sábado, 30 de septiembre de 2017

257. El ministerio profético hoy: ¿puede anunciar juicios por venir sobre la Tierra?

Apocalipsis 10:1-7 RVC
1 Entonces vi descender del cielo a otro ángel poderoso. Venía envuelto en una nube y con el arco iris sobre su cabeza. Su rostro era semejante al sol, y sus piernas parecían dos columnas de fuego.
2 En su mano tenía un librito abierto, y se quedó con el pie derecho sobre el mar y con el izquierdo sobre la tierra;
3 en ese momento lanzó un grito tan fuerte como el rugido de un león, y se oyó la estruendosa voz de siete truenos.
4 Después de que hablaron los siete truenos, me dispuse a escribir, pero desde el cielo oí una voz que me decía: «No reveles lo que han dicho los siete truenos. No lo escribas.»
5 Entonces el ángel que vi que estaba sobre el mar y sobre la tierra levantó su mano derecha al cielo
6 y jurando por el que vive por los siglos de los siglos, por el mismo que creó el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, dijo: «¡Se acabó el tiempo!
7 Cuando llegue el momento de que el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, se cumplirá el misterio de Dios, que él ya había anunciado a sus siervos los profetas.»

Apocalipsis 22:18-19 RVC
18 Yo le advierto a todo aquel que oiga las palabras proféticas de este libro, que a quien añada algo a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están descritas en este libro.
19 Y a quien quite algo de las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida, y de la santa ciudad y de lo que está descrito en este libro.


Apocalipsis es el libro por excelencia para estos tiempos. Debo confesar que el primer libro de la Biblia que leí, en mis épocas de preadolescente ateo y enemigo del cristianismo, fue, precisamente, Apocalipsis. Claro que no entendí mucho en ese entonces, pero a partir de ahí quedó grabado a fuego ya desde antes de convertirme. Bueno, algunos de mis amigos dicen que tampoco lo entiendo mucho ahora, pero esas son solo calumnias…

Lo cierto es que Apocalipsis puede ser considerado como “la culminación” de las profecías del fin de los tiempos, que no ocurren únicamente allí pero que sí terminan de completarse. Por ello el libro concluye con una advertencia solemne en contra de cualquier adulteración: que nosotros conozcamos lo que ocurrirá en el fin de los tiempos es tan importante para Dios que puso una advertencia tan seria que no se repite exactamente igual en otra parte. Sin embargo, no es exclusiva de Apocalipsis:

Deuteronomio 4:1-2 RVC
1 »Ahora, pueblo de Israel, oigan los estatutos y decretos que voy a enseñarles, para que los pongan por obra, y vivan y entren en la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres, y tomen posesión de ella.
2 No añadan ni quiten una sola palabra de lo que yo les mando, sino cumplan los mandamientos del Señor su Dios, que yo les ordeno observar.

Deuteronomio 12:32 RVC
32 »Ten cuidado de hacer todo lo que yo te mando que hagas. No le añadas nada, ni le quites.

El concepto también se repite:

Josué 1:7 RVC
7 Pero tienes qué esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas.

Proverbios 30:5-6 RVC
5 Las palabras de Dios son todas puras; Dios es el escudo de quienes en él confían.
6 No añadas a sus palabras, y él no te reprenderá, y tampoco resultarás un mentiroso.

Y un eco del mismo concepto encontramos en pasajes como:

Mateo 28:20 RVC
20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

Entonces, aunque no encontramos una advertencia y un juicio tan severo en otros pasajes como leemos en Apocalipsis 22:18-19, el concepto de “no añadir ni quitar” a la Palabra de Dios corre a lo largo de toda la Biblia. Sin ir más lejos, lo que ocurrió en el Huerto del Edén no fue más que una “pequeña” añadidura al mandato divino que trajo consecuencias catastróficas.

Entonces, ¿qué es lo que no se debe modificar?

Gálatas 1:7-9 RVC
7 No que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8 Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.
9 Como antes lo hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno les predica un evangelio diferente del que han recibido, quede bajo maldición.

El Evangelio no puede ser modificado, y, por extensión, la revelación de Dios, la obra del Espíritu, el diseño para la Iglesia, las doctrinas sobre el mundo espiritual… Nada de eso puede ser modificado. Entonces, si un mensaje profético pretende traer una enseñanza distinta en relación con la salvación, con la naturaleza del Trino Dios, la realidad del hombre, etc., ese mensaje es falso.

Ahora bien, los mensajes proféticos que están anunciando con mucho detalle los juicios que vendrán, que hablan de eventos cósmicos y terrestres, políticos y sociales, demoníacos y angélicos, ¿caen dentro de esa categoría? En principio no (lo cual no significa que absolutamente todos sean verdaderos). Veamos por qué.

Primeramente, si el contenido de un mensaje profético no altera ninguna doctrina fundamental de la Biblia, ninguna de las doctrinas básicas, ese mensaje merece por lo menos ser considerado. Cuando escuchamos sobre la caída del meteorito, sobre eventos planetarios que repercutirán en la Tierra, sobre tsunamis y terremotos, sobre manifestaciones demoníacas, ¿acaso se está violando alguna doctrina esencial de las Escrituras? No. ¿Acaso se está diciendo algo que no esté “en la misma línea” que las profecías sobre los últimos tiempos? No; desde hace siglos, incluso antes de escribirse Apocalipsis, la Biblia anuncia de manera directa o indirecta situaciones por el estilo. El hecho de que hasta ahora no hayamos podido ubicar adecuadamente esas profecías en una línea temporal de los sucesos por ocurrir no significa que no lo podamos hacer ahora, simplemente significa que nuestro entendimiento no fue tan claro siglos atrás como lo es ahora.

Bueno, de acuerdo, pero ¿no se estaría “añadiendo” más a lo que dicen las Escrituras? De nuevo, este argumento debemos analizarlo en función de qué quiere decir “añadir y quitar”, y en los pasajes que vimos más arriba está claro que se refiere a la doctrina bíblica, no a los sucesos particulares de un tiempo dado. En otros artículos (N° 255 y 256, https://plus.google.com/communities/110726217481567373447) dejamos en claro que el ministerio profético sigue vigente, que su función hoy no es establecer doctrina nueva sino animar, exhortar y fundamentalmente advertir de los sucesos que vendrán. ¿Todo está escrito en la Biblia?

2 Pedro 1:3 RVC
3 Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.

Todo lo que necesitamos para la vida cristiana, sí. Pero también vimos (artículo N° 256) que las advertencias específicas para personas y sociedades dadas en momentos determinados no están escritas en la Biblia (aunque sí todos los principios necesarios como para que entiendan lo que les va a pasar). Y esa es la función que están cumpliendo las actuales profecías sobre los juicios que sucederán en breve.

Cuando un profeta hoy anuncia cataclismos y mortandad, ¿acaso eso constituye “otro” camino de salvación? No. ¿Acaso brinda “otro” manual de vida santa? Tampoco. No hay ninguna alteración al mensaje bíblico, simplemente la advertencia de que lo que se anunció en las páginas bíblicas está por pasar, y de que el juicio de Dios sobre el pecador es terrible. ¡Chocolate por la noticia!

El pasaje de Joel 2, que varias veces cité, precisamente enmarca el derramamiento del Espíritu Santo y el ministerio profético inmediatamente antes de dichos juicios, por lo que la conclusión necesaria es que esos sueños, visiones y profecías que habrían de venir tendrían que ver con ellos, ¡justamente lo que está sucediendo ahora! ¡Nada que no hubiera sido anunciado!

Una dificultad adicional que encuentran muchos cristianos es que esos profetas no son los grandes predicadores y apóstoles reconocidos de la historia evangélica, ni siquiera del presente. Sobre ese tema ya hablé en otro artículo (N° 137 del grupo citado anteriormente): ya el Señor dejó en claro que no serían los más “prestigiosos y famosos” predicadores, sino todo lo contrario.

Otro problema, más serio, es que unas cuantas de esas profecías vienen acompañadas de fechas específicas que no se han cumplido (al momento de escribir este artículo) en clara contraposición a la palabra del Señor:

Mateo 24:36 RVC
36 »En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de los cielos. Sólo mi Padre lo sabe.

Evidentemente ninguna de las fechas que se fijaron hasta este momento (de escribir el artículo) ha sido correcta, pero ese problema de poner fechas “seguras” para la venida del Señor y los sucesos del fin de los tiempos no es nuevo, por lo menos todo el siglo XX estuvo lleno de ellas. Como hay tantas fechas que se están estableciendo, ¡obviamente alguna de ellas se cumplirá! El asunto es que algunos cristianos rechazan todo el mensaje profético específico sobre el fin de los tiempos porque hay algunos profetas que establecen fechas “precisas”, cuando nunca la voluntad del Señor fue esa, sino que TODO EL TIEMPO estuviéramos preparadas, como si fuera a suceder hoy mismo (y algún día será ese “hoy”).

Pongamos una comparación. Si en este momento tomamos 100 predicaciones de los mejores predicadores que hay en el ámbito evangélico y que podamos encontrar en la Web, ¿serían perfectas? No. ¿Podríamos encontrar en cada una de ellas algún error, alguna omisión, algún añadido, una interpretación errónea, aunque sea pequeña? Sin duda. ¿Por eso desechamos el ministerio pastoral? ¡De ninguna manera! ¿Entonces por qué lo hacemos con los profetas?

El profeta es un mensajero imperfecto y sus palabras NO SON LA BIBLIA, por lo que pueden contener algunos errores, aunque en tenor general sea cierto. En Su misericordia Dios utiliza esos vasos imperfectos para advertirnos con mucho detalle de lo que vendrá; debemos recibir Su amor y hacer caso de Sus advertencias. Finalmente, que lleguemos al cielo o no probablemente no dependa de que sepamos y nos preparemos adecuadamente para lo que vendrá, pero si Él lo está advirtiendo, probablemente sí… En todo caso, ¿qué sentido tiene llegar todo “golpeado y revolcado”, tropezando en el final del camino, si podemos llegar en victoria, preparados y conscientes de lo que ocurrirá, con la sabiduría y fortaleza suficiente como para ayudar a nuestros hermanos?

¿Está “todo lo que vendrá” escrito en la Biblia? No, y la misma Biblia lo dice en el primer pasaje que citamos:

Apocalipsis 10:1-7 RVC
1 Entonces vi descender del cielo a otro ángel poderoso. Venía envuelto en una nube y con el arco iris sobre su cabeza. Su rostro era semejante al sol, y sus piernas parecían dos columnas de fuego.
2 En su mano tenía un librito abierto, y se quedó con el pie derecho sobre el mar y con el izquierdo sobre la tierra;
3 en ese momento lanzó un grito tan fuerte como el rugido de un león, y se oyó la estruendosa voz de siete truenos.
4 Después de que hablaron los siete truenos, me dispuse a escribir, pero desde el cielo oí una voz que me decía: «No reveles lo que han dicho los siete truenos. No lo escribas.»
5 Entonces el ángel que vi que estaba sobre el mar y sobre la tierra levantó su mano derecha al cielo
6 y jurando por el que vive por los siglos de los siglos, por el mismo que creó el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, dijo: «¡Se acabó el tiempo!
7 Cuando llegue el momento de que el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, se cumplirá el misterio de Dios, que él ya había anunciado a sus siervos los profetas.»

Aunque Juan lo vio, no pudo revelar todos los detalles; en la economía del Espíritu no era necesario ni conveniente dejarlo escrito en la Biblia, pero seguramente sí debían ser reveladas en los tiempos finales, ¡estos! ¿En qué me baso para decir eso? En algo parecido que le ocurrió al profeta “hermano” de Juan en la revelación, Daniel:

Daniel 12:4 RVC
4 Pero tú, Daniel, mantén estas palabras en secreto y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de un lado para otro, y la ciencia irá en aumento.»

Sus palabras serían “incomprensibles” para los judíos y posteriormente los cristianos durante miles de años, pero en el tiempo del fin el velo sería quitado y se volverían perfectamente claras. Este es ese tiempo, ¿podremos discernirlo y vivir en conformidad?


Danilo Sorti




Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprime aquí para enviarnos tu ofrenda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario