Mateo 5:10-12 DHH
10
“Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo,
porque de ellos es el reino de los
cielos.
11
“Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando
por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras.
12 Alégrense,
estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así
también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.
Los primeros cristianos no consideraban a las
pruebas y el sufrimiento como “algo que no debía estar allí”, sino todo lo
contrario; era un privilegio sufrir por Cristo, era una honra ser rechazados,
insultados y maltratados, y era una recompensa llegar a morir por su Señor.
Filipenses 3:10-11 DHH
10 Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir
en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos;
haciéndome semejante a él en su muerte,
11 espero llegar a la resurrección de los
muertos.
¿Por qué? Porque:
2 Corintios 4:17-18 DHH
17 Lo que sufrimos en esta vida es cosa
ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho
más grande y abundante.
18 Porque no nos fijamos en lo que se ve,
sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las
que no se ven son eternas.
El falso evangelio de la prosperidad y de la
“buena vida cristiana” ha quitado la vista de las cosas eternas, de la
recompensa que tendremos y del Reino que vendrá. Por lo tanto, si “solo” queda
esta vida, si lo de más allá se vuelve nebuloso o difuso, si se pierde el
interés en ello, ¿Qué queda sino pasarla lo mejor posible en esta tierra y
llegar a una “buena vejez”? ¡Pero ese nunca fue el centro del mensaje
cristiano!
Ellos sabían, al igual que Pablo:
2 Corintios 4:11 DHH
11 Pues nosotros, mientras vivimos, nos vemos
expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se muestre
en nuestro cuerpo mortal.
Aquellos que tanto se llenan la boca hablando
de prosperidad y bendiciones, pidiendo dinero, joyas y autos, ¿serían capaces
de predicar lo mismo a la iglesia subterránea, perseguida y torturada, del
Medio Oriente? ¿Sirve de algo ese supuesto evangelio allá? Y si no sirve allá,
¿por qué habría de servir acá?
Puede ser que en la gracia del Señor, durante
un tiempo más largo o más corto, pasemos épocas de paz y relativa libertad,
pero eso no es lo normal y de ningún modo debemos pensar que Dios TIENE LA
OBLIGACIÓN de bendecirnos materialmente, darnos riquezas, paz y seguridad en
esta tierra. Repito, cuando eso ocurre es por gracia especial, inmerecida, y
con un propósito muy claro: ser de bendición al resto de nuestros hermanos en
el mundo que no están pasando por la misma situación. En el momento en que
empezamos a pensar que “lo merecemos”, que es por nuestros méritos o nuestra
justicia, empezamos a deslizarnos.
Y si nos toca pasar por diversas aflicciones
por la causa de Cristo, que en nuestros contextos a veces vienen de manera más
sutil o encubierta, pero no menos real, debemos gozarnos grandemente.
Sabemos que a medida que se aproxime el fin
la persecución irá en aumento, aunque yo sería cuidadoso en afirmar que eso
ocurrirá por igual en todos los países; probablemente no, pero creo que va a
aumentar. Por ello, debemos estar preparados para esos momentos. Mientras
tanto, vale la recomendación de Hebreos:
Hebreos 10:32-34 DHH
32 Pero recuerden ustedes los tiempos
pasados, cuando acababan ustedes de recibir la luz y soportaron con fortaleza
los sufrimientos de una gran lucha.
33 Algunos de ustedes fueron insultados y
maltratados públicamente, y otros se unieron en el sufrimiento con los que
fueron tratados así.
34 Ustedes tuvieron compasión de los que
estaban en la cárcel, y hasta con alegría se dejaron quitar lo que poseían,
sabiendo que en el cielo tienen algo que es mucho mejor y que permanece para
siempre.
Y debemos alentarnos unos a otros con estas
palabras:
2 Corintios 4:17 DHH
17 Lo que sufrimos en esta vida es cosa
ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho
más grande y abundante.
Danilo Sorti
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