2 Pedro 2:17-19 RVC
17 Éstos son fuentes sin agua, nubes que
arrastra la tormenta, y para siempre les espera la más densa oscuridad.
18 Cuando hablan, lo hacen con palabras
arrogantes y vanas; mediante las pasiones humanas y el libertinaje seducen a
los que habían comenzado a apartarse de los que viven en el error.
19 Les prometen libertad, pero ellos mismos
son esclavos de la corrupción, pues todo aquel que es vencido, se vuelve
esclavo del que lo venció.
Los profetas del Antiguo Testamento hablaron
mucho sobre esta cuestión de la “gracia barata”, el Nuevo Testamento no
desarrolla demasiado el tema porque ya fue claramente expuesto, pero en la
descripción de los falsos maestros utiliza unas expresiones que nos remiten a
las palabras de los antiguos profetas: “fuentes sin agua”, “prometen libertad”,
lo cual muestra en esencia cómo es ese evangelio de prosperidad que predican:
promesas vanas, que no se cumplen, de boca de líderes inmundos, que sólo
aparentan santidad.
Es innegable que, al menos a lo largo del
continente americano, el evangelio de la prosperidad ha hecho estragos y muchos
son los que lo siguen, ya sea en su forma más “dura” y evidente o en su forma
más “blanda” y solapada. Durante un tiempo engañó también a los santos fieles,
pero eso ya pasó. Sin embargo, muchos todavía están en el “interregnum” de
haber salido de un falso evangelio pero sin atinar a ubicarse en el verdadero.
Tengo varios artículos escritos sobre el
falso evangelio de la prosperidad y no voy a repetir lo que dije ahí, además,
hay muchos análisis más y con mayor profundidad accesibles para el que busque.
Todavía un gran número de cristianos están presos de ese error, y
lamentablemente así seguirán hasta que sea demasiado tarde. Quizás muchos
podrán escapar “por los pelos” cuando pasen los juicios más terribles que están
determinados para este tiempo, antes del arrebatamiento. Pero aquí me preocupan
los santos fieles, que una vez fueron engañados y habiendo descubierto el
error, se encuentran en medio de la duda, es decir, ¿qué es lo que realmente
deben creer?
Lo que perdieron aquellos que se sumergieron
en el evangelio de la prosperidad es mucho, y no solamente dinero (porque de
hecho, ni prosperaron ni tuvieron éxito) sino su vida espiritual, además del
tiempo perdido en relación con el crecimiento en la gracia.
No pretendo exponer aquí todo el verdadero
Evangelio, sino tratar algunos puntos de este “camino de vuelta”. Primero, como
Satanás no crea nada porque es un ser creado y no Creador, sólo puede tomar
algo que Dios trajo y pervertirlo, pero eso no anula el diseño original de
Dios. Entonces, no pudo presentar un evangelio de falsas promesas si no
tuviéramos ya grandes y hermosas promesas de parte de Dios. No debemos desechar
lo genuino porque ha sido contaminado con lo falso, debemos recuperara las
verdaderas promesas divinas BAJO LAS CONDICIONES en las cuales han sido dadas.
La principal corrupción de las promesas es
“quitarles” sus condiciones originales para hacerlas extensivas a gente que no
califica para ellas. Otro error es aplicarlas a momentos y contextos
incorrectos. A medida que nos adentramos en los juicios del Padre, Sus promesas
se nos hacen cada vez más necesarias, pero las promesas para este tiempo.
Quizás mucho de lo que nos toque vivir hoy sea lo que el Señor le dijo a Baruc:
Jeremías 45:2-5 RVC
2 «Así ha dicho el Señor Dios de Israel: “Tú,
Baruc,
3 te has quejado de que yo, el Señor, he
añadido tristeza a tu dolor. Dices estar fatigado de tanto gemir, y que no has
hallado reposo.
4 Pero yo, el Señor, te digo que puedo
destruir lo que antes construí, y también arrancar lo que antes planté, es
decir, toda esta tierra.
5 No busques para ti grandes cosas, porque yo
voy a traer el mal sobre la humanidad entera. Pero a ti te dejaré escapar con
vida por dondequiera que vayas. Tu vida será tu botín de guerra.”» —Palabra del
Señor.
Decididamente, hay promesas que ya no se
aplicarán a este tiempo, pero hay otras promesas de protección en medio de los
juicios que sí. Debemos “recuperar” y creer esas promesas.
No hubiera habido un falso evangelio de la
prosperidad si efectivamente el Espíritu no hubiera querido traer bendición
material sobre Su pueblo. Satanás vio una oportunidad “maravillosa” de
corromper ese mover y así lo hizo, pero el propósito original de dicho
movimiento fue proveer materialmente a los hijos de Dios para que pudieran, en
lo que faltaba del siglo XX, completar la obra misionera. Sin embargo, se
corrompió muy rápidamente en el egoísmo.
Realmente no sé qué van a hacer los falsos
predicadores de la prosperidad en medio de los juicios que están viniendo. Al
momento de escribir este artículo, ya unos cuantos de ellos pasaron vergüenza
pública al no poder “detener” el huracán que azotó el Caribe y Miami. Y no hace
falta ningún don espiritual especial para “profetizar” que mucha más vergüenza
pasarán en los juicios por venir. ¿Qué prosperidad podrán predicar a la gente
que ha perdido absolutamente todo? ¿Qué harán cuando sus seguidores les
reclamen por las promesas incumplidas? Ojalá que eso sirva para que algunos se
conviertan.
¡Pero la prosperidad según Dios no ha pasado
de moda! No en un mundo con cada vez más necesidades. Ahora bien, no todos
serán prosperados porque hay naciones y territorios especialmente bajo juicio
divino. Sin embargo, creo que, por la misericordia del Padre y aunque todas las
naciones del mundo estén bajo alguna forma de juicio, hay territorios y
cristianos que sí serán prosperados (al menos en relación con sus vecinos) para
socorrer a los necesitados y recibir a los que huyen. En los juicios de Dios no
falta Su misericordia.
Aunque suene paradójico, a poco tiempo ya del
arrebatamiento, con tremendos juicios de destrucción en puerta, Dios todavía
quiere prosperar a algunos de Sus hijos fieles. ¡Es necesario que así sea! Pero
no olvidemos que Su prosperidad no necesariamente viene por métodos humanos, es
decir, trabajo, ahorro, inversión; sino que también, y quizás mucho más
precisamente en estos tiempos, a través de métodos sobrenaturales. ¿Cuánto
dinero significó la multiplicación de los panes y los peces? Haciendo un
cálculo muy rápido, y pensando que estaban hambrientos probablemente por no
haber comido durante un día, por lo menos 20.000 personas (5.000 hombres más
mujeres y niños) podían haber consumido fácilmente 8.600 kg de pan integral (no
el pan blanco de hoy) y 12.000 kg de pescado. Tomando en cuenta precios no
exagerados, equivaldría al costo de 133 “canastas básicas” (hago el análisis
con precios e ingresos de Argentina), esto es, lo que necesitarían 133 familias
tipo para vivir durante un mes sin caer bajo la línea de la pobreza. Cada uno,
según su país, podrá ponerle un número multiplicando por el ingreso para no
bajar la línea de pobreza. Podría ser similar también al sueldo de bolsillo que
cobrarían en un mes 133 empleados con un sueldo básico (que también se supone
está en el límite de la línea de pobreza). Bueno, en definitiva, un empleado
con un sueldo básico debería ahorrar sus ingresos durante 11 años para poder
pagar todo eso. Si ese milagro no significó riqueza, ¿qué es entonces?
Sí, aún hay tiempo para la verdadera
prosperidad que viene de Dios, aún hay tiempo para la multiplicación
sobrenatural de los recursos… siempre que sea en SU VOLUNTAD y para SU GLORIA.
Quizás los milagros más grandes de esta época están todavía por verse.
Hay mucho más para hablar. Es necesario que
los santos recuperen el Evangelio genuino lo más rápidamente posible y no se queden
dando vueltas en el desierto. Pero mientras tanto, es de mucho consuelo saber
que aquellos que durante un tiempo nos engañó en realidad también provino de
Dios, y que aún ahí hay propósitos para este tiempo.
Danilo Sorti
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