Cantares 2:15 DHH
15 Atrapen las zorras, las zorras pequeñas
que arruinan nuestros viñedos,
nuestros viñedos en flor.
Esta imagen de Cantares es bastante conocida
en el ámbito cristiano y hay muchos mensajes sobre ellas, las “zorras pequeñas”
tradicionalmente se ha usado para representar las “pequeñas cosas” que pueden
arruinar a las “grandes cosas”.
Esas “pequeñas cosas” generalmente no son tan
“pequeñas” si las vemos desde sus raíces, pero se manifiestan como “pequeñas”
en un momento dado; como algo sutil, que casi podría pasar desapercibido, a lo
que no se le presta demasiada atención, que no parece ser tan malo, o que está
eclipsado por otras preocupaciones mayores. Esas “pequeñas cosas” son las que
arruinan los viñedos en flor, no los que están cargados de uvas, sino antes de
eso, cuando recién están sacando los botones florales que luego darán origen a
los racimos. Es decir, esas “pequeñas cosas” tienen el potencial de causar un daño
enorme, literalmente, eliminar el fruto de la vida cristiana.
Estas zorras pequeñas se meten por cualquier
lado y no son fáciles de ver ni de atrapar. Además, cuando se estiran para
comer las flores o las uvas recién cuajadas, desgarran las ramas que las
sostienen.
La imagen y su aplicación es por demás de
clara: son aquellas cosas que se nos presentan como pequeñas o casi
desapercibidas, pero que en el fondo no lo son. A veces un solo demonio,
pequeño, sin demasiado poder en sí mismo, puede transmitir un mensaje que al
ser creído y aceptado provoca un daño enorme en el cristiano o incluso en
iglesias enteras. Las “zorras pequeñas espirituales” son pequeñas precisamente
por una cuestión estratégica, pero no en relación al daño que pueden producir.
De la misma forma, hay “pequeñas” actitudes
en nuestros hermanos o en ministros públicos que pueden pasar desapercibidas o
que podríamos justificar fácilmente, pero que nos están dando la pista de algo
mucho más grande que está por detrás. “Pequeños pecados”, “pequeñas actitudes”
incorrectas, algunas palabras “sueltas” aquí y allá, algún exabrupto, algo que
“no anda bien”, “alguna cosas rara” que alcanzamos a definir, un “sentimiento
extraño” que me produce… ¿no serán indicaciones sutiles del Espíritu Santo de que
hay algo más grande por detrás? ¿No serán verdaderas alertas a las que debemos
prestar atención?
Lo mismo que vale para los otros vale para
nosotros: seguramente hay pequeñas cosas a las que no prestamos atención pero
que están marcando algo más grave que se desarrolla en lo profundo.
Sea como sea, sabiendo esto, no debemos dejar
pasar tan alegremente las “pequeñas zorras”. Todo gran engaño inevitablemente
manifiesta “pequeñas zorras”; seguro que tendrá algo (aparentemente) muy bueno
que nos atraerá, pero también seguro que habrá pequeños indicios que nos darán
la alerta.
Sí es cierto; sólo Uno es Perfecto y sólo Uno
no tiene absolutamente ninguna “pequeña zorra” en Su Viña, pero en el resto,
las pequeñas zorras pueden indicar un pequeño ataque, que se puede eliminar, o
una terrible infestación que hay que evitar. ¡Necesitamos el discernimiento del
Señor!
Danilo Sorti
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