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados.
16 Después de cuatro
generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha
llegado al colmo la maldad de los amorreos.
Hay que entender que
estos “paganos” NO ERAN “nuestros
paganos”, es decir, las naciones no “cristianas” (aunque de hecho no existe tal
cosa, solo naciones más o menos influidas por el cristianismo, y cada vez menos
en la práctica). No tenemos que proyectar el presente sobre el pasado. Estas
naciones eran pecadoras y corruptas, pero no tanto en la época de Abraham como
lo fueron después.
Deuteronomio 12:29-31 RVC
29 »Cuando el Señor tu Dios haya
destruido a tu paso las naciones de las que tú vas a tomar posesión, y las
hayas tomado, y te hayas establecido en su tierra,
30 una vez que hayan sido
destruidas delante de ti, ten cuidado de no tropezar al ir en pos de ellas. No
preguntes acerca de sus dioses, ni digas: “Así como aquellas naciones servían a
sus dioses, también yo les serviré.”
31 No trates así al Señor tu
Dios, porque ellos hicieron con sus dioses todo lo que es repugnante, y que el
Señor aborrece. ¡Incluso lanzaban al fuego a sus hijos y a sus hijas, como
ofrenda a sus dioses!
Levítico 18:21-30 RVC
21 »No ofrezcas ningún hijo
tuyo a Moloc, para que sea quemado. No deshonres así el nombre de tu Dios. Yo
soy el Señor.
22 »No te acostarás con un
hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto aberrante.
23 »No te allegarás a
ningún animal para deshonrarte con él. »Ninguna mujer se pondrá delante de
ningún animal para ayuntarse con él. Ése es un acto perverso.
24 »No se contaminen con
nada de esto. Las naciones que yo estoy expulsando de la presencia de ustedes
se han corrompido cometiendo todas estas cosas,
25 y con ello la tierra se
contaminó. Pero yo castigué su maldad, y la tierra expulsó a sus habitantes.
26 Pero ustedes, cumplan
con mis estatutos y mis ordenanzas, y no cometan, ni ustedes ni los extranjeros
que habitan entre ustedes, ninguno de estos actos aberrantes.
27 Porque todas estas
perversiones las cometieron los que habitaron esa tierra antes que ustedes, y
la tierra se contaminó.
28 No vaya a ser que la
tierra los expulse por haberla contaminado, como expulsó a la gente que la
habitó antes que ustedes.
29 Todos los que incurran
en alguna de estas perversiones serán eliminados de su pueblo.
30 »Por lo tanto, cumplan
con mis ordenanzas y no imiten las repugnantes acciones que se practicaron allí
antes de ustedes. No se contaminen con ellas. Yo soy el Señor su Dios.»
Estas naciones que Dios
mandó a Israel que destruyera estaban corruptas en extremo. Dios es santo, Dios
se preocupa por los individuos, pero también por las naciones y por la
humanidad entera, y no va a permitir que Su obra se “desmadre”, aunque eso
implique destrucción. El proceso de “construir” y “destruir” naciones no tiene
sentido si pensamos solo en un Dios “individual”, de la persona, como es el
paradigma dominante del cristianismo occidental actual, pero es plenamente
comprensible desde un punto de vista más amplio.
El problema que tenemos si
aceptamos esta verdad es que entonces nos miramos a nosotros en este siglo,
teniendo muchísimo más conocimiento que esos pueblos paganos que, en su
ignorancia fueron juzgados por sus pecados, y resulta que hoy estamos haciendo
lo mismo o aún peor, ¿qué le espera a esta civilización? Dios no ha cambiado…
Dios mandó a Israel a
destruir esos pueblos, mandato que en realidad se cumplió por la mitad y al
final unos cuantos de esos mismos pueblos quedaron integrados a Israel. El
resto de las guerras que pasó Israel en la historia del Antiguo Testamento no
necesariamente entran dentro de la misma categoría, sino que fueron las guerras
“normales” de cualquier pueblo en ese contexto (no demasiado diferente al
nuestro).
Pero hay que entender que
así como Dios no hace acepción de personas TAMPOCO lo hace con las naciones;
Israel pasó por muchas más guerras y destrucciones a lo largo de su historia de
las que generó en la conquista de Canaán. Cuando el pueblo de Dios se corrompió
en extremo, haciendo cosas peores que las naciones de alrededor:
Jeremías 7:30-33 RVC
30 «¡Ante mis propios ojos,
los hijos de Judá han hecho lo malo! ¡Han profanado la casa misma donde se
invoca mi nombre, al exponer allí sus actos repugnantes! —Palabra del Señor.
31 »Han edificado altares
en los montes de Tofet, en el valle de Ben Jinón, para lanzar al fuego a sus
hijos y a sus hijas, que es algo que nunca les pedí que hicieran, y que ni
siquiera pensé pedirles.
32 Por eso vienen días en
que ese lugar ya no se llamará Tofet, ni valle de Ben Jinón, sino Valle de la
Matanza. Y los muertos se enterrarán en Tofet, por no haber otro lugar.
—Palabra del Señor.
33 »Los cadáveres de esta
gente serán la comida de las aves del cielo y de las bestias del campo, y no
habrá quien las espante.
Ezequiel 16:47-48 RVC
47 Pero tú no sólo imitaste
su conducta y cometiste los mismos actos repugnantes, sino que eso te pareció
poco y tus hechos fueron peores que los de ellas.
48 Puedo jurar por mí
mismo, que ni tu hermana Sodoma ni sus hijas hicieron lo que hicieron tú y tus
hijas. Palabra de Dios el Señor.
Y por eso vino una
destrucción peor sobre ellos, de mano del imperio Neobabilónico sobre Judá y
del imperio Asirio sobre las tribus del norte; y de diversas potencias en los
siglos siguientes.
¿Qué diremos de la matanza
de los primogénitos en Egipto? Veamos un poco más atrás la historia:
Éxodo 1:8-22 RVC
8 Mientras tanto, en Egipto
surgió un nuevo rey que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo:
9 «Como pueden ver, el
pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros.
10 Así que debemos
tratarlos con mucha sabiduría para que no sigan multiplicándose. Puede suceder
que, en caso de guerra, ellos también se alíen con nuestros enemigos y peleen
contra nosotros, y se vayan del país.»
11 Entonces los egipcios
pusieron sobre los israelitas a comisarios de tributos para que los afligieran
con sus trabajos. Así los israelitas construyeron para el faraón Pitón y
Ramesés, que eran ciudades de almacenaje.
12 Pero mientras más los
oprimían, más se multiplicaban y crecían, de modo que los egipcios sentían
temor de los hijos de Israel.
13 Por eso los egipcios
sometieron a los hijos de Israel a una cruel servidumbre.
14 Les amargaron la vida y
sin piedad los obligaron a hacer barro y ladrillos, y todas las labores del
campo y toda clase de trabajos pesados.
15 Además, el rey de Egipto
habló con Sifra y Fúa, que eran las parteras de las hebreas, y les dijo:
16 «Cuando ustedes ayuden a
las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo. Si es niño, mátenlo; si es niña,
déjenla vivir.»
17 Pero las parteras
temieron a Dios, y no hicieron lo que el rey de Egipto les mandó, sino que les
salvaron la vida a los niños.
18 Entonces el rey de
Egipto mandó a llamar a las parteras, y les dijo: «¿Por qué han hecho esto de
salvarles la vida a los niños?»
19 Y las parteras le
respondieron: «Es que las hebreas no son como las egipcias. Son mujeres
robustas, y dan a luz antes de que la partera llegue a ayudarlas.»
20 Y Dios trató bien a las
parteras, y el pueblo llegó a ser cada vez más numeroso y más fuerte.
21 Y como las parteras
tuvieron temor de Dios, él hizo que sus familias prosperaran.
22 Pero el faraón ordenó a
todo su pueblo: «Echen al río a todos los niños que nazcan, pero dejen con vida
a todas las niñas.»
Los egipcios estaban
perpetrando un genocidio y dejando a las niñas como esclavas sexuales (el
libertinaje sexual de Egipto era proverbial). ¿Fue injusta la muerte de los
primogénitos? Fue lamentablemente muy justa, y recordemos que en realidad fue
la última de diez plagas o juicios, y aunque Dios sabía perfectamente que el
Faraón no iba a dar el brazo a torcer, tuvo la posibilidad de evitarlo.
El problema cuando vemos
estas matanzas es que en realidad estamos viendo “el final” de una historia que
muchas veces no se cuenta.
Ezequiel 33:11 RV1960
11 Diles: Vivo yo, dice
Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío
de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué
moriréis, oh casa de Israel?
Este es un principio que se
ilustra con Israel pero que siempre se aplicó a todas las naciones. Dios
siempre dio muchas oportunidades a los pueblos y a los hombres; Jonás es el
ejemplo más claro de esto que tenemos en la Biblia. Nínive era en extremo
pecadora, sanguinaria y aberrante en sus hechos (como abrirles el vientre a las
mujeres embarazadas y dejarlas desangrarse) y por cierto merecía con todas las
letras el juicio de Dios, que efectivamente vino, pero antes de eso mandó a
Jonás, que también conocía perfectamente la misericordia de Dios para con los
paganos, ¡por eso se fue exactamente hacia el punto opuesto al que Dios lo
mandó, a Tarsis, el “fin del mundo” de aquel entonces.
Nínive se arrepintió y fue
perdonada, luego volvió a ser peor que antes y fue finalmente destruida. Las
naciones que Dios manda destruir en Canaán estaban al “final del ciclo” de
corrupción. Pero ellos tenían el testimonio de una vida recta.
Lo que hoy conocemos como
zodíaco, un conjunto desordenado de seres grotescos, fue en su origen una clara
profecía de lo que haría el Mesías por venir, cuando sobre la Tierra no se
había empezado a escribir lo que hoy conocemos como Biblia. Todos los pueblos
la tenían, u otras similares. Siempre hubo entre las naciones el testimonio del
verdadero Dios y del verdadero camino de justicia. Todas se terminaron
corrompiendo, y hoy no es distinto.
Ahora bien, Dios no es Papá
Noel, y tan cierto que es misericordioso, es también justo.
1 Corintios 5:6, 13 RVC
6 No está bien que ustedes
se jacten. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?
13 A los de afuera, ya Dios
los juzgará. Así que, ¡saquen de entre ustedes a ese perverso!
En este texto Pablo enuncia
un principio general; aquí lo aplica a la iglesia ordenándoles sacar de la
comunión a un cristiano claramente hipócrita. Pero lo mismo pasa entre las
naciones: la corrupción de una termina contaminando al resto, y sino,
analicemos la influencia de la industria de Hollywood en el mundo occidental.
Cuando se juzga al “Dios
del Antiguo Testamento” por ser tan “guerrero y sanguinario” en realidad se
está haciendo una proyección parcial de la mentalidad de nuestro siglo hacia
una realidad distinta y no bien conocida. En un mundo desenfrenado por la
idolatría Dios se reveló como Santo. Hay que entender que “idolatría” en ese
entonces (y también ahora…) no significaba simplemente tener un conjunto de
estatuas en casa y desempolvarlas de vez en cuando, implicaba un estilo de vida
aberrante y totalmente injusto. A Israel le llevó siglos entender eso.
¿De dónde salen los
principios con los cuales juzgamos ese mundo tan violento? Del Evangelio. No
fue la “evolución del pensamiento humano” ni la “filosofía griega” ni la
“legislación romana” ni el supuesto “pacifismo oriental” (que no es tal cuando
vemos las noticias); son los principios cristianos que terminaron
transformándose en universales en el mundo moderno.
Esa forma en que Dios obró
antes no tiene que ser necesariamente la actual, eso lo veremos en un próximo
artículo.
Danilo Sorti
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