Apocalipsis 6:10 DHH
10 Decían con fuerte voz: santo y fiel,
¿cuándo juzgarás a los habitantes de la tierra y vengarás nuestra muerte?
Los cristianos nos hemos acostumbrado tanto
al predominio del mal y de las injusticias que muchas veces ni les prestamos
atención, las aceptamos como parte del “paisaje” (de hecho, en el mismo
“paisaje” están grabadas).
Es cierto que nunca Jesús le comisionó a la
Iglesia derrocar a los poderosos e instaurar el Reino Davídico restaurado, o
mejor dicho, eso lo hará con su cuerpo glorificado luego del tiempo del juicio.
Es cierto que Dios mismo permite que se levanten imperios opresores, durante un
tiempo, como instrumentos de Su ira. Es cierto que está escrito que el mal
crecerá enormemente hacia el final de los tiempos. Pero NADA DE ESO le quita
presencia la justicia de Dios.
Dios sigue siendo un Dios de justicia y si se
nos dice que no debemos vengarnos nosotros mismos NO ES porque la venganza en
sí esté mal, sino porque solamente le corresponde al Señor, y:
Hebreos 10:31 RVC
31 ¡Horrenda cosa es caer en las manos del
Dios vivo!
Hermanos, no nos confundamos. Que en este
tiempo seamos llamados a mostrar el amor y la misericordia de Dios, a sufrir
antes que a pelear con armas terrenales, y algunos incluso a entregar sus
vidas, no significa que Dios se haya olvidado de Su justicia. Simplemente
significa que aún estamos en el tiempo de la gracia y la misericordia, que
permite que el malvado tenga libertad (aunque acotada) para llevar a cabo sus
planes y también para arrepentirse de ellos.
Así como no debemos caer en el lenguaje
vengativo y revanchista que a veces se escucha desde los púlpitos, tampoco
debemos olvidarnos de que la justicia de Dios está muy próxima.
Cuando el Señor dio ejemplo de humildad y
mansedumbre, para que lo sigamos, no estaba diciendo que los hijos de Dios, y
Dios por extensión, serían una alfombra que cualquiera pisoteara. Solo estaba
mostrando una faceta de Su Padre, Su amor y paciencia, Su misericordia y
tolerancia. Pero Dios no es solo eso, aunque sea la parte de sí que más le
gusta mostrarnos.
Dios también es ira y justicia, y a
cualquiera que lo dude le recomiendo que lea la Biblia, porque si no conoce eso
es porque realmente no conoce casi nada de la Palabra de Dios.
Y llega el momento en que Él hará justicia a
Sus elegidos, que hará justicia sobre toda la maldad cometida en el mundo. La
paciencia “histórica” de Dios llega a su fin y cuando viene el momento del
juicio, es traída a cuenta toda la sangre derramada. Así nos lo muestra cuando
dice:
Lucas 11:50-51 RVC
50 Por lo tanto, a la gente de esta
generación se le demandará la sangre de todos los profetas, que desde la
fundación del mundo ha sido derramada,
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de
Zacarías, que murió entre el altar y el templo. Sí, les aseguro que será
demandada de esta generación.
Aunque pasen los años e incluso los siglos,
ninguna injusticia se pierde delante del Padre, y cuando llegue el momento
exacto, y será pronto, todas y cada una de las gotas de sangre derramadas por
Sus hijos, todas y cada una de las injusticias ejercidas contra la Novia del
Cordero, serán demandadas de este mundo. Sepamos, sin dudas, que hay un Dios
que juzga, que nada se olvida delante de él, y, si tenemos oportunidad,
procuremos que los hombres se reconcilien con Su Creador antes que sea demasiado
tarde.
¡Señor, que podamos vivir cumpliendo en
Cristo toda Tu Justicia!
Danilo Sorti
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