Romanos 15:18-24 RVC
18 Porque no me atrevería a contar sino lo
que, de palabra y obra, Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de
los no judíos;
19 y esto mediante poderosas señales y
prodigios, en el poder del Espíritu de Dios, de tal manera que desde Jerusalén
y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de
Cristo.
20 Fue así como me esforcé a predicar el
evangelio, no donde Cristo ya hubiera sido anunciado, para no edificar sobre
fundamento ajeno,
21 sino, como está escrito: «Aquellos a
quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído
de él, entenderán.»
22 Por esto muchas veces no me ha sido
posible ir a visitarlos;
23 pero como no me queda más tarea pendiente
en estas regiones, y como desde hace muchos años deseo ir a verlos,
24 iré a visitarlos ahora que vaya a España.
Espero verlos cuando pase por allá, y que me ayuden a continuar con mi viaje,
luego de haber disfrutado de su compañía.
Pablo tenía bien presente el mandato
principal dejado por el Señor:
Mateo 28:18-20 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda
autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en
todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que
les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del
mundo.» Amén.
Hechos 1:8 RVC
8 Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu
Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria,
y hasta lo último de la tierra.»
A su vez, también sabía que el Reino
prometido vendría a esta tierra sólo cuando Jesucristo volviera, y que eso
requería que se cumpliera la misión encomendada:
Mateo 24:14 RVC
14 Y este evangelio del reino será predicado
en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el
fin.
Dentro de este marco general él pudo ubicar
su misión, y pudo diferenciarla de la misión de los otros apóstoles:
Gálatas 2:7-9 RVC
7 Por el contrario, como vieron que me había
sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la
circuncisión
8 (pues el que actuó en Pedro para el
apostolado de los judíos, actuó también en mí para con los no judíos),
9 y como reconocieron la gracia que me había
sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos
dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuéramos a los no judíos, y ellos a los judíos.
Misión que le fue encomendada proféticamente
a través de un pasaje bíblico:
Hechos 13:46-47 RVC
46 Entonces Pablo y Bernabé les dijeron con
toda franqueza: «Estamos seguros de que era necesario que ustedes fueran los
primeros en escuchar la palabra de Dios. Pero como ustedes la rechazan y no se
consideran dignos de recibir la vida eterna, ahora vamos a predicarles a los
que no son judíos.
47 Ésa es la orden que el Señor nos dio,
cuando dijo: »“Te he puesto como luz para las naciones, para que lleves
salvación hasta los confines de la tierra.”»
Y a pesar de todas las dificultades que
atravesó (o quizás más bien, gracias a ellas) pudo llegar al final de su
carrera diciendo:
2 Timoteo 4:7-8 RVC
7 He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe.
8 Por lo demás, me está reservada la corona
de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el juez justo; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida.
Poder decir esto al final de la vida es
probablemente la segunda cosa más importante para una persona sobre esta tierra
(la primera es, obviamente, creer en Cristo). Precisamente al momento de
escribir este artículo acabo de leer una nota basada en el libro de la enfermera
Bronnie Ware, "Los cinco grandes arrepentimientos de los moribundos",
escrito luego de años de trabajo con personas a punto de morir, ¿y cuál es el
primero de estos grandes arrepentimientos?
"Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir
una vida siendo fiel a mis sueños, no a la vida que otros esperaban de mí"
"Éste era el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta
de que su vida está a punto de terminar, pueden mirar atrás con claridad y es
fácil ver cuántos sueños no han sido realizados. La mayoría de la gente no
había cumplido aún ni la mitad de sus sueños e iban a morir sabiendo que esto
se debía a las elecciones que habían o no habían hecho durante su vida"
(citado de Infobae, Los cinco grandes arrepentimientos de las personas antes de
morir).
Ser “fiel a mis sueños” es una forma de decir
“haber cumplido el propósito de Dios para mi vida”. Sus propósitos están
escritos en lo profundo de nuestros corazones y constituyen nuestros sueños más
puros y desafiantes. La gente que no alcanza a conocer adecuadamente a Dios
(cristianos inclusive) tiene una visión difusa de esos sueños, a veces
distorsionada o corrupta, pero en el fondo siempre se mantiene un núcleo de
verdad. Aquellos que conocen a Dios hoy día son sometidos a fuertes presiones
que intentan desviar esos sueños.
Muchos de los grandes y famosos líderes
cristianos de hoy día realmente no han cumplido sus sueños, aquello que
genuinamente Dios los llamó a hacer. Han cumplido, sí, los sueños de Satanás
para ellos: construyeron grandes imperios eclesiásticos, tienen fama e
influencia sobre mucha gente… sólo para llevarlos a un evangelio corrupto. A
cambio reciben riquezas terrenales, sabiendo perfectamente que nada de eso se
podrán llevar a la tumba y que muy probablemente les espera el infierno y no el
cielo. Pero no solo los “grandes y famosos”, también muchos otros no tan
famosos.
Pablo pudo enfocar su ministerio al tener
bien en claro las prioridades de su Señor. EL MANDATO CENTRAL de la Iglesia no
es la prosperidad, ni la buena vida cristiana, si el evangelismo, ni el
discipulado, ni la adoración, ni ninguna de muchas cosas buenas que se nos
puedan ocurrir. El mandato principal (en relación con nuestra función en el
mundo) es HACER MISIONES, extender el Evangelio hasta lo último de la tierra.
Es también el más difícil de cumplir, y en esencia requiere de todas las otras
funciones de la Iglesia.
Esto no quiere decir que todos deban ser
misioneros transculturales porque solo un pequeño porcentaje de los cristianos
tiene el don para serlo. Tampoco quiere decir que haya que descartar todos los
otros programas genuinos de la iglesia. Ni mucho menos significa que si yo no
me ocupo de las misiones transculturales soy un “cristiano de segunda”. Esto
significa que la Iglesia tiene como misión última, en esta tierra, extender el
mensaje a todas las personas, aún las más lejanas, y que a partir de esa
prioridad todo lo demás se ordena, en cierto sentido, “subordinado” a eso.
Ninguno de los dones que el Espíritu Santo ha dado a la iglesia es “de
segunda”, pero el objetivo último es ese.
Cualquier iglesia que de vueltas en torno a
la prosperidad, el entretenimiento cristiano, las promesas, la sanidad, el
estudio sin fin de la Biblia o cosas por el estilo, ha errado el blanco, está
desorientada y no puede esperar la bendición de Dios.
Dentro de ese objetivo principal Pablo pudo
ir ajustando su función: sabía que los judíos no eran su público objetivo,
aunque tampoco los descartaba; y sabía también que era un plantador de iglesias
pionero, por lo que no debía detenerse demasiado tiempo en un lugar. No fue el
mismo mandato para los otros personajes que vemos en las páginas del Nuevo
Testamento; Apolos fue un apóstol reconocido pero su función tenía más que ver
con la enseñanza, por lo que iba precisamente a iglesias ya establecidas,
Priscila y Aquila ayudaron mucho a Pablo, pero su rol fue más bien de apoyo,
muchas veces económico, Bernabé tenía un ministerio de restauración, “uno a
uno”, y con ello pudo “poner en funcionamiento” a líderes como el mismo Pablo y
como Marcos, Lucas principalmente investigó y escribió, sin él no tendríamos
registro de buena parte de la historia neotestamentaria, y un largo etcétera.
Dentro del carril principal: discipular a
todas las naciones (evangelizar, enseñar, llevar a la madurez espiritual)
Pablo, y los otros discípulos, pudieron encontrar y cumplir su rol, y tal como
Pablo pudo decir al final de sus días seguramente muchos otros también, “he
acabado la carrera”. ¡Qué triste es terminar una carrera para darse cuenta de
que se estaba corriendo en la pista equivocada!
Hermanos, descubrir y cumplir el propósito de
Dios para la vida de cada uno no es tarea fácil, hay muchas distracciones hoy,
pero una cosa es segura, sólo cuando estemos claramente ubicados dentro del
marco que el Señor nos dejó y mirando hacia el objetivo último, QUE SON LAS
MISIONES TRANSCULTURALES, es que podremos ir acomodándonos como iglesia y como
cristianos. ¡Señor, ayúdanos a tener claridad!
Danilo Sorti
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