Romanos 1:21-32 RVC
21 Pues a pesar de haber conocido a Dios, no
lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en
sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad.
22 Aunque afirmaban que eran sabios, se
hicieron necios,
23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal
por imágenes de hombres mortales, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24 Por eso Dios los entregó a los malos
deseos de su corazón y a la impureza, de modo que degradaron entre sí sus
propios cuerpos.
25 Cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, y honraron y dieron culto a las criaturas antes que al Creador, el
cual es bendito por los siglos. Amén.
26 Por esto Dios los entregó a pasiones
vergonzosas. Hasta sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que
van en contra de la naturaleza.
27 De la misma manera, los hombres dejaron
las relaciones naturales con las mujeres y se encendieron en su lascivia unos
con otros. Cometieron hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibieron en
sí mismos la retribución que merecía su perversión.
28 Y como ellos no quisieron tener en cuenta
a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no
convienen.
29 Están atiborrados de toda clase de
injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades.
30 Son murmuradores, detractores,
aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,
desobedientes a los padres,
31 necios, desleales, insensibles,
implacables, inmisericordes.
32 Y aunque saben bien el juicio de Dios, en
cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se regodean con los que las practican.
El panorama que muestra el pasaje es
absolutamente profético; no sé cuán bien describía a los hombres de esa época,
¡pero no tengo dudas de que describe perfectamente a los de esta! Tres veces en
el texto de Romanos Pablo afirma que Dios “los entregó”: a los malos deseos de
su corazón y a la impureza, a pasiones vergonzosas, a una mente depravada.
“Los entregó” no resulta una expresión
impersonal sino más bien da la idea de poner a alguien bajo la autoridad de
otro: entregar un reo fugitivo, un esclavo que escapó de su amo; también nos da
la idea de quitarle la protección a alguien, exponerlo, para que un adversario
lo atrape.
De la misma forma, Dios “entregó” a esta
gente pecadora, es decir, les retiró su protección, los límites que impedían el
avance de la más baja perversión y los expuso a la acción no de una fuerza impersonal
sino de los demonios. La causa fue la idolatría y el haber desechado la voz de
Dios.
Ahora bien, dentro del amplio espectro de
perversiones que manifiestan estas personas aparece la homosexualidad en sus
diversas formas. Y este es un tema sensible para muchos cristianos que todavía
se preguntan azorados cómo es que tan rápidamente los estados han aceptado el
llamado “matrimonio igualitario”, propiamente porque es entre “iguales” no
distintos, mientras que en la naturaleza el diseño creativo de Dios (es decir,
la capacidad que Dios mismo puso en sus creaturas para “crear”) implica la
unión de dos “distintos”: macho y hembra dando origen a una descendencia
variada, no clones; cargas positivas y negativas, dando origen a fenómenos
eléctricos y de potencial electroquímico que son imprescindible para todos los
fenómenos de la vida, protones con carga positiva y electrones con carga
negativa, que forman los átomos que a su vez conforman toda la materia que
conocemos, centros de alta presión y de baja presión, que originan los vientos,
y otras tantas cosas que muestran el mismo patrón general de diseño del
Creador.
Volviendo al tema; es claro que no podemos
aceptar diseños que están en contra del diseño de Dios y de que no debemos
callar el pecado ni llamar “bueno” a lo que está mal. El asunto es: ¿cuánta
energía gastar en luchar para que sean revertidas esas leyes? ¿Cuánto tiempo
dedicarle al tema en los ámbitos sociales? Son preguntas difíciles, no voy a
dar una respuesta cuantitativa, pero quiero traer este elemento de análisis que
vemos en Romanos: aquellos pecadores que fueron “entregados” a determinados
pecados no pueden salir de él porque legalmente están bajo su dominio y Dios
mismo ha permitido que sean encarcelados. No me parece sabio gastar demasiado
tiempo en el pecado que los encarcela sino más bien ir a la raíz del problema.
Puede ser que, al enfocarnos demasiado sobre alguna de estas depravaciones en
realidad estemos yendo contra la “voluntad de Dios”, claro, ¡no porque Dios
quiera que alguien peque!, sino porque Dios los encerró bajo un pecado que es
groseramente lesivo para las personas, para ver si de esa forma, “recibieron en
sí mismos la retribución que merecía su perversión”, en su dolor, pueden
levantar sus ojos al cielo y volverse a su Creador. Veamos algunos datos que
arroja una breve búsqueda en la Web:
"Los homosexuales viven hasta 20 años
menos", periodistadigital.com, 04/07/2005:
“La reducción de la esperanza de vida, según
un estudio realizado por el Centro de Control de Enfermedades de Washington y
publicado en Psychological Reports, es de hasta 20 años.” … “La edad promedio
de los que murieron de sida fue de 39 años. Para los 588 gays que murieron por
otra causa, la edad promedio fue de 42 años y el 29% alcanzó una edad mayor.
Las 106 lesbianas que murieron tenían una edad promedio de 45 años y el 26%
murió a una edad avanzada. El 2,5% de los gays murieron violentamente. Eran 87
veces más propensos a ser asesinados, 25 veces más propensos a suicidarse, y
tenían una proporción de muerte por causa de accidentes de tráfico 18 veces
mayor que la de hombres blancos normales de la misma edad. Los ataques al
corazón, el cáncer y los fallos hepáticos eran excepcionalmente comunes entre
ellos. El 21% de las lesbianas murieron por asesinatos, suicidios o accidentes,
una proporción 532 veces más alta que la de mujeres blancas normales entre los
25 y los 44 años de edad.”
“Vida en común de parejas gay dura año y
medio a lo mucho, según estudios internacionales”, proceso.com.mx, 03/02/2010:
“La mayoría de las relaciones de pareja entre
personas del mismo sexo tienen un periodo de vida muy corto, de aproximadamente
año y medio, de acuerdo con un estudio holandés” … “El Instituto Mexicano de
Orientación Sexual Renacer reveló también que la probabilidad de divorcio en
las parejas hombre-hombre es 35% más alta que la de las uniones heterosexuales.
Más aún, en las parejas mujer-mujer el índice se triplica” … “mientras tres
cuartas partes de las parejas heterosexuales permanecen fieles, las parejas gay
típicamente muestran un alto grado de promiscuidad y tienen un promedio de ocho
parejas sexuales por año.” … “entre las parejas del mismo sexo se experimenta
un mayor grado de violencia comparado con parejas heterosexuales.”
“Homosexuales: el grupo social con menor
esperanza de vida en Latinoamérica”, universitam.com, 03/11/16:
“La Red Latinoamericana y del Caribe de
personas trans (Redlactrans), con presencia en 16 países de la región, estima
que entre el 30 % y el 40 % de la población travesti, transexual y transgénero
de la zona es portadora del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o ha
desarrollado el sida.” … “El dato más crítico es que la esperanza de vida media
de una mujer ‘trans’ no supera los 37 años” … “Muchas ONG y asociaciones
especialistas en materia de género coinciden en que el 90 % de este sector
social ejerce la prostitución para subsistir.”
Aunque socialmente se manifiestan agresivos y
los políticos (que buscan sus servicios los viernes por la noche) se llenan la
boca hablando de sus derechos, ¿cuál debería ser nuestra actitud hacia ellos?
Como dije, de ninguna manera voy a justificar esta desviación del diseño
original del Creador, pero no tengo dudas de que Dios siente un profundo dolor
por ellos, y, realmente, “no tienen tiempo” para volverse a Dios, no hay mucho
tiempo para ellos. Realmente, han sido entregados al Adversario para que juegue
con ellos como quiera. Y esto genera profundas necesidades; una oportunidad
(breve) para que puedan encontrarse con el Único que puede suplirlas.
¡Que el Señor tenga misericordia!
Danilo Sorti
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