domingo, 3 de septiembre de 2017

212. Los que se roban la atención y el afecto

Gálatas 4:16-17 DHH
16 Y ahora, ¿acaso me he vuelto enemigo de ustedes, solamente porque les he dicho la verdad?
17 Esa gente tiene mucho interés en ustedes, pero no son buenas sus intenciones. Lo que quieren es apartarlos de nosotros, para que luego ustedes se interesen por ellos.


Uno podría pensar que el interés de los falsos ministros de estos tiempos, y especialmente de los más mediáticos, es el dinero, y creo que la realidad no está lejos de eso, pero en el fondo se trata más bien de control; finalmente el dinero se puede obtener fácilmente de gente a la cual se controla.

El control, cuando no es coercitivo como en el caso de la policía de una nación (a la cual se le delega el uso legítimo de la fuerza, aunque no todos la usen así), debe obtenerse ganando la voluntad de los seguidores, y aquí entran todas las estrategias de manipulación y seducción modernas, que en realidad vienen desde mucho tiempo atrás, pero que se han perfeccionado enormemente.

No era muy diferente lo que pasaba en los tiempos paulinos; luego de que el apóstol hubiera hecho el trabajo de comenzar una nueva obra, se infiltraron estos engañadores y con hábiles seducciones capturaron la atención de los corintios para que empezaran a escucharlos, a valorarlos como “grandes siervos de Dios”, luego a proveerles financieramente y al final ponerse completamente a su disposición para que ellos los usaran como quisieran.

Hermanos, ¿a quién le estás dando tu interés? ¿No será a alguno de esos predicadores mediáticos que hacen lindos espectáculos televisivos (por canales que no hace falta nombrar) y que tienen mensajes tan “lindos y seductores”? ¿O incluso a los predicadores de grandes iglesias que tienen una estructura por detrás que les permiten ascender a la escala de “showman” cristiano?

Lo primero que van a intentar capturar es tu intención y no tanto por el dinero sino por el control que terminan ejerciendo sobre vos. Y los poderes políticos de este mundo lo saben, por lo que terminan alentando e incluso “apoyando” a tales iglesias… a cambio de que no hablen mal de ellos, claro, o incluso de que los inviten a subir al púlpito para “bendecirlos y orar por ellos”. ¡Cuidado!, no estoy diciendo que eso esté mal, todo lo contrario, sino que puede haber una línea muy sutil de separación.

Pablo habla de gente que tiene “mucho interés”, es decir, que invierte un gran tiempo y esfuerzo, y de hecho puede hasta hacer cosas muy buenas por los hermanos. Pero sus intenciones son otras. Propiamente, ellos están haciendo “una inversión”. Cuando un empresario hace una inversión económica tiene que destinar dinero de sus ahorros o, más probablemente, asumir una deuda (crédito) a largo plazo. Ninguna de las dos cosas le resultan agradables, y ambas implican riesgo, pero sabe que tiene que hacerlas para conseguir una ganancia mayor, un negocio que va a redituar más que lo invertido. Lo mismo pasa con los manipuladores espirituales, el problema es que los hermanos sencillos quedan deslumbrados por la atención que reciben y por las palabras bonitas que escuchan. Algo parecido a lo que ya pasó hace un tiempo largo:

2 Samuel 15:2-7 RVC
2 Todas las mañanas se levantaba y se ponía a un lado del camino, junto a la puerta de la ciudad, y a quien acudía al rey para resolver un pleito o para pedir justicia, lo llamaba y le preguntaba: «¿Tú, de qué ciudad vienes?» Si el interrogado respondía: «Tu siervo es de una de las tribus de Israel»,
3 Absalón le decía: «Tus razones son buenas y justas, pero de parte del rey no tienes quién te oiga.»
4 Incluso añadía: «¡Cómo quisiera ser el juez de este país! ¡Así, los que tuvieran algún pleito o negocio vendrían a verme, y yo les haría justicia!»
5 Y si alguien se acercaba y se inclinaba ante él, Absalón le tendía los brazos y lo besaba.
6 Esto lo hacía con todos los israelitas que acudían al rey para que les hiciera justicia, y así se iba ganando la buena voluntad del pueblo de Israel.
7 Así pasaron cuatro años, y un día Absalón le dijo al rey: «Ruego a Su Majestad me permita ir a Hebrón. Debo cumplir con mis votos al Señor.

Para un noble “rebajarse” a besar y abrazar un plebeyo, que probablemente estuviera vestido muy sencillamente cuando no maloliente y medio sucio, ¡era un gran esfuerzo! Y para un plebeyo, ser así tratado por un noble, ¡era tremendamente cautivante! Bueno, el “combo perfecto” como diríamos por aquí. Para Absalón era toda una “inversión” hacer eso, y resultó ser muy paciente; mantuvo su estrategia por cuatro años hasta que consideró que el terreno estaba “lo suficientemente preparado” como para pasar a la segunda fase de su plan.

Vemos entonces que el trabajo de los seductores puede ser de largo plazo, y de nuevo, la gente sencilla “no puede creer” que haya gente con “tan malas intenciones”, por lo que termina cayendo presa de ellos. Hermanos, la “simpleza de mente”, por no decir, torpeza intelectual, ¡no es ninguna virtud! Se nos llama a ser sencillos en nuestra vida y en nuestras motivaciones, no en nuestra capacidad para discernir las intenciones de los otros.

¿Quién está tratando de capturar tu atención, sea de modo personal o de modo mediático? Quizás sea un instrumento de Dios, alguien a quien el Espíritu esté tratando de enviarte para bendecirte a través de él. Pero quizás sea todo lo contrario. Simplemente, debes discernirlo en el Espíritu y no dejarte guiar por tus emociones. ¡Señor, danos sabiduría!



Danilo Sorti




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