2 Pedro 2:1-3 RVC
1 Entre el pueblo hubo también falsos
profetas, como también habrá entre ustedes falsos maestros que con disimulo
introducirán herejías destructivas, y hasta llegarán a negar al Señor que los
rescató, con lo que atraerán sobre sí mismos súbita destrucción.
2 Muchos imitarán su conducta indecente, y
por causa de ellos se hablará mal del camino de la verdad.
3 Por su rapacidad, estos falsos maestros
harán negocio con ustedes. Pero la condenación los espera desde hace mucho
tiempo, y su perdición ya está en camino.
Se está escribiendo mucho en las redes
sociales sobre el abuso que se comete con el diezmo. Este es un tema bastante
largo para hablar, pero resumamos los principales puntos:
·
“El”
diezmo nunca fue “el” sino varios (probablemente tres) que funcionaban como un
sistema impositivo para la nación de Israel. Con los diezmos se sostenía al
sistema levítico, que además cumplía muchas funciones que hoy corresponderían
al poder judicial de una nación, abogados, escribanos, peritos, contadores e
incluso médicos. También servían para alimentar a los necesitados y sostener el
funcionamiento de la nación. Nada de eso tiene validez en el Nuevo Pacto porque
no existe tal cosa como una “nación cristiana”; estamos en medio de diversas
naciones, con sus propios impuestos y requerimientos.
·
El
diezmo religioso lo cobraba el sacerdocio levítico para sus funciones. Nada de
eso existe en el Nuevo Pacto.
·
El
diezmo levítico también lo compartía el diezmante.
·
El
diezmo no era necesariamente en dinero, sino más bien en especies.
·
Para
que algo sea considerado doctrina o ley, para los cristianos, debe tener su
fundamento en el Antiguo Testamento, estar avalado por las palabras de Jesús en
los Evangelios y ser aplicado a la Iglesia en las Epístolas. Definitivamente la
enseñanza del diezmo no cumple con esos requisitos. Si fundamentamos una
doctrina solamente con pasajes del Antiguo Testamento, también deberíamos
aceptar muchas otras cosas que son claramente pecado hoy o que no tendrían
sentido: la poligamia, la esclavitud, no comer determinados alimentos, etc. No
podemos tomar algunas doctrinas del Antiguo Testamento y enseñarlas mientras
otras las ocultamos.
·
Si una
enseñanza no la podemos elevar al nivel de doctrina cristiana, debe quedar
incluida dentro de una doctrina de nivel superior, en este caso, las enseñanzas
respecto del dar con generosidad y sostener a los ministros del Evangelio.
Ahora bien, si bien no podemos fundamentar
doctrinalmente el diezmo bajo el Nuevo Pacto, no podemos dejar de decir que sirve
a modo de ejemplo, según entiendo yo de “piso” para ofrendar. Tengamos en
cuenta esto: si bien el Nuevo Testamento no avala de manera clara e indubitable
el diezmo, tampoco lo niega. Simplemente lo engloba dentro de una enseñanza
mayor.
¿Por qué tanto conflicto con el diezmo? Pues
porque se ha convertido en el “caballito de batalla” de la dominación de los
falsos maestros y pastores de hoy día. Y además porque resulta una “práctica
religiosa” sencilla, que no requiere santidad de parte del diezmante, sino sólo
un poco de esfuerzo y que, en el decir de estos mentirosos, “casi” garantiza mi
relación correcta con Dios.
Pero está claro que el problema no es “el
diezmo”, sino lo que dice Pedro más arriba: el abuso espiritual que lleva a transformar
en mercadería a la gente… y la gente misma que está conforme con esa situación,
porque ellos a su vez han transformado en “objeto de consumo” al “servicio
religioso” y la figura pastoral o apostólica.
Hermanos, no me parece correcto luchar “contra”
el diezmo porque finalmente es un ejemplo bíblico que no podemos ignorar, y
porque la generosidad del Nuevo Pacto nos lleva a dar más que el 10 %. Lo que,
según entiendo, deberíamos hacer es luchar contra el modelo de dominación que
aplican estos falsos apóstoles. Ellos pretenden adueñarse del diezmo y las
ofrendas, como los únicos a través de los cuales tendremos bendición; todos
están de acuerdo en enseñar que los diezmos y ofrendas deben quedar en la
iglesia local, y es obvio, ¡no se van a arruinar el negocio entre ellos!
Hermanos, el Señor nos llama a dar con
generosidad, y, si seguimos el VERDADERO ejemplo del Antiguo Testamento, ese
“dar” también incluye muchas otras cosas que no son dinero; en aquel entonces
era trigo, vacas, lana, uvas, etc. Hoy en día, para muchos de nosotros puede
ser también tiempo, trabajo y habilidades, que es lo que la mayoría de la gente
tiene hoy.
Debemos sostener la obra de Dios, ¡ES
VERDAD!, pero la obra DE Dios, no a los vivos que pretenden vivir a costa del
pueblo de Dios. No se supone que estés atado a dar tu diezmo y ofrenda en tu
congregación local, es más, yo diría que unas cuantas de ellas deberían dejar
de recibirlos para que sus pastores se vuelvan al Señor.
Que el Señor nos ayude a ser generosos y no
nos concentremos en “luchar contra el diezmo” sino contra el verdadero
principio de manipulación espiritual. Hermanos, hoy en día el principal negocio
de las grandes iglesias apóstatas no pasa tanto por el diezmo sino por la
cantidad de gente, al haber mucha gente es más fácil inflar las ofrendas, mover
más activos en las cuentas bancarias y lavar dinero, que no necesariamente
viene de actividades ilícitas pero sí muchas veces de empresas que evaden
grandes cantidades de impuestos. Si uno rastrea las actividades económicas del
pastor de esas iglesias, de su familia y de los cercanos, se encuentra con
participaciones en muchas empresas, testaferros, viajes al exterior y
actividades inmobiliarias y financieras. Todo eso genera mucho dinero en
impuestos, que resulta muy fácil hacer pasar como “ofrenda”.
Como siempre, no digo esto para echar un
manto de duda sobre todos los siervos del Señor, sino para que prestemos
especial cuidado en las grandes estructuras o en aquellos que rápidamente están
creciendo y construyendo templos. Sin duda que el Señor bendice y prospera a
los Suyos, pero también Satanás hace lo mismo. Que el Señor nos de
discernimiento y enfoque correcto.
Danilo Sorti
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