domingo, 3 de septiembre de 2017

219. ¿Quiénes son los falsos profetas? ¿Qué predican?

1 Reyes 22:10-12 RVC
10 Mientras tanto, los dos reyes se quedaron en la plaza que está junto a la puerta de Samaria, sentados en sus tronos y ataviados con sus mantos reales. Delante de ellos, los profetas les prodigaban buenos augurios.
11 Uno de ellos, Sedequías hijo de Quenaná, se acercó y les mostró unos cuernos de hierro que había hecho, y dijo: «Así ha dicho el Señor: “Con estos cuernos cornearás a los sirios hasta acabar con ellos.”»
12 Los demás profetas también animaban al rey, y le decían: «Vaya Su Majestad a Ramot de Galaad, y atáquela. El Señor le dará la victoria y entregará la ciudad a Su Majestad.»

Jeremías 28:9 RVC
9 Si el profeta anuncia paz, y sus palabras se cumplen, entonces se le reconoce como un profeta verdadero, enviado por el Señor.»

Jeremías 23:14-17 RVC
14 Pero a los profetas de Jerusalén los he visto incurrir en grandes torpezas. Cometen adulterio, Van en pos de la mentira, fortalecen las manos de los malvados, para que ninguno se aparte de su maldad. Para mí, todos ellos son como los habitantes de Sodoma y de Gomorra.»
15 Por lo tanto, así ha dicho el Señor de los ejércitos acerca de esos profetas: «Voy a hacerlos comer ajenjo; voy a hacerlos beber agua amarga. Porque la hipocrecía que hay en toda la tierra tiene su origen en los profetas de Jerusalén.»
16 Así ha dicho el Señor de los ejércitos: «No hagan caso de las palabras que los profetas les anuncian. Sólo alimentan en ustedes vanas esperanzas. Sus visiones nacen de su propio corazón, y no de mis labios.
17 Se atreven a decir a los que me desprecian, que yo he dicho que tendrán paz; y a todos los que siguen a su obstinado corazón, les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.»

Jeremías 23:31-32 RVC
31 »Yo estoy en contra de los profetas que hablan con dulzura, y luego afirman que yo he hablado. —Palabra del Señor.
32 »Yo estoy en contra de los que profetizan sueños mentirosos, pues con sus profecías mentirosas y lisonjeras hacen que mi pueblo pierda el camino. Yo no los envié a profetizar. ¡Ningún bien le hacen a mi pueblo! —Palabra del Señor.

Jeremías 6:13-14 RVC
13 »Y es que todos ellos son mentirosos y avaros. Todos, desde el más chico hasta el más grande, desde el profeta hasta el sacerdote.
14 Se les hace fácil sanar la herida de mi pueblo con sólo decir “¡Paz, paz!” ¡Pero no hay paz!

Miqueas 2:11 RVC
11 Si alguien viene con espíritu de falsedad, y mentirosamente les dice: “Voy a profetizar acerca del vino y de la sidra”, a gente como ésa este pueblo la considera profeta.

Lucas 6:26 RVC
26 »¡Ay de ustedes, cuando todos los alaben!, porque lo mismo hacían con los falsos profetas los antepasados de esta gente.


En estos tiempos cuando las palabras proféticas urgentes hablan del terrible juicio que vendrá, antes del arrebatamiento, y los mucho más terribles juicios que vendrán después, respetables figuras de la iglesia alzan su voz contra esos “exaltados y falsos profetas de la desgracia”.  Bueno, yo no quiero decir que absolutamente todas las profecías de juicios venideros sean ciertas, pero es necesario repasar un poco cuál es el mensaje “favorito” de los falsos profetas.

Después de leer los versículos de más arriba, debería quedar claro que los falsos profetas DIFÍCILMENTE tengan una palabra de juicio sino más bien todo lo contrario. Es obvio, su objetivo es obtener provecho de la gente, conseguir dinero, poder, influencia; y de mucha gente, no pocos. ¿Cómo podría lograrse eso anunciando juicios? Pocos son los que aceptan los mensajes de juicio y los llamados al arrepentimiento, además de que un termina ganándose muchos enemigos.

Por otro lado, un falso profeta, que está en sí mismo desviado y lejos de la verdad, ¿cómo podría anunciar juicio? ¡Se estaría juzgando a sí mismo! Tal como dice Miqueas, esos profetas están ellos mismos detrás de los placeres terrenales (“el vino y la sidra”) por lo que es lógico que profeticen de eso. Y es también lógico que la mayoría de la gente busque a los tales.

No hermanos, difícilmente un profeta que anuncie juicios sea falso. Puede tener un mensaje contaminado, es cierto; a veces el anuncio de juicio se mezcla con la ira humana, y eso se puede discernir con bastante facilidad. Puede ser en algunos pequeños ámbitos cristianos que profetizar juicio sea “popular”, pero hoy podríamos decir que son espacios reducidos. Y de todas formas, un falso profeta que anuncie juicio no se sostiene por mucho tiempo, no al menos con ese mensaje y decididamente no en estos tiempos.

Los falsos profetas normalmente están mucho más cerca de los poderosos, de la gente de influencia, de los que tienen algún perfil político; porque ellos terminan viviendo en un mundo de fantasías, que todos los de alrededor ayudan a mantener y ellos se terminan creyendo (aunque siempre me quedó la duda si realmente se lo creen o también ellos actúan como si se lo creyeran…). Políticamente es inconveniente anunciar juicio y llamar al arrepentimiento, es extremadamente impopular mostrar los errores del pueblo, por lo que NECESITAN de falsos profetas para mantener su popularidad y para reforzar la idea de que “vamos bien”, de que ellos llevarán a la gente hacia un futuro maravilloso y de que pueden estar seguros y confiados siempre que permanezcan junto a ellos. ¡Por demás de conveniente si se trata de mantener el control!

Los falsos profetas anuncian paz, anuncian prosperidad, anuncian bendiciones materiales, mantienen bonitas esperanzas que son falsas. Como dice Jeremías, los falsos profetas se encargan de anunciar bendiciones a los pecadores, a los hipócritas, a los falsos hermanos; aquellos que, obviamente, no podrían tolerar el verdadero mensaje ni un llamado a la conversión. Son los que los animan y fortalecen, para que sigan pecando y cometiendo injusticias… siempre y cuando sigan dando sus diezmos y ofrendas…

Son los que hablan con dulzura y no corrigen al pueblo. Son los mentirosos que anuncian paz cuando Dios mismo está anunciando terrible juicio y guerra. Son aquellos de los que la gente habla bien. Son figuras populares.

Entonces, amados del Señor, cuando algún personaje importante de alguna iglesia hable en contra de los “rústicos profetas” que anuncian juicio, pensemos muy bien QUIÉN ES realmente el falso profeta ahí. ¡Señor, ayúdanos!


Danilo Sorti




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