lunes, 14 de agosto de 2017

156. ¡Salgan de Babilonia!

Apocalipsis 18:4-5 RVC
4 Oí entonces otra voz del cielo, que decía: «Ustedes, los de mi pueblo, salgan de esa ciudad para que no participen de sus pecados ni reciban parte de sus plagas;
5 pues son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo, y Dios ha tomado en cuenta sus injusticias.


Aparentemente Babilonia ocupa un lugar importante pero no demasiado extenso en la Palabra. Sin embargo, cuando rastreamos el sentido espiritual que tiene, la “potestad” o “principio” de Babilonia, aparece tan temprano como Génesis 10, con Babel, y corre a lo largo de casi todas las páginas bíblicas, a veces de manera bien manifiesta, otras más oculta o indirecta, pero es el trasfondo de la mayor parte de la Historia de la Redención. ¿Qué es Babilonia?

Este es un tema muy largo, pero podemos resumir diciendo que representa al imperio opresor, el “espíritu del gran imperio”, que une en sí todos los medios de control sobre las personas: político, cultural, militar, económico y religioso, siendo este último preponderante. Es el imperio y es la ciudad, o quizás sería mejor decir que es la ciudad que alimenta y “da vida” al imperio.

Por un lado podemos decir que el “espíritu” de Babilonia, desde Babel en adelante (y quizás desde Caín) se manifiesta por doquier, desde lo más pequeño hasta lo más grande; por otro, “El” principado de Babilonia, propiamente dicho, siempre tiene una ubicación geográfica y política muy definida: es la gran potencia que en un momento da la historia domina sobre las otras naciones. No hay que rebuscar en inexistentes ciudades del desierto, como ciertas interpretaciones escatológicas dicen; “Babilonia”, en un momento dado de la historia, es tan visible que cualquier persona un poco informada en el mundo podría señalarla.

Pero queda claro que la potestad de Babilonia, que yo supongo es la que expresa a la “Reina del Cielo”, uno de los demonios de mayor rango después de Satanás, ha ido cambiando de lugar a lo largo del tiempo; cuando el imperio sobre el cual regía terminó colapsando, se movió hacia otro país para comenzar la construcción de un nuevo imperio, proceso que pudo haber llevado siglos.

Pues bien, está claro cuál es en este momento el imperio dominante, y cuál seguirá siendo durante un tiempo más. En las profecías bíblicas vemos su destrucción final y definitiva, no la destrucción del imperio que la expresaba, lo cual hubiera hecho que fuera a buscar otro para comenzar el proceso de nuevo, sino la destrucción del propio principado, de tal forma que nunca más se volverá a levantar sobre los hombres. En estos tiempos últimos, previos a su destrucción definitiva o casi coincidiendo con ella, el Señor está por traer juicio sobre muchas “babilonias”, tal como repetidamente viene anunciando a través de Sus mensajeros.

En estos anuncios proféticos el Señor está alertando a Sus hijos fieles para que salgan a tiempo de esos lugares: ciudades o regiones enteras. No voy a repetir aquí lo que el Espíritu está diciendo a través de tantos porque Sus mensajes pueden encontrarse, y discernirse, fácilmente en la Web. Pero escribo esto para enfatizar un aspecto de esos mensajes el cual siento que no es muy aceptado: el hecho de tener que “salir” de un lugar geográfico.

Hemos estado acostumbrados a que el Señor nos ha guardado muchas veces estando EN la ciudad donde Él nos ha puesto. Muchos de nosotros hemos pasado por momentos difíciles de conmoción social, económica e incluso ambiental, y hemos visto la protección del Señor; hemos testificado de ello y nos hemos maravillado de Su protección. ¿No puede hacer lo mismo Dios en los juicios que vendrán?

Finalmente, todo debe resolverse de acuerdo a lo que diga la Palabra de Dios. Aún las muchas visiones y profecías que el Espíritu Santo está trayendo justamente ahora no están en contra del mensaje bíblico, simplemente lo aclaran y especifican para las distintas regiones y países. Entonces, si son verdaderos esos mensajes de alerta que nos llaman a salir de determinadas ciudades e incluso países, debería haber una base bíblica para ello. Y la hay.

El pasaje de Apocalipsis no es el único, los profetas ya lo dijeron (Isaías 48:20; Jeremías 50:8; 51:6, 45), Lot lo prefiguró cuando tuvo que salir de Sodoma (Génesis 19:12ss), Jesús mismo lo aplicó a Jerusalén (Mateo 24:16ss). Ahora bien, no es menos cierto que tenemos otros pasajes que nos hablan de la protección divina EN MEDIO de los juicios. El asunto aquí no consiste en una “competencia de fe” a ver quién tiene más fe como para quedarse y “obligar” a Dios para que haga un milagro con él, o quién tiene menos fe y prefiere escapar.

Debemos entender que hay distintos niveles de juicio y distintas formas de actuar de parte de Dios. Hay momentos determinados en los que el Señor nos mandará quedarnos en un lugar, y otros en los que deberemos salir. E incluso Dios mismo puede hacer una diferencia a veces. Sin embargo, hay momentos de juicios muy terribles y definitivos en los cuales ya no hay ni redención ni lugar de refugio posible, o bien el sufrimiento será tan grande que el Señor, por amor a Sus hijos, no quiere que lo atraviesen.

Hermanos, en la Biblia claramente hay momentos en los que Dios urgió a Sus santos a salir del lugar del castigo, porque si permanecían NO SERÍAN LIBRADOS. Y no nos olvidemos que Babilonia, el imperio de la antigüedad, fue un lugar de prosperidad y bendición para muchos del Pueblo de Dios; tener que salir, para ellos, significó “empezar de nuevo” en otro lugar. No es fácil salir de “Babilonia”, el lugar donde nacimos, nos criamos, fuimos bendecidos, tenemos nuestros amigos y lugares, nuestro trabajo y nuestro ámbito de testimonio. Pero Dios es Dios, y Él tiene todo el derecho tanto de edificar como de destruir.

Si las palabras proféticas específicas que Dios está trayendo para tu ciudad o nación te llaman a salir, prepárate. Quizás el tiempo sea ahora, quizás sea un poco más adelante; el Señor nos dará la orden en el momento preciso, pero no dejes de prepararte, no te engañes pensando en que Dios te va a proteger en medio del juicio, porque eso no siempre ha ocurrido.

Danilo Sorti




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