sábado, 30 de septiembre de 2017

260. La Bestia, la Ramera y los enemigos de Dios

Apocalipsis 12:3-4 RVC
3 También pudo verse en el cielo otra señal: Apareció un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y con una diadema en cada cabeza.
4 Con su cola arrastró a la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Luego el dragón se colocó frente a la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.


A medida que se aproxima el desenlace de la historia de la rebelión del hombre (al menos para esta etapa) se nos hace necesario entender lo que fue escrito para esta época; lo que “siempre estuvo allí” pero que no podía comprenderse en toda su magnitud hasta que no tuviéramos la perspectiva de estos tiempos. Por otro lado, el Espíritu está trayendo muchas revelaciones específicas sobre dinámicas espirituales y sucesos de hoy y del futuro próximo, todo lo cual es necesario integrar en un marco bíblico más amplio.

Uno de estos marcos conceptuales más amplios es comprender cómo funciona y cómo está estructurado el ejército demoníaco. De las páginas bíblicas y de las innumerables historias y tradiciones de los pueblos paganos, ¡y de los mismos testimonios de los practicantes del ocultismo!, sabemos que existe una multitud de demonios o ángeles caídos, de distinta jerarquía y por ende, poder, todos dentro del mismo reino pero a su vez con diversos grados de autonomía e incluso de conflicto entre sí. Cuando este hecho básico de la demonología lo llevamos “hacia arriba” en la estructura jerárquica de las tinieblas, ¿con qué nos encontramos? Pues precisamente con UN dragón, pero con SIETE cabezas y DIEZ cuernos.

No deberían extrañarnos los números: uno, siete y diez, que tienen un profundo significado espiritual dentro del Reino de Dios, y que por lo tanto, son “usurpados” por Satanás. Algunos interpretarían esto de una manera exclusivamente simbólica, personalmente no niego para nada esa interpretación, pero creo que también tiene un sentido más concreto: un reino de las tinieblas, que no es homogéneo ni perfectamente ordenado, liderado por siete espíritus principales, expresado por diez “reyes” sobre esta tierra. En el cielo, las coronas (autoridad) están sobre las cabezas y los cuernos salen de ellas, pero en la tierra las coronas están sobre los cuernos porque son esos representantes humanos los que tienen autoridad legal en dicho ámbito.

Apocalipsis 13:1 RVC
1 Y el dragón se detuvo a la orilla del mar. Entonces vi que del mar subía una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos. En cada cuerno llevaba una diadema, y en cada cabeza tenía un nombre blasfemo.

Entonces podríamos decir que hay un reino de las tiniebla, con un soberano máximo, pero que fuertemente está separado en siete líderes, las cabezas, cada uno con su propio pensamiento, intereses y voluntad: unido pero dividido. Este concepto, en lo terrenal, está expresado parcialmente en el último reino que aparecería según vio Nabucodonosor:

Daniel 2:41-42 RVC
41 Los pies y los dedos que Su Majestad vio, y que eran en parte de barro cocido y en parte de hierro, serán un reino dividido, que tendrá algo de la fuerza del hierro, tal y como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro cocido.
42 Y como los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro cocido, ese reino será en parte fuerte, y en parte frágil.

Si está así de dividido el liderazgo, es obvio que también lo estarán los seguidores. Este es un concepto clave para entender el funcionamiento del reino de Satanás.

Este principio de gobierno, que es espiritual pero que se expresa en la tierra, tendrá su “máxima manifestación” hacia el tiempo final:

Apocalipsis 13:1-9 RVC
1 Y el dragón se detuvo a la orilla del mar. Entonces vi que del mar subía una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos. En cada cuerno llevaba una diadema, y en cada cabeza tenía un nombre blasfemo.
2 La bestia que vi parecía un leopardo; sus patas parecían las de un oso, y sus fauces eran como de león. El dragón cedió a la bestia su poder y su trono, y gran autoridad.
3 Una de sus cabezas parecía tener una herida mortal, pero su herida fue sanada. Toda la gente se llenó de asombro y siguió a la bestia,
4 y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y también a la bestia. Decían: «¿Quién puede compararse a la bestia? ¿Quién podrá luchar contra ella?»
5 También se le permitió fanfarronear y proferir blasfemias, y se le dio autoridad para hacer y deshacer durante cuarenta y dos meses.
6 La bestia comenzó a blasfemar contra Dios y contra su nombre y su tabernáculo, y contra los que viven en el cielo.
7 Se le permitió combatir contra los santos, y vencerlos; y también se le dio autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.
8 Y adoraron a la bestia todos los habitantes de la tierra, todos los que no tienen su nombre inscrito en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
9 El que tenga oídos, que oiga.

Pero esto no es todo:

Apocalipsis 17:1-6 RVC
1 Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y me dijo: «Ven acá, y te mostraré el castigo para la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas.
2 Con ella han adulterado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su inmoralidad sexual.»
3 Después el ángel me llevó en el Espíritu al desierto, y allí vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y estaba llena de nombres blasfemos.
4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y portaba adornos de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro, la cual rebosaba de cosas detestables y de la inmundicia de su inmoralidad sexual.
5 Inscrito en la frente ostentaba un nombre, cuyo sentido era un misterio: «La gran Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.»
6 Vi que la mujer estaba ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla, quedé muy asombrado.

Esta “extraña mujer” no aparece solo aquí, podemos rastrearla en:

Zacarías 5:6-11 RVC
6 Yo dije: «¿Qué cosa es?» Y él me dijo: «Esto que sale es una medida.» Y añadió: «Esta medida representa la iniquidad de ellos en toda la tierra.»
7 Entonces se levantó la tapa de plomo, y dentro de la medida estaba sentada una mujer.
8 El ángel dijo: «Ésta es la Maldad.» Y dicho esto, arrojó a la mujer dentro de la medida, y enseguida cubrió ésta con la tapa de plomo.
9 Levanté luego la mirada, y vi que dos mujeres salían, agitando el aire con sus alas, las cuales eran como de cigüeña. Las mujeres levantaron la medida entre la tierra y los cielos.
10 Yo le dije al ángel que hablaba conmigo: «¿A dónde llevan la medida?»
11 Y él me respondió: «La llevan a Babilonia, donde le edificarán un templo. En cuanto lo edifiquen, pondrán la medida sobre una base.»

Este principado femenino tiene una larguísima tradición que nace en las culturas más antiguas, y que es equiparable a la “Reina del Cielo”, una especie de “consorte” de Satanás, y el principado que alienta, entre otras cosas, todo lo que tiene que ver con las falsas religiones o todo tipo de desviación religiosa dentro de la verdadera fe.

Apocalipsis nos muestra “en el cielo”, es decir, en el SEGUNDO CIELO, el ámbito espiritual de Satanás, esta “unión” espiritual que resulta por demás de obvia al analizar la historia y que nació en Babel: el “maridaje” entre el poder político – social y el poder religioso. En la época de Juan, el poder religioso estaba claramente asentado en una ciudad del Imperio Romano; en la actualidad no es muy distinto. Hacia el fin del tiempo de los juicios habrá una rebelión de más alto nivel en el reino de las tinieblas:

Apocalipsis 17:7-18 RVC
7 Pero el ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Yo te voy a decir cuál es el misterio de la mujer, y de la bestia en que viene, la bestia de siete cabezas y diez cuernos.
8 La bestia que has visto, era pero ya no es; y está a punto de subir del abismo para ir a la perdición. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver que la bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
9 Aquí se verá la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,
10 y son también siete reyes. Cinco de ellos ya no reinan; uno está reinando, y el otro aún no ha llegado; pero cuando venga, es preciso que reine algún tiempo.
11 La bestia que era y ya no es, es también el octavo rey; y es uno de los siete, y va camino a la perdición.
12 Los diez cuernos que has visto, son diez reyes que aún no han empezado a reinar; pero recibirán autoridad para reinar toda una hora, junto con la bestia.
13 El propósito de estos reyes es el mismo, que es el de entregar a la bestia su poder y autoridad.
14 Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y a los que están con él se les llama “elegidos” y “fieles”.»
15 El ángel también me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la ramera, son multitud de pueblos, naciones y lenguas.
16 Y los diez cuernos y la bestia que viste aborrecerán a la ramera y la dejarán abandonada y desnuda; devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego.
17 Dios ha puesto en el corazón de ellos el ejecutar lo que él se ha propuesto hacer: se pondrán de acuerdo, y entregarán su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
18 La mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.»

Esta rebelión interna no tiene nada de extraño porque Dios ya nos había dejado testimonio de que Él podía hacer tal cosa:

2 Crónicas 20:22-24 RVC
22 Cuando los cantos de alabanza comenzaron a escucharse, el Señor puso contra los amonitas y moabitas, y contra los del monte de Seir, las emboscadas que ellos mismos habían tendido contra Judá, y acabaron matándose los unos a los otros.
23 Los amonitas y moabitas atacaron a los del monte de Seir, y los mataron hasta acabar con ellos, y después de eso, se volvieron contra sus propios compañeros y los atacaron hasta destruirlos.
24 Cuando los de Judá llegaron a la torre del desierto, dirigieron la mirada hacia el gran ejército, y sólo vieron cadáveres tendidos en el campo, pues ninguno de ellos había escapado con vida.

Y fue la misma estrategia que utilizó Satanás para debilitar al pueblo de Dios cuando Judá e Israel peleaban entre ellos, y en parte también es la que está utilizando dentro de la Iglesia ahora.

Aunque en Su soberanía, Dios permitió que Satanás construya su reino durante este tiempo y aún por un poco más, Dios nunca ha dejado de ser Dios ni ha dejado de poner límites e intervenir cuando así lo quería. Este principio de “división”, la famosa frase “divide y reinarás”, no la inventó Satanás, quien de hecho no ha inventado absolutamente ninguno de los principios que utiliza en su reino, sino que la estableció Dios para poner un límite a la rebeldía del hombre que no era más que la expresión de los diseños satánicos:

Génesis 11:6-9 RVC
6 y dijo: «Esta gente es una sola, y todos ellos tienen un solo lenguaje. Ya han comenzado su obra, y ahora nada los hará desistir de lo que han pensado hacer.
7 Así que descendamos allá y confundamos su lengua, para que ninguno entienda la lengua de su compañero.»
8 Así fue como el Señor los esparció por toda la tierra, y como dejaron de edificar la ciudad.
9 Por eso la ciudad se llamó Babel, porque allí el Señor confundió el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció por toda la superficie de la tierra.

Hay mucho más sobre el tema, pero hasta aquí tenemos una serie de principios que terminarán de cumplirse en un tiempo todavía futuro, pero que están operando hoy y nos permiten entender en líneas generales tanto el accionar del reino de oscuridad como las estrategias divinas en su contra.

Claramente vemos que el reino de las tinieblas no es “todopoderoso” ni indestructible, así se nos presenta y hay un momento en que logra una fuerte coalición interna para avasallar a los santos: es la bestia “unida”, pero con siete cabezas, no una, que logra aplastar a los hijos de Dios. Pero esto dura mientras dure esa coalición, y digo “coalición” no “fusión” porque nunca podrán unirse perfectamente. Su principal éxito, en el tiempo presente, es lograr una imagen de poder tan grande que los hijos de Dios se desanimen y decidan dejar de luchar.

En los tiempos de Josafat este principio espiritual se había expresado materialmente en la coalición de tres reinos, pero cuando Judá decidió confiar en el Señor CONTRA TODO PRONÓSTICO HUMANO, y utilizó la más “absurda” estrategia de guerra, desde el punto de vista humano, la “invencible coalición” se deshizo como si se pinchara un globo.

Hubo otra coalición de muchos reinos que resultó un verdadero peligro para la naciente nación de Israel:

Josué 10:5-14 RVC
5 Entonces los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón, que eran los cinco reyes de los amorreos, se aliaron y con todos sus ejércitos fueron y acamparon cerca de Gabaón, para pelear contra ella.
6 Por su parte, los habitantes de Gabaón enviaron mensajeros al campamento de Josué en Gilgal, para decirle: «No nos niegues tu ayuda, pues somos tus siervos. Ven pronto a defendernos, pues todos los reyes de los amorreos, que habitan en las montañas, se han aliado contra nosotros.»
7 Josué salió entonces de Gilgal con su ejército de guerreros y con sus hombres más aguerridos.
8 Y el Señor le dijo a Josué: «No les tengas miedo, que yo te los he entregado. Ninguno de ellos podrá vencerte.»
9 Josué avanzó toda esa noche desde Gilgal, y les cayó por sorpresa.
10 Cuando los reyes vieron al pueblo de Israel, el Señor hizo que ellos se llenaran de gran aflicción, y así el Señor los hirió de muerte en Gabaón y los persiguió por el camino que lleva a Bet Jorón, y hasta Azeca y Maceda.
11 Mientras estos reyes huían de los israelitas, el Señor hizo que en la bajada de Bet Jorón, y hasta Azeca, cayeran granizos tan grandes como piedras, y muchos murieron. Fueron más los que murieron por causa del granizo que los que los hijos de Israel mataron a filo de espada.
12 El día en que los amorreos fueron vencidos, Josué le habló al Señor en presencia de los israelitas, y dijo: «Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ayalón.
13 Y el sol y la luna se detuvieron. Y el pueblo se vengó de sus enemigos.» ¿Acaso esto no está escrito en el libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo, y durante casi un día entero no se apresuró a ocultarse.
14 Nunca antes hubo un día como ése, ni lo habrá después, en que el Señor atendió a la voz de un hombre y peleó a favor de Israel, su pueblo.

En este caso también, a medida que Israel avanzaba con valor y fe, Dios mismo intervino acomodando los ciclos de la “naturaleza” a favor de Su Pueblo.

Hermanos, no pretendo dar un mensaje de falso optimismo, Apocalipsis dice claramente que “se le dio autoridad para hacer y deshacer durante cuarenta y dos meses” por lo que no debemos ser ingenuos. Sin embargo, aquí se está expresando un principio útil para el día de hoy: mientras esperamos los acontecimientos previos al arrebatamiento, Dios permite a las distintas “coaliciones demoníacas” actuar, durante un tiempo, pero ninguna de ella es invencible, basta una palabra que salga de la boca de Dios y que sea creída por Sus hijos, para que Su mano se mueva. Son Sus hijos los que deben creer esa palabra, pero resulta difícil cuando el “monstruo de siete cabezas” es tan atemorizante, hasta que entendemos qué es lo que hay detrás de él. Digo, tanto del monstruo como de la ramera con quién está íntimamente asociado.

Hermanos, si Dios te está llamando en este momento específico a luchar contra un “monstruo temible e indestructible”, debes saber que en realidad resulta mucho más frágil de lo que parece.


Danilo Sorti




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