2 Tesalonicenses 3:2 RVC
2 y para que seamos librados de los hombres
perversos y malvados; porque no todos tienen fe.
¿Pueden creer todos los hombres?
Génesis 3:15 RVC
15 Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y
entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el talón.»
Hay una descendencia que propiamente no viene
de Adán, aún genéticamente no es exactamente “hombre”; es lo que llamamos la
“simiente de la serpiente”, la semilla de Satanás. Son aquellos contaminados
desde su mismo origen (que no tiene nada que ver con lo que la iglesia católica
llama “el pecado original”), un linaje distinto. Estos son aquellos que Juan
llamaba:
Lucas 3:7 RVC
7 A las multitudes que acudían para ser
bautizadas, Juan les decía: «¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir
de la ira venidera?
Y que Jesús, más exactamente identificó:
Mateo 23:31-33 RVC
31 Con esto dan testimonio contra ustedes
mismos, de que son hijos de aquellos que mataron a los profetas.
32 ¡Terminen de hacer lo que sus padres
comenzaron!
33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo
escaparán de la condenación del infierno?
Estos no son simplemente hombres pecadores,
acá hay una línea generacional, algo que se transmite de padres a hijos, algo
que trasciende en mucho a la simple decisión individual. Y éstos ya han sido
condenados, no hay salvación posible para ellos. Y porque no hay salvación
posible, es que son tan perversos y mentirosos, “actores” perfectos y
perfectamente pecadores.
Digo esto, hermanos, para que no seamos
engañados, precisamente porque ellos son los maestros del engaño, y nunca
debemos olvidarnos de lo que dijo Jesús:
Lucas 16:8 RVC
8 Y el amo elogió al mal mayordomo por haber
actuado con tanta sagacidad, pues en el trato con sus semejantes los hijos de
este mundo son más sagaces que los hijos de la luz.
Lo más normal es que los hijos de Dios seamos
inocentes y cándidos a comparación de estos perversos, y por eso es que han
causado tanto daño en el mundo y tanto daño dentro de las iglesias, porque de
estos son también los que se meten en las congregaciones, aparentando ser
hombres y mujeres con unción y dones (que no vienen precisamente del Espíritu
de Dios), con elocuencia de palabras, y
muchos inocentes van en pos de ellos. Ahora bien, el problema no es ser
inocentes, sino ser necios, es decir, no darnos cuenta de que podemos ser
fácilmente engañados si no buscamos fervientemente al Señor. Por algo Él mismo
nos dijo:
Mateo 10:16 RVC
16 »Tengan ustedes en cuenta que los estoy
enviando como a ovejas en medio de lobos; así que sean prudentes como
serpientes y sencillos como palomas.
Las serpientes naturales (no las
espirituales) son animales muy indefensos, algunas tienen veneno para
protegerse, muchas no (las culebras y las constrictoras), pero de todas formas
son animales muy expuestos a ser pisados, aplastados o atrapados por una rapaz.
Si dejamos de lado a las venenosas, son animales muy indefensos, y que por lo
tanto deben ser muy cuidadosos y prudentes antes de asomarse o hacer algo. Y
las “serpientes espirituales” también lo son en otro sentido: son muy prudentes
a la hora de desarrollar sus ardides y engaños, para no ser descubiertas.
Nosotros debemos seguir este consejo y no ser
necios, porque:
Proverbios 10:21 DHH
21 Los labios del justo instruyen a muchos,
pero el necio muere por su imprudencia.
Resumiendo: no todos pueden creer, algunos tienen
la “semilla de la maldad” en sí mismos y nunca creerán, algunos de ellos
penetran las iglesias y alcanzan puestos de autoridad. De ellos debemos
cuidarnos, no ser necios ni desprevenidos; no creer que lo que vemos o lo que
nos dicen o incluso aparentes milagros que son hechos constituyen señal de
aprobación divina. Y mucho menos aceptar sus mensajes de juicio y condenación
para los que no los siguen.
¡Señor, líbranos de ellos!
Danilo Sorti
Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprima aquí para enviarnos tu ofrenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario