domingo, 3 de septiembre de 2017

193. Si mi hermano peca contra mí…

Mateo 18:15-17 RVC
15 »Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo cuando él y tú estén solos. Si te hace caso, habrás ganado a tu hermano.
16 Pero si no te hace caso, haz que te acompañen uno o dos más, para que todo lo que se diga conste en labios de dos o tres testigos.
17 Si tampoco a ellos les hace caso, hazlo saber a la iglesia; y si tampoco a la iglesia le hace caso, ténganlo entonces por gentil y cobrador de impuestos.

¡Qué difícil se nos ha vuelto cumplir este mandato hoy día! No parece demasiado terrible desobedecerlo, y hasta se aconseja “pasar por alto la ofensa”, especialmente cuando el ofensor entrega abundantes diezmos a la congregación o es miembro de la camarilla pastoral…

¿Debemos obedecer este mandato? Veamos los pasajes que están inmediatamente antes y después:

Mateo 18:12-14 RVC
12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las otras noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se ha perdido?
13 Si llega a encontrarla, de cierto les digo que se regocijará más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se perdieron.
14 Del mismo modo, el Padre de ustedes, que está en los cielos, no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.

Mateo 18:18-20 RVC
18 De cierto les digo que todo lo que aten en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desaten en la tierra, será desatado en el cielo.
19 Una vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá.
20 Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.»

En los versículos anteriores Jesús está hablando de la salvación, e intentar traer nuevamente al camino al que se había perdido puede ser crucial para su salvación eterna. Tengamos en cuenta que, si bien todos pecados, cuando un hermano se transforma en un ofensor grave, es porque hay algo bastante malo dentro suyo: o se ha desviado del camino o está muy pronto a hacerlo. Pero él no lo piensa así, está convencido de lo que hace, por lo que un llamado de atención de un hermano puede ser la señal que lo haga volver, o al menos, una de ellas.

En los versículos posteriores Jesús está hablando del poder divino, inmediatamente después de hablar de la expulsión del ofensor reincidente. Realmente Dios toma en cuenta nuestras decisiones como cuerpo hechas en Sus propósitos.

En general este proceso les cuesta mucho a los pastores, puede ser por razones incorrectas, como las que mencioné más arriba, o puede ser por razones en apariencia “más santas”, como el hecho de no querer que el hermano se pierda, pero a la larga lo que provoca esto es que se pierda buena parte de la congregación:

1 Corintios 5:6 RVC
6 No está bien que ustedes se jacten. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?

¡Las almas no sos nuestras! Ni para estar en la comunión ni para salir de ella.

¿Debemos aplicar este pasaje siempre exactamente como leemos? No lo creo. Una doctrina no puede establecerse con un solo pasaje, ni siquiera con varios pasajes similares del mismo autor o la misma sección de la Biblia. Y en la Palabra de Dios hay mucho escrito respecto de la disciplina en la iglesia. Por lo pronto, este pasaje está en el contexto de una fuerte hermandad y responsabilidad comunitaria. Pero no deberíamos pasarlo por alto fácilmente.

Hay situaciones que no son tan fáciles de solucionar en comunidades poco estructuradas (como el 95 % de las iglesias actuales…); creo que Pablo está dando una directiva para esas circunstancias cuando dice:

2 Corintios 13:1 RVC
1 Ésta será la tercera vez que los visite. Todo asunto se resolverá por el testimonio de dos o tres testigos.

Y aquí vemos la importancia de un ministerio apostólico (genuino, claro, ¡no apostolóbico!); su autoridad (ganada a través de una vida en santidad) puede traer orden cuando la congregación es particularmente revoltosa.

¿Es siempre posible hablar con mi hermano ofensor? Debería serlo, pero no puedo evitar recordar lo que dice Proverbios:

Proverbios 17:10 DHH
10 Cala más un regaño en el entendido
que cien azotes en el necio.

Esto es, ¡difícilmente el necio acepte o siquiera entienda la corrección! El problema es ¿qué hace el tal necio dentro de la comunión de los santos? No debe estar allí, no al menos mientras quiera seguir en su necedad.

Así que, no debemos olvidarnos de las palabras de Jesús, en este tiempo en donde desde los púlpitos se dice de manera directa o indirecta que “está todo bien”, cuando a los pecadores, a las parejas de homosexuales y demás impíos se los deja seguir en la congregación “porque Dios los va a tocar en algún momento”… y porque dan ofrendas interesantes. Pero debemos ser sabios en aplicarlas.

Y ya que hablamos de sabiduría, ¿por qué no leemos todo lo anterior también “al revés”? Es decir, ¿y si un hermano viene a reconvenirme a mí? Me estoy refiriendo a una exhortación verdadera, cuando yo fui el que hizo algo malo, o algo que ofendió a otro, aunque no sea malo en sí mismo o no me parezca tal. ¿Podré aceptarlo o, al menos, quedarme callado en espera a que Dios me muestre lo que ocurrió? ¿O terminaré haciendo lo que es tan común en la Web: insultar de arriba abajo al otro? ¡Señor, danos un corazón humilde!



Danilo Sorti




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