Hechos 5:29 RVC
29 Pedro y los apóstoles respondieron: «Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Este principio tan obvio y claro puede
fácilmente ser oscurecido en la práctica cristiana, cuando determinados
ministros de la Palabra enseñan sutilmente que obedecerlos a ellos equivale a
obedecer a Dios. De hecho, esta es una de las enseñanzas más extendidas en
todas las iglesias y, sorprendentemente, pastores de las más diversas
corrientes teológicas suelen coincidir en este tema…
Dejemos algo en claro: nadie está llamando a
que nos transformemos en “rebeldes sin causa”, pero nadie puede equiparar la
palabra de los hombres con la Palabra del Alto y Sublime que habita en la
eternidad.
Y así como en cierto momento de la historia
la naciente iglesia protestante se dio cuenta de que la voz del Papa no era
infalible, tampoco lo es la voz de ningún ministro de Dios hoy, por más legítimo
que sea.
Una doctrina que nación en los Estados Unidos
(¡cuando no!) hace algunas décadas y que se diseminó por todas las iglesias
dice que no importa que el líder esté equivocado, si el seguidor lo obedece va
a ser bendecido, Dios lo va a aprobar por su obediencia. Además del error que
contiene, apela a motivaciones incorrectas: aunque no está para nada mal querer
ser bendecido, mi motivación debe ser servir y glorificar al Rey de Reyes,
aunque al hacerlo no sea bendecido y encima me gane enemigos y problemas.
Bien, los apóstoles muy bien hubieran podido
apelar en las circunstancias de Hechos 5 a esta supuesta verdad espiritual,
pero no, claramente sabían que antes que nada y por encima de cualquiera está
la obediencia al Señor.
Algunos pastores buscan fundamento en
ejemplos del Antiguo Testamento, propiamente bajo un pacto y unas condiciones
sociales y de la revelación muy diferentes a las actuales. Siempre que alguien
se fundamenta (únicamente) en pasajes del Antiguo Testamento para algunos temas
y en pasajes del Nuevo para otros, tiene una mescolanza teológica y utiliza la
Biblia para manipular.
Pero cuidado, “obedecer a Dios antes que a
los hombres” NECESARIAMENTE significa
que yo puedo escuchar con claridad la voz de ese Dios al que digo obedecer (y
no la de otro dios). Creo que la mayoría de los cristianos que hoy se ufanan de
su “fidelidad y obediencia al pastor” en realidad no quieren pagar el precio de
oír ellos mismos la voz del Espíritu, ni mucho menos de obedecerlo e ir contra
la corriente.
Para concluir: nada de esto significa que
debamos ser rebeldes y desobedientes “porque sí” a las autoridades, porque las
autoridades que legítimamente fueron establecidas por el Señor normalmente nos
transmitirán las palabras que el Señor nos está dando; pero ninguna autoridad,
por más santa que sea, es perfecta, e inevitablemente no tendrá toda la
revelación ni toda la guía que necesitemos en algún momento, y puede ser que
alguna vez nos guía hacia algo incorrecto. Bueno, ¡bienvenido al club de los
seres humanos imperfectos! No por eso deja de ser una autoridad puesta por el
Señor, pero no necesariamente tengo que obedecer lo que sea incorrecto.
Los pastores santos pocas veces enfatizan en
su autoridad, normalmente mantienen un perfil bajo en ese sentido. Pero a los
“superpastores” les encanta hablar del tema; ¡cuidado con ellos! Que el Señor
nos guarde y abra nuestros oídos.
Danilo Sorti
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