domingo, 3 de septiembre de 2017

206. La raíz de iniquidad nacional de perversión sexual

Romanos 1:24-32 RVC
24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de su corazón y a la impureza, de modo que degradaron entre sí sus propios cuerpos.
25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y honraron y dieron culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Hasta sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van en contra de la naturaleza.
27 De la misma manera, los hombres dejaron las relaciones naturales con las mujeres y se encendieron en su lascivia unos con otros. Cometieron hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibieron en sí mismos la retribución que merecía su perversión.
28 Y como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no convienen.
29 Están atiborrados de toda clase de injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades.
30 Son murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
31 necios, desleales, insensibles, implacables, inmisericordes.
32 Y aunque saben bien el juicio de Dios, en cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se regodean con los que las practican.

Este artículo es uno de una serie de artículos sobre iniquidades nacionales. Me concentro en la realidad de Argentina porque es del país que puedo hablar con autoridad, sin embargo, creo que la realidad de toda Latinoamérica no es muy diferente.

La perversión sexual en realidad es una consecuencia de haber abandonado a Dios, y mientras más se aleja de Dios una sociedad, más hondo cae en la degradación. Aunque vamos a hablar de ese tema aquí, notemos que no es algo que aparezca “aparte de” las otras obras de la carne. Como el mismo Pablo diría en otra carta:

Gálatas 5:19-21 RVC
19 Las obras de la carne se manifiestan en adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas. Acerca de ellas les advierto, como ya antes les he dicho, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

La corrupción sexual es en parte fruto de otras causas más profundas y a la vez raíz de una rápida disolución social, propiamente dicho “disolución”, porque la trama de la sociedad se “disuelve”, se deshace. Nada hay en la tierra que ejemplifique mejor la relación entre Dios y Su pueblo que la imagen del matrimonio. Dios es espíritu, no tiene género tal como lo conocemos nosotros, pero cuando quiso expresarse a sí mismo, se “dividió” en dos partes que están “incompletas” por separado:

Génesis 1:27 RVC
27 Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.

Isaías 62:4-5 RVC
4 Nunca más volverán a llamarte «Desamparada», ni a tu tierra le dirán «Desolada». Más bien, serás llamada «Deleite mío», y tu tierra será llamada «Esposa mía», porque el amor del Señor estará en ti, y tu tierra volverá a tener esposo.
5 Porque tus hijos se desposarán contigo, de la manera que un joven se desposa con una doncella; ¡tu Dios se recreará contigo como se recrea el esposo con la esposa!

Al alterar el orden sexual establecido por Dios, aquello que debía ser fuente de creación, de unión y de gozo en el matrimonio se transforma en causa de heridas emocionales, ataduras espirituales y almáticas, transmisión de enfermedades, origen de niños que se criarán sin padre y muchas veces con madres que los rechazan, cuando no los abortan. A medida que se avanza en la homosexualidad se desdibuja aún más la imagen de la relación entre Dios y el hombre. Propiamente dicho, la homosexualidad es una figura del “endiosamiento” del hombre, el hombre se une al propio hombre, a lo que “es semejante” a si mismo, en vez de a su Creador.

Sólo cuando la creatura se une con su Creador es que se produce una nueva creación y las creaturas están completas y realizadas. Y esta unión sólo es bendecida bajo un pacto perpetuo.

La degradación moral actual únicamente ocurre luego de que se han roto muchas barreras; esto está rápidamente pasando en todo el mundo, pero en Argentina, al igual que en Latinoamérica, se partió con una fuerte desventaja: el abuso y relajamiento moral de los conquistadores en estas tierras sembró las semillas necesarias como para que el proceso ocurriera rápidamente.

La iniquidad sexual es fácilmente identificable, pero no tan fácil de erradicar porque, como dijimos más arriba, tiene que ver con muchas barreras que fueron rotas previamente. Es necesaria la ayuda especial del Espíritu Santo en todo esto. Y algo más: Romanos dice claramente que “Dios los entregó”, Él permitió que esto ocurriera, Él mismo quitó los frenos que impedían el avance de la inmoralidad, como un juicio.

Es necesario empezar con la Casa de Dios: reconocer cuando quebrantamos el pacto y restaurarlo, para poder restaurar el pacto matrimonial. Reconocer cuando hemos incurrido en “homosexualidad espiritual” al seguir a hombres y doctrinas de hombres en vez de a Dios. Reconocer cuando hemos sido “promiscuos” en nuestras relaciones entre hermanos, “descubriendo la desnudez” de otros y contagiando la enfermedad de la murmuración, la envidia y la discordia. Reconocer el terrible pecado del “aborto espiritual” e incluso “infanticidio eugenésico”, por demás de frecuente en los líderes pero común a todos, por el cual hemos abortado ministerios que debían nacer, hemos asesinado ministerios que estaban en sus primeros pasos y hemos dado vida a ministerios que nunca debieron vivir.

A partir de ahí podemos arrepentirnos de esta raíz de iniquidad nacional y traer la luz de Dios. En todo esto es importante celebrar al hombre espiritual que somos, porque el pecado sexual es propiamente aquello que mantiene por demás de viva a nuestra naturaleza carnal, al excitar exageradamente los sentidos. Es muy importante también la restauración de la paternidad espiritual para traer sanidad en esta área.

Por supuesto, hay muchos espíritus del reino de las tinieblas operando en esto, y de hecho es una de sus áreas favoritas, por lo que una guerra espiritual con discernimiento y perseverancia es fundamental.

Cuando la relación sexual, más propiamente, de género; nuestra identidad de género según Dios y la relación correcta entre el hombre y la mujer es restaurada, se libera el poder creador y ordenador que el Señor ha determinado, en las personas, en las familias, en las sociedades y en la nación.

¡Señor, ayúdanos a librarnos de esta iniquidad!


Danilo Sorti




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