Apocalipsis 10:1-7 RVC
1 Entonces vi descender del
cielo a otro ángel poderoso. Venía envuelto en una nube y con el arco iris
sobre su cabeza. Su rostro era semejante al sol, y sus piernas parecían dos
columnas de fuego.
2 En su mano tenía un
librito abierto, y se quedó con el pie derecho sobre el mar y con el izquierdo
sobre la tierra;
3 en ese momento lanzó un
grito tan fuerte como el rugido de un león, y se oyó la estruendosa voz de
siete truenos.
4 Después de que hablaron
los siete truenos, me dispuse a escribir, pero desde el cielo oí una voz que me
decía: «No reveles lo que han dicho los siete truenos. No lo escribas.»
5 Entonces el ángel que vi
que estaba sobre el mar y sobre la tierra levantó su mano derecha al cielo
6 y jurando por el que vive
por los siglos de los siglos, por el mismo que creó el cielo, la tierra y el
mar, y todo lo que hay en ellos, dijo: «¡Se acabó el tiempo!
7 Cuando llegue el momento
de que el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, se cumplirá el misterio
de Dios, que él ya había anunciado a sus siervos los profetas.»
Apocalipsis 22:18-19 RVC
18 Yo le advierto a todo
aquel que oiga las palabras proféticas de este libro, que a quien añada algo a
estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están descritas en este libro.
19 Y a quien quite algo de
las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la
vida, y de la santa ciudad y de lo que está descrito en este libro.
Apocalipsis es el libro por
excelencia para estos tiempos. Debo confesar que el primer libro de la Biblia
que leí, en mis épocas de preadolescente ateo y enemigo del cristianismo, fue,
precisamente, Apocalipsis. Claro que no entendí mucho en ese entonces, pero a
partir de ahí quedó grabado a fuego ya desde antes de convertirme. Bueno,
algunos de mis amigos dicen que tampoco lo entiendo mucho ahora, pero esas son
solo calumnias…
Lo cierto es que
Apocalipsis puede ser considerado como “la culminación” de las profecías del
fin de los tiempos, que no ocurren únicamente allí pero que sí terminan de
completarse. Por ello el libro concluye con una advertencia solemne en contra
de cualquier adulteración: que nosotros conozcamos lo que ocurrirá en el fin de
los tiempos es tan importante para Dios que puso una advertencia tan seria que
no se repite exactamente igual en otra parte. Sin embargo, no es exclusiva de
Apocalipsis:
Deuteronomio 4:1-2 RVC
1 »Ahora, pueblo de Israel,
oigan los estatutos y decretos que voy a enseñarles, para que los pongan por
obra, y vivan y entren en la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres,
y tomen posesión de ella.
2 No añadan ni quiten una
sola palabra de lo que yo les mando, sino cumplan los mandamientos del Señor su
Dios, que yo les ordeno observar.
Deuteronomio 12:32 RVC
32 »Ten cuidado de hacer
todo lo que yo te mando que hagas. No le añadas nada, ni le quites.
El concepto también se
repite:
Josué 1:7 RVC
7 Pero tienes qué
esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las
leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha
ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas.
Proverbios 30:5-6 RVC
5 Las palabras de Dios son
todas puras; Dios es el escudo de quienes en él confían.
6 No añadas a sus palabras,
y él no te reprenderá, y tampoco resultarás un mentiroso.
Y un eco del mismo concepto
encontramos en pasajes como:
Mateo 28:20 RVC
20 Enséñenles a cumplir
todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo.» Amén.
Entonces, aunque no
encontramos una advertencia y un juicio tan severo en otros pasajes como leemos
en Apocalipsis 22:18-19, el concepto de “no añadir ni quitar” a la Palabra de
Dios corre a lo largo de toda la Biblia. Sin ir más lejos, lo que ocurrió en el
Huerto del Edén no fue más que una “pequeña” añadidura al mandato divino que
trajo consecuencias catastróficas.
Entonces, ¿qué es lo que no
se debe modificar?
Gálatas 1:7-9 RVC
7 No que haya otro
evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el
evangelio de Cristo.
8 Pero si aun nosotros, o
un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos
anunciado, quede bajo maldición.
9 Como antes lo hemos
dicho, también ahora lo repito: Si alguno les predica un evangelio diferente
del que han recibido, quede bajo maldición.
El Evangelio no puede ser
modificado, y, por extensión, la revelación de Dios, la obra del Espíritu, el
diseño para la Iglesia, las doctrinas sobre el mundo espiritual… Nada de eso
puede ser modificado. Entonces, si un mensaje profético pretende traer una
enseñanza distinta en relación con la salvación, con la naturaleza del Trino
Dios, la realidad del hombre, etc., ese mensaje es falso.
Ahora bien, los mensajes
proféticos que están anunciando con mucho detalle los juicios que vendrán, que
hablan de eventos cósmicos y terrestres, políticos y sociales, demoníacos y
angélicos, ¿caen dentro de esa categoría? En principio no (lo cual no significa
que absolutamente todos sean verdaderos). Veamos por qué.
Primeramente, si el
contenido de un mensaje profético no altera ninguna doctrina fundamental de la
Biblia, ninguna de las doctrinas básicas, ese mensaje merece por lo menos ser
considerado. Cuando escuchamos sobre la caída del meteorito, sobre eventos
planetarios que repercutirán en la Tierra, sobre tsunamis y terremotos, sobre
manifestaciones demoníacas, ¿acaso se está violando alguna doctrina esencial de
las Escrituras? No. ¿Acaso se está diciendo algo que no esté “en la misma
línea” que las profecías sobre los últimos tiempos? No; desde hace siglos,
incluso antes de escribirse Apocalipsis, la Biblia anuncia de manera directa o
indirecta situaciones por el estilo. El hecho de que hasta ahora no hayamos
podido ubicar adecuadamente esas profecías en una línea temporal de los sucesos
por ocurrir no significa que no lo podamos hacer ahora, simplemente significa
que nuestro entendimiento no fue tan claro siglos atrás como lo es ahora.
Bueno, de acuerdo, pero ¿no
se estaría “añadiendo” más a lo que dicen las Escrituras? De nuevo, este
argumento debemos analizarlo en función de qué quiere decir “añadir y quitar”,
y en los pasajes que vimos más arriba está claro que se refiere a la doctrina
bíblica, no a los sucesos particulares de un tiempo dado. En otros artículos
(N° 255 y 256, https://plus.google.com/communities/110726217481567373447) dejamos en claro que el ministerio
profético sigue vigente, que su función hoy no es establecer doctrina nueva
sino animar, exhortar y fundamentalmente advertir de los sucesos que vendrán.
¿Todo está escrito en la Biblia?
2 Pedro 1:3 RVC
3 Todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder,
mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
Todo lo que necesitamos
para la vida cristiana, sí. Pero también vimos (artículo N° 256) que las
advertencias específicas para personas y sociedades dadas en momentos
determinados no están escritas en la Biblia (aunque sí todos los principios
necesarios como para que entiendan lo que les va a pasar). Y esa es la función
que están cumpliendo las actuales profecías sobre los juicios que sucederán en
breve.
Cuando un profeta hoy
anuncia cataclismos y mortandad, ¿acaso eso constituye “otro” camino de
salvación? No. ¿Acaso brinda “otro” manual de vida santa? Tampoco. No hay
ninguna alteración al mensaje bíblico, simplemente la advertencia de que lo que
se anunció en las páginas bíblicas está por pasar, y de que el juicio de Dios
sobre el pecador es terrible. ¡Chocolate por la noticia!
El pasaje de Joel 2, que
varias veces cité, precisamente enmarca el derramamiento del Espíritu Santo y
el ministerio profético inmediatamente antes de dichos juicios, por lo que la
conclusión necesaria es que esos sueños, visiones y profecías que habrían de
venir tendrían que ver con ellos, ¡justamente lo que está sucediendo ahora!
¡Nada que no hubiera sido anunciado!
Una dificultad adicional
que encuentran muchos cristianos es que esos profetas no son los grandes
predicadores y apóstoles reconocidos de la historia evangélica, ni siquiera del
presente. Sobre ese tema ya hablé en otro artículo (N° 137 del grupo citado
anteriormente): ya el Señor dejó en claro que no serían los más “prestigiosos y
famosos” predicadores, sino todo lo contrario.
Otro problema, más serio,
es que unas cuantas de esas profecías vienen acompañadas de fechas específicas
que no se han cumplido (al momento de escribir este artículo) en clara
contraposición a la palabra del Señor:
Mateo 24:36 RVC
36 »En cuanto al día y la
hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de los cielos. Sólo mi Padre lo
sabe.
Evidentemente ninguna de
las fechas que se fijaron hasta este momento (de escribir el artículo) ha sido
correcta, pero ese problema de poner fechas “seguras” para la venida del Señor
y los sucesos del fin de los tiempos no es nuevo, por lo menos todo el siglo XX
estuvo lleno de ellas. Como hay tantas fechas que se están estableciendo,
¡obviamente alguna de ellas se cumplirá! El asunto es que algunos cristianos
rechazan todo el mensaje profético específico sobre el fin de los tiempos
porque hay algunos profetas que establecen fechas “precisas”, cuando nunca la
voluntad del Señor fue esa, sino que TODO EL TIEMPO estuviéramos preparadas,
como si fuera a suceder hoy mismo (y algún día será ese “hoy”).
Pongamos una comparación.
Si en este momento tomamos 100 predicaciones de los mejores predicadores que
hay en el ámbito evangélico y que podamos encontrar en la Web, ¿serían
perfectas? No. ¿Podríamos encontrar en cada una de ellas algún error, alguna
omisión, algún añadido, una interpretación errónea, aunque sea pequeña? Sin
duda. ¿Por eso desechamos el ministerio pastoral? ¡De ninguna manera! ¿Entonces
por qué lo hacemos con los profetas?
El profeta es un mensajero
imperfecto y sus palabras NO SON LA BIBLIA, por lo que pueden contener algunos
errores, aunque en tenor general sea cierto. En Su misericordia Dios utiliza
esos vasos imperfectos para advertirnos con mucho detalle de lo que vendrá;
debemos recibir Su amor y hacer caso de Sus advertencias. Finalmente, que
lleguemos al cielo o no probablemente no dependa de que sepamos y nos
preparemos adecuadamente para lo que vendrá, pero si Él lo está advirtiendo,
probablemente sí… En todo caso, ¿qué sentido tiene llegar todo “golpeado y
revolcado”, tropezando en el final del camino, si podemos llegar en victoria,
preparados y conscientes de lo que ocurrirá, con la sabiduría y fortaleza
suficiente como para ayudar a nuestros hermanos?
¿Está “todo lo que vendrá”
escrito en la Biblia? No, y la misma Biblia lo dice en el primer pasaje que
citamos:
Apocalipsis 10:1-7 RVC
1 Entonces vi descender del
cielo a otro ángel poderoso. Venía envuelto en una nube y con el arco iris
sobre su cabeza. Su rostro era semejante al sol, y sus piernas parecían dos
columnas de fuego.
2 En su mano tenía un
librito abierto, y se quedó con el pie derecho sobre el mar y con el izquierdo
sobre la tierra;
3 en ese momento lanzó un
grito tan fuerte como el rugido de un león, y se oyó la estruendosa voz de
siete truenos.
4 Después de que hablaron
los siete truenos, me dispuse a escribir, pero desde el cielo oí una voz que me
decía: «No reveles lo que han dicho los siete truenos. No lo escribas.»
5 Entonces el ángel que vi
que estaba sobre el mar y sobre la tierra levantó su mano derecha al cielo
6 y jurando por el que vive
por los siglos de los siglos, por el mismo que creó el cielo, la tierra y el
mar, y todo lo que hay en ellos, dijo: «¡Se acabó el tiempo!
7 Cuando llegue el momento
de que el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, se cumplirá el misterio
de Dios, que él ya había anunciado a sus siervos los profetas.»
Aunque Juan lo vio, no pudo
revelar todos los detalles; en la economía del Espíritu no era necesario ni
conveniente dejarlo escrito en la Biblia, pero seguramente sí debían ser
reveladas en los tiempos finales, ¡estos! ¿En qué me baso para decir eso? En
algo parecido que le ocurrió al profeta “hermano” de Juan en la revelación,
Daniel:
Daniel 12:4 RVC
4 Pero tú, Daniel, mantén
estas palabras en secreto y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos
correrán de un lado para otro, y la ciencia irá en aumento.»
Sus palabras serían
“incomprensibles” para los judíos y posteriormente los cristianos durante miles
de años, pero en el tiempo del fin el velo sería quitado y se volverían
perfectamente claras. Este es ese tiempo, ¿podremos discernirlo y vivir en
conformidad?
Danilo Sorti
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