jueves, 1 de marzo de 2018

415. ¿Por qué Dios mandó a destruir naciones? – I

Jeremías 18:5-10 DHH
5 Entonces el Señor me dijo:
6  “¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo.
7 En un momento dado decido arrancar, derribar y destruir una nación o un reino.
8 Pero si esa nación se aparta del mal, entonces ya no le envío el castigo que le tenía preparado.
9 En otra ocasión decido construir y hacer crecer una nación o un reino.
10 Pero si esa nación hace lo malo y desatiende mis advertencias, entonces ya no le envío los beneficios que le tenía preparados.

Uno de los problemas más serios que tienen algunos con el Dios que se nos revela en la Biblia es el episodio de la conquista de Canaán, ¿por qué Dios mandaría exterminar naciones? Otros no se hacen la misma pregunta sino que dirían “¿por qué no?” y de ahí en más estarán contentos cuando tal o cual país es bombardeado y destruido. El asunto requiere analizar varios aspectos.

Primero y por encima de cuál haya sido el pueblo que haya destruido a cuál, está el hecho de si Dios “puede” hacer eso con las naciones, es decir, permitir o incluso mandar una guerra. Algo sobre eso hablé en “Dios crea, Dios también destruye”,. Allí cito el mismo pasaje de Jeremías, y lo cierto es que el mismo Dios que mueve las galaxias con sus dedos y crea y destruye mundo, también puede crear y destruir naciones, por más que no nos guste.

Isaías 40:17 RVC
17 En su presencia, todas las naciones no son nada; ¡él las considera inexistentes!

Yo entiendo que el mundo natural con sus procesos refleja los principios del Dios Creador, es decir, tal como vemos que ocurre en el mundo físico es como Dios actúa. Y allí, cuando analizamos los procesos del Universo y de la Tierra, especialmente la historia de la vida sobre la Tierra, queda claro que hay momentos de “creación” y momentos de “destrucción”. Y el ejemplo más “cercano” que tenemos es el meteorito Chicxulub, hace unos 65.000.000 de años, destruyendo lo que hasta ese momento era el sistema de vida más complejo y fascinante que había existido: los grandes reptiles. Pero si eso no hubiera ocurrido, los mamíferos seguiríamos siendo ratas nocturnas correteando entre las patas de los dinosaurios.

Por supuesto no pasa lo mismo con las naciones, de hecho pasa algo peor, porque los hombres somos moralmente responsables ante Dios. ¿Y qué estaba pasando precisamente con esas naciones de Canaán?

Génesis 15:13-16 DHH
13 Entonces el Señor le dijo:
—Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años.
14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas.
15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados.
16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.

Hay que entender que estos  “paganos” NO ERAN “nuestros paganos”, es decir, las naciones no “cristianas” (aunque de hecho no existe tal cosa, solo naciones más o menos influidas por el cristianismo, y cada vez menos en la práctica). No tenemos que proyectar el presente sobre el pasado. Estas naciones eran pecadoras y corruptas, pero no tanto en la época de Abraham como lo fueron después.

Deuteronomio 12:29-31 RVC
29 »Cuando el Señor tu Dios haya destruido a tu paso las naciones de las que tú vas a tomar posesión, y las hayas tomado, y te hayas establecido en su tierra,
30 una vez que hayan sido destruidas delante de ti, ten cuidado de no tropezar al ir en pos de ellas. No preguntes acerca de sus dioses, ni digas: “Así como aquellas naciones servían a sus dioses, también yo les serviré.”
31 No trates así al Señor tu Dios, porque ellos hicieron con sus dioses todo lo que es repugnante, y que el Señor aborrece. ¡Incluso lanzaban al fuego a sus hijos y a sus hijas, como ofrenda a sus dioses!

Levítico 18:21-30 RVC
21 »No ofrezcas ningún hijo tuyo a Moloc, para que sea quemado. No deshonres así el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
22 »No te acostarás con un hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto aberrante.
23 »No te allegarás a ningún animal para deshonrarte con él. »Ninguna mujer se pondrá delante de ningún animal para ayuntarse con él. Ése es un acto perverso.
24 »No se contaminen con nada de esto. Las naciones que yo estoy expulsando de la presencia de ustedes se han corrompido cometiendo todas estas cosas,
25 y con ello la tierra se contaminó. Pero yo castigué su maldad, y la tierra expulsó a sus habitantes.
26 Pero ustedes, cumplan con mis estatutos y mis ordenanzas, y no cometan, ni ustedes ni los extranjeros que habitan entre ustedes, ninguno de estos actos aberrantes.
27 Porque todas estas perversiones las cometieron los que habitaron esa tierra antes que ustedes, y la tierra se contaminó.
28 No vaya a ser que la tierra los expulse por haberla contaminado, como expulsó a la gente que la habitó antes que ustedes.
29 Todos los que incurran en alguna de estas perversiones serán eliminados de su pueblo.
30 »Por lo tanto, cumplan con mis ordenanzas y no imiten las repugnantes acciones que se practicaron allí antes de ustedes. No se contaminen con ellas. Yo soy el Señor su Dios.»

Estas naciones que Dios mandó a Israel que destruyera estaban corruptas en extremo. Dios es santo, Dios se preocupa por los individuos, pero también por las naciones y por la humanidad entera, y no va a permitir que Su obra se “desmadre”, aunque eso implique destrucción. El proceso de “construir” y “destruir” naciones no tiene sentido si pensamos solo en un Dios “individual”, de la persona, como es el paradigma dominante del cristianismo occidental actual, pero es plenamente comprensible desde un punto de vista más amplio.

El problema que tenemos si aceptamos esta verdad es que entonces nos miramos a nosotros en este siglo, teniendo muchísimo más conocimiento que esos pueblos paganos que, en su ignorancia fueron juzgados por sus pecados, y resulta que hoy estamos haciendo lo mismo o aún peor, ¿qué le espera a esta civilización? Dios no ha cambiado…

Dios mandó a Israel a destruir esos pueblos, mandato que en realidad se cumplió por la mitad y al final unos cuantos de esos mismos pueblos quedaron integrados a Israel. El resto de las guerras que pasó Israel en la historia del Antiguo Testamento no necesariamente entran dentro de la misma categoría, sino que fueron las guerras “normales” de cualquier pueblo en ese contexto (no demasiado diferente al nuestro).

Pero hay que entender que así como Dios no hace acepción de personas TAMPOCO lo hace con las naciones; Israel pasó por muchas más guerras y destrucciones a lo largo de su historia de las que generó en la conquista de Canaán. Cuando el pueblo de Dios se corrompió en extremo, haciendo cosas peores que las naciones de alrededor:

Jeremías 7:30-33 RVC
30 «¡Ante mis propios ojos, los hijos de Judá han hecho lo malo! ¡Han profanado la casa misma donde se invoca mi nombre, al exponer allí sus actos repugnantes! —Palabra del Señor.
31 »Han edificado altares en los montes de Tofet, en el valle de Ben Jinón, para lanzar al fuego a sus hijos y a sus hijas, que es algo que nunca les pedí que hicieran, y que ni siquiera pensé pedirles.
32 Por eso vienen días en que ese lugar ya no se llamará Tofet, ni valle de Ben Jinón, sino Valle de la Matanza. Y los muertos se enterrarán en Tofet, por no haber otro lugar. —Palabra del Señor.
33 »Los cadáveres de esta gente serán la comida de las aves del cielo y de las bestias del campo, y no habrá quien las espante.

Ezequiel 16:47-48 RVC
47 Pero tú no sólo imitaste su conducta y cometiste los mismos actos repugnantes, sino que eso te pareció poco y tus hechos fueron peores que los de ellas.
48 Puedo jurar por mí mismo, que ni tu hermana Sodoma ni sus hijas hicieron lo que hicieron tú y tus hijas. Palabra de Dios el Señor.

Y por eso vino una destrucción peor sobre ellos, de mano del imperio Neobabilónico sobre Judá y del imperio Asirio sobre las tribus del norte; y de diversas potencias en los siglos siguientes.

¿Qué diremos de la matanza de los primogénitos en Egipto? Veamos un poco más atrás la historia:

Éxodo 1:8-22 RVC
8 Mientras tanto, en Egipto surgió un nuevo rey que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo:
9 «Como pueden ver, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros.
10 Así que debemos tratarlos con mucha sabiduría para que no sigan multiplicándose. Puede suceder que, en caso de guerra, ellos también se alíen con nuestros enemigos y peleen contra nosotros, y se vayan del país.»
11 Entonces los egipcios pusieron sobre los israelitas a comisarios de tributos para que los afligieran con sus trabajos. Así los israelitas construyeron para el faraón Pitón y Ramesés, que eran ciudades de almacenaje.
12 Pero mientras más los oprimían, más se multiplicaban y crecían, de modo que los egipcios sentían temor de los hijos de Israel.
13 Por eso los egipcios sometieron a los hijos de Israel a una cruel servidumbre.
14 Les amargaron la vida y sin piedad los obligaron a hacer barro y ladrillos, y todas las labores del campo y toda clase de trabajos pesados.
15 Además, el rey de Egipto habló con Sifra y Fúa, que eran las parteras de las hebreas, y les dijo:
16 «Cuando ustedes ayuden a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo. Si es niño, mátenlo; si es niña, déjenla vivir.»
17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron lo que el rey de Egipto les mandó, sino que les salvaron la vida a los niños.
18 Entonces el rey de Egipto mandó a llamar a las parteras, y les dijo: «¿Por qué han hecho esto de salvarles la vida a los niños?»
19 Y las parteras le respondieron: «Es que las hebreas no son como las egipcias. Son mujeres robustas, y dan a luz antes de que la partera llegue a ayudarlas.»
20 Y Dios trató bien a las parteras, y el pueblo llegó a ser cada vez más numeroso y más fuerte.
21 Y como las parteras tuvieron temor de Dios, él hizo que sus familias prosperaran.
22 Pero el faraón ordenó a todo su pueblo: «Echen al río a todos los niños que nazcan, pero dejen con vida a todas las niñas.»

Los egipcios estaban perpetrando un genocidio y dejando a las niñas como esclavas sexuales (el libertinaje sexual de Egipto era proverbial). ¿Fue injusta la muerte de los primogénitos? Fue lamentablemente muy justa, y recordemos que en realidad fue la última de diez plagas o juicios, y aunque Dios sabía perfectamente que el Faraón no iba a dar el brazo a torcer, tuvo la posibilidad de evitarlo.

El problema cuando vemos estas matanzas es que en realidad estamos viendo “el final” de una historia que muchas veces no se cuenta.

Ezequiel 33:11 RV1960
11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

Este es un principio que se ilustra con Israel pero que siempre se aplicó a todas las naciones. Dios siempre dio muchas oportunidades a los pueblos y a los hombres; Jonás es el ejemplo más claro de esto que tenemos en la Biblia. Nínive era en extremo pecadora, sanguinaria y aberrante en sus hechos (como abrirles el vientre a las mujeres embarazadas y dejarlas desangrarse) y por cierto merecía con todas las letras el juicio de Dios, que efectivamente vino, pero antes de eso mandó a Jonás, que también conocía perfectamente la misericordia de Dios para con los paganos, ¡por eso se fue exactamente hacia el punto opuesto al que Dios lo mandó, a Tarsis, el “fin del mundo” de aquel entonces.

Nínive se arrepintió y fue perdonada, luego volvió a ser peor que antes y fue finalmente destruida. Las naciones que Dios manda destruir en Canaán estaban al “final del ciclo” de corrupción. Pero ellos tenían el testimonio de una vida recta.

Lo que hoy conocemos como zodíaco, un conjunto desordenado de seres grotescos, fue en su origen una clara profecía de lo que haría el Mesías por venir, cuando sobre la Tierra no se había empezado a escribir lo que hoy conocemos como Biblia. Todos los pueblos la tenían, u otras similares. Siempre hubo entre las naciones el testimonio del verdadero Dios y del verdadero camino de justicia. Todas se terminaron corrompiendo, y hoy no es distinto.

Ahora bien, Dios no es Papá Noel, y tan cierto que es misericordioso, es también justo.

1 Corintios 5:6, 13 RVC
6 No está bien que ustedes se jacten. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?

13 A los de afuera, ya Dios los juzgará. Así que, ¡saquen de entre ustedes a ese perverso!

En este texto Pablo enuncia un principio general; aquí lo aplica a la iglesia ordenándoles sacar de la comunión a un cristiano claramente hipócrita. Pero lo mismo pasa entre las naciones: la corrupción de una termina contaminando al resto, y sino, analicemos la influencia de la industria de Hollywood en el mundo occidental.

Cuando se juzga al “Dios del Antiguo Testamento” por ser tan “guerrero y sanguinario” en realidad se está haciendo una proyección parcial de la mentalidad de nuestro siglo hacia una realidad distinta y no bien conocida. En un mundo desenfrenado por la idolatría Dios se reveló como Santo. Hay que entender que “idolatría” en ese entonces (y también ahora…) no significaba simplemente tener un conjunto de estatuas en casa y desempolvarlas de vez en cuando, implicaba un estilo de vida aberrante y totalmente injusto. A Israel le llevó siglos entender eso.

¿De dónde salen los principios con los cuales juzgamos ese mundo tan violento? Del Evangelio. No fue la “evolución del pensamiento humano” ni la “filosofía griega” ni la “legislación romana” ni el supuesto “pacifismo oriental” (que no es tal cuando vemos las noticias); son los principios cristianos que terminaron transformándose en universales en el mundo moderno.

Esa forma en que Dios obró antes no tiene que ser necesariamente la actual, eso lo veremos en un próximo artículo.

Danilo Sorti





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