domingo, 3 de septiembre de 2017

208. La raíz de iniquidad nacional de necedad y la corrupción del don de exhortador

2 Corintios 5:20 RVC
20 Así que somos embajadores en nombre de Cristo, y como si Dios les rogara a ustedes por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: «Reconcíliense con Dios».

Este artículo es uno de una serie sobre las iniquidades nacionales. Aquí hablo específicamente de Argentina porque es del país que puedo escribir con conocimiento. Probablemente este sea uno de los más específicos de la serie, junto con el que menciona la corrupción del don de misericordia, y las características expresadas no sean comunes a muchos otros países, sin embargo, en la página web citada más abajo se pueden encontrar otras tipologías propias de las distintas naciones.

En otro artículo hablo sobre el don redentor de Misericordia y expongo que, según entiendo, es una de las corrientes de propósito (y su contrario, iniquidad al ser pervertido) de Argentina. Sin embargo, probablemente no sea lo más característico de la nación sino más bien lo que Arthur Burk define como el don de Exhortador. En su clasificación, que es como una lista de “temperamentos espirituales”, Moisés, Jeremías y Pablo se ubican dentro de este don, y entre las naciones que lo tienen figura Argentina.

Voy a tomar algunas frases de su definición para caracterizarlo:

“Este es el cuarto de los dones, y parece ser el primero creado por Dios con la intención de traer cambios en el mundo. Muchas cosas estratégicas que han ocurrido en la historia secular y espiritual del hombre; han sucedido de la mano de un exhortador. … Hay un enfoque horizontal, hacia las relaciones con los demás. Saben sentarse junto a un extraño y encontrar la llave de su corazón en poco tiempo. Tiene la capacidad de cruzar todo tipo de barrera; social, racial, económica, y religiosa. … Puede tener la más larga discusión, o desacuerdo; sin llegar a pelearse. … Tiende a ser el mejor comunicador de todos. … Es muy flexible, y rápido para visualizar nuevas oportunidades … Tienden a ser gobernados por relaciones y persuasión, más que por principios. …  tiende a achicarse ante lo que Dios quiere que haga, por la tendencia de llegar con la aprobación de las personas a su alrededor. El profeta es totalmente opuesto, si esto es de Dios, y Dios me lo dijo; lo hago, y lo hago ahora; no importa si me siguen o no. …  Muchas veces encontramos a un profeta trayendo una nueva palabra en una comunidad; causando un cierto tipo de reacción; la cual, si luego es tomada por un exhortador, quien también es visionario; va a tener un mayor impacto al presentarla y explicarla en forma comprensible; y por tener la habilidad de llegar a sus corazones.

“¿Qué es lo que el exhortador tiene que dar a la gente?, ¿ cuál es ese fruto, ese entendimiento que la gente necesita? Y la respuesta es simplemente; el conocimiento de Dios. El exhortador debe conocer a Dios, debe entender de la escritura y por sus propias experiencias quien es Dios. Y es ésta revelación de Dios, la aplicación de su persona a cada caso en particular, en cada cultura; lo que el exhortador aporta. Esa es la llave perdida, que el exhortador trae a nosotros, para gobernar, controlar, moldear el mover de Dios en el cuerpo de Cristo. … Mucho de lo que sucede en la iglesia hoy en día no es muy diferente al mundo de los negocios; en lo secular, los individuos pueden ser inspirados, movilizados; pero Dios no está buscando organizaciones, no necesita de la intervención  humana para mostrar Su poder; Él está buscando a exhortadores que conocen a su Dios, que pueden mostrarlo al pueblo y llevarlo a conocerlo. … Otra característica del exhortador es que él puede ver a Dios a través de la Escritura. No le es difícil abrir la Palabra y encontrar los tesoros escondidos.

“El tiempo es el campo de batalla del exhortador. … La primogenitura y la unción no van a venir hasta que el exhortador pase suficiente tiempo en la presencia de Dios, descubriéndole en Su Palabra; y conociendo que es lo que Dios quiere revelar a través de su vida; para las generaciones futuras.

“El tema no es la situación en la cual te encuentras, sino en cómo ves a tu Dios. Gedeón trajo el mensaje a Israel en cuanto a que Dios estaba presente, a que Él era Su Dios; y les iba a dar la victoria.”

Aquí tenemos una descripción resumida del Exhortador, y luego de esta serie de artículos sobre las iniquidades, podemos leerla no solo a nivel personal sino también nacional, y creo que podemos concordar en mucho de lo que dice, y también en como esas características aparecen torcidas otras tantas veces en la nación y en la iglesia. Creo que no hace falta decir que los argentinos tenemos fama de charlatanes y de que “lo sabemos todo”, y de hecho hay unos cuantos videos graciosos circulando por la web al respecto. Esa es una “perversión” del don de exhortador. Pero hacia el “interior” del país sucede lo mismo: no es raro encontrarse con alguien en la calle que en una charla informal te dé una cátedra de un tema, analizando, definiendo y cerrando el asunto con seguridad, e indicándote qué tenés que hacer… ¡y ninguno de nosotros está libre de eso!

El potencial para relacionarse, para comunicar, para llegar a los otros, la amplitud del área de acción puede ser algo maravilloso en las manos del Señor, o puede ser totalmente insoportable cuando son palabras humanas. El pasaje que leímos al principio de Pablo muestra lo mejor que puede tener el don de Exhortador: nada menos que ser “vocero” de Dios, llevar Su mensaje y comunicarlo con persuasión.

Pero hay algo más y que ayuda a explicar buena parte de nuestra historia. ¿Por qué Argentina ha tenido que pasar por todo lo que pasó? Más de una vez hemos sido el hazmerreír del mundo, y más de una vez el mundo se sorprendió de como la nación volvió a levantarse. ¿Qué sentido tiene haber pasado por tantas vicisitudes? Ninguna duró “para siempre” y aunque hemos tenido episodios sangrientos, no hemos llegado al extremo de otras naciones, tal como está ocurriendo, por ejemplo, en otra nación latinoamericana al momento de escribir este artículo. ¿Es muestra de nuestra propia necedad o hay propósito de Dios allí? ¡Ambas cosas!

Antes hablamos de la raíz de orgullo, característica de Argentina o al menos, de una parte de ella (no voy a mencionar de dónde para que no se ofendan mis conciudadanos…). Inevitablemente el orgullo trae necedad, especialmente cuando va unido a un cierto nivel de conocimiento o de bienestar material que lleva a las personas a no sentirse claramente “inferiores” a otros.

Romanos 1:21-22 RVC
21 Pues a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad.
22 Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios,

El orgullo acarrea destrucción:

Proverbios 16:18 DHH
18 Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la altanería, la caída.

Y la necedad, hija preferida del orgullo, también:

Salmos 38:5 DHH
5 Por causa de mi necedad,
mis heridas se pudren y apestan.

Proverbios 5:23 DHH
23 Su indisciplina lo llevará a la muerte;
su gran necedad, a la perdición.

Proverbios 19:3 DHH
3 La necedad del hombre le hace perder el camino,
y luego el hombre le echa la culpa al Señor.

Y es tan persistente que Proverbios afirma:

Proverbios 26:11 DHH
11 El perro vuelve a su vómito
y el necio a su necedad.

Así que, cuando vemos la historia argentina y sus innumerables contradicciones, no es necesario que busquemos la principal fuente de culpa en ciertos países extranjeros (que por supuesto la tienen), sino en nosotros mismos.

Pero Dios, quien restaura todas las cosas y saca bendición de donde nadie podría pensar que la hubiera, había dispuesto algo distinto.

Antes de citar el texto de Burk, voy a citar un “profeta vernáculo”, el “Nostradamus argentino”: Benjamín Solari Parravicini. Obviamente que sus textos tienen una contaminación espiritual, pero una vez que filtramos las impurezas con el cedazo del Espíritu, y aún reconociendo que a veces resulta bastante confuso, es asombrosamente cierto: lo que pasó resulta tal cual lo describió, y lo que viene para el futuro está en consonancia con los últimos mensajes que está trayendo el Señor. Por supuesto, de ninguna manera quiero elevar sus profecías por encima de LA PROFECÍA, que es la Biblia, pero creo que el Señor, en Su misericordia, dejó a la nación una guía de lo que pasaría tanto para creyentes como para incrédulos.

Volviendo a nuestro tema, Parravicini lo expresó de manera suscita cuando dijo:

"El mundo será preso por el afán de la conquista espacial. Subirá el hombre, se descubrirán fenómenos de altura. Hablarán más de la verdad y serán castigados. La Luna será meta. Marte será meta, pero serán metas no tocadas hasta el final del siglo. No verá el hombre al ser planetario y le despreciará y mas aún le negarán. El mundo entonces se confundirá en lucha de extremos. Hambre caerá en occidente. Oriente no aprenderá y caerá en hambre. Argentina si a tiempo es salvada salvará. Argentina sufrirá en pequeño lo que el mundo sufrirá después. ¡Argentina será luz!". (1938)

“Argentina sufrirá en pequeño lo que el mundo sufrirá después.” Que hemos pasado (y seguimos pasando…) una variedad de situaciones, es innegable. Que los profesionales y directivos argentinos son valorados en el mundo porque están adaptados a contextos de incertidumbre y cambio continuo, también. ¿Pará qué tantas cosas en nuestra historia? Para algo. Volvamos al texto de Burk:

“Pensemos en esto un momento, en II de Corintios 1:4 dice que Dios nos consuela, para que nosotros consolemos a los que están en tribulación. Dios no necesita a ninguna persona para revelarse a otros, se le reveló a Saulo en el camino a Damasco, a Gedeón, a Jonás; es decir, es perfectamente capaz de  revelarse uno por uno. Pero a Dios le agrada revelarse a una persona, para que esta a su vez, comparta su experiencia vivida con otros, y así llegar a muchos. Porque, ¿quién puede retarnos o desafiarnos a que lo que decimos no es verdad; cuando nosotros lo hemos vivido en carne propia?, cuando Dios se nos ha revelado en experiencias de nuestras vida cotidiana, cuando la autoridad se refleja en nuestras palabras por la vida que se transmite a través de nuestros relatos Y esto es lo que Dios hace con el exhortador; lo pone en medio de situaciones difíciles para revelarse a él, porque la verdad vivida en carne propia, es transmitida efectivamente, y construye autoridad en la vida del exhortador. Y puede pararse delante de 300 hombres y decirles: “vamos a la guerra”, y escuchar la respuesta; “vamos”.

“Por lo que la revelación de Dios como Jehová-Shalom es para el exhortador, Yo soy tu Dios, yo me revelaré a ti a través de las experiencias, y compartirás el mensaje de tus experiencias con los que te rodean. Pero si no conoce a su Dios, y no vive las experiencias, si las verdades extraídas de la Palabra no le son reveladas y vividas en carne propia; no va a tener la autoridad para cambiar las vidas de los que están a su alrededor. Debes tener tu tiempo a solas con Dios, dejar las relaciones horizontales por momentos; para desarrollar tu relación vertical con Dios, para ser efectivo en el cumplimiento de tu llamado.”

Volvamos al texto citado:

2 Corintios 1:4 DHH
4 Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros.

Hay un tremendo propósito de bendición puesto en Argentina para las naciones, pocas veces lo hemos visto en acción, más bien, por egoísmo y por disputas internas, nos hemos centrado en nosotros mismos. Es urgente que nos arrepintamos de esta perversión del propósito de Dios y llevemos el vino nuevo, de la Cepa Real, a las naciones sedientas. Como escuché una vez: ¡no por casualidad Argentina es conocida por sus buenos vinos!, porque es la tierra en donde el Dueño del Viñedo ha decidido preparar un vino exquisito para las naciones. ¿Estaremos a la altura del llamado?


Danilo Sorti




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