Efesios 1:22-23 RVC
22 Dios sometió todas las cosas bajo sus
pies, y lo dio a la iglesia, como cabeza de todo,
23 pues la iglesia es su cuerpo, la plenitud
de Aquel que todo lo llena a plenitud.
Mateo 16:18 RVC
18 Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no podrán vencerla.
Apocalipsis 1:17-20 RVC
17 Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto.
Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No temas. Yo soy el primero
y el último,
18 y el que vive. Estuve muerto, pero ahora
vivo para siempre. Amén. Yo tengo las llaves de la muerte y del infierno.
19 Escribe esto que has visto, y lo que ahora
sucede, y lo que va a suceder después de esto.
20 Éste es el significado de las siete
estrellas que has visto en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro:
las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete
candeleros que has visto, son las siete iglesias.
La iglesia ocupa un lugar central en las
páginas del Nuevo Testamento. Es el Cuerpo de Cristo, la Novia del Cordero, la
comunidad de los santos, la morada del Espíritu. No hay otro agente que el
Señor haya dejado sobre la Tierra para extender Su Reino, y verdaderamente la
Iglesia constituye el centro del plan neotestamentario.
Decididamente, ¡no hay plan “B”! No hay algo
distinto a la Iglesia que el Señor haya de usar en este tiempo, y no tenemos
ninguna alternativa posible a la Iglesia en las páginas neotestamentarias.
Es cierto que el sentido de “Iglesia” puede
ser bastante amplio, ya que abarca la congregación física como la Iglesia
espiritual, y es cierto que la salvación finalmente es individual y no depende
ni se altera por ninguna iglesia en particular. Pero también es cierto que la
Iglesia, y particularmente, las iglesias locales, se encuentran en el centro de
la dinámica neotestamentaria.
¡Pero la iglesia se ha vuelto tan
problemática en este tiempo…!
Por un lado tenemos una gran cantidad de
iglesias decididamente desviadas de la verdad y por otros, un grupo de iglesias
que son fieles en el amor a Dios pero que resultan bastante incompletas en su
vida espiritual y doctrina, además de la gran cantidad de cristianos que vive
su fe “fuera de la iglesia” o al menos, fuera de un compromiso firme con una
iglesia. ¡Una brújula por favor!
El que no alcance a tener una verdadera
dimensión del ataque que está sufriendo la iglesia en este tiempo, de la crisis
en que se encuentra, y de los propósitos y misericordia divina para ella, se va
a encontrar en serios problemas. No tenemos “otra cosa” más allá de la iglesia.
Por supuesto, no cualquier local con cartel colgado en el frente que diga
“Iglesia”, sino las iglesias que genuinamente pueden llamarse así. Pero aún
dentro de ellas la vida no es fácil. Pero bueno, ¡mucho “menos fácil” es en el
mundo actual!
Hermanos, vuelvo a decir que si no llegamos a
ver en su correcta dimensión la crisis que está pasando el mundo hoy, y el
ataque feroz que está sufriendo la Iglesia; cosas que nunca se dieron en tal
magnitud como en estos tiempos, vamos a estar en serios problemas.
Concretamente quiero decir que terminaremos tan enojados y resentidos que
seremos uno más del nuevo grupo social de “cristianos evangélicos no
practicantes”.
Tal como están las iglesias hoy, la vida
adentro puede no ser fácil, pero no tenemos otro lugar. En las ciudades grandes
podemos buscar entre varias iglesias y a lo mejor encontrar alguna que sea
buena; en localidades más pequeñas no es tan fácil. Pero no hay otro lugar.
Habrá ocasiones en las que solamente podamos
“ir a la iglesia”, participar del servicio dominical y no mucho más. A veces
las “iglesias virtuales” pueden ser una ayuda importante, pero tampoco son el
centro del propósito divino.
Sin embargo, si leemos bien la Biblia,
encontraremos que los “problemas de iglesia” ocupan gran parte del Nuevo
Testamento, y que el Señor ya nos alertó de todo lo que pasaría y qué
deberíamos hacer. ¡Pero debemos entender en qué tiempos vivimos! Y luego de
entender, recibir el amor y la sabiduría de Dios para hacer nuestra parte en
traer Su modelo a nuestras iglesias. Se supondría que la iglesia debe ser el
lugar de protección y de hermandad, pero aún si no lo es sigue estando dentro
de la voluntad divina y el Señor está procurando transformarla.
Hay lugares que no merecen llamarse iglesia.
Hay lugares de los cuales el Señor ya retiró Su candelabro y no hay vida del
Espíritu. Hay lugares que necesitan ser purificados. No podemos ir a cualquier
lugar. Pero donde vayamos, la realidad no va a ser fácil. Pidámosle al Señor
que nos dé el discernimiento y la sabiduría.
No nos olvidemos que, en realidad, lo más
importante de la iglesia no tiene mucho que ver ni con el local, ni con la
estructura ni incluso con los hermanos, sino con Jesucristo mismo que prometió
estar donde dos o tres estuvieran reunidos en Su nombre.
Danilo Sorti
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