viernes, 18 de agosto de 2017

180. ¿Cuál es la actitud correcta para recibir la revelación sobre el mundo de las tinieblas?

Juan 16:12 RVC
12 »Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar.


Esta palabra “sobrellevar” quiere decir literalmente “soportar”, sostener una carga o un peso material; figurativamente se utiliza para soportar dificultades o situaciones prolongadas en el tiempo. Esto tiene que ver con el “peso de la revelación”.

Por un lado, hay una responsabilidad asociada al conocimiento y más propiamente, a la riqueza espiritual, a la unción recibida, a los dones y ministerios:

Lucas 12:48 RVC
48 Pero el que se hace acreedor a recibir azotes sin conocer la voluntad de su señor, será azotado poco. Porque al que se le da mucho, también se le exigirá mucho; y al que se le confía mucho, se le pedirá más todavía.

Pero cumplir una responsabilidad implica una actitud particular de las personas y no todos tenemos el mismo nivel de disposición y consagración: algunos más, otros menos. Eso no tiene que ver con el nivel de conocimiento sino con la actitud y disposición a renunciar de cada uno.

Por otro lado, conocer más de Dios implica conocer más de nuestro propio pecado, oscuridad e incapacidad. ¡No es sencillo soportar eso! No es para nada fácil cuando nuestro verdadero ser es expuesto ante nuestros propios ojos. Más aún, sabemos que Dios “todo lo ve”, pero realmente creemos escondernos de su mirada; cuando Su misericordia nos muestra la profundidad de nuestros pecados, definitivamente nos damos cuenta de que no podemos “esconder” nada. ¿Cómo es posible soportar tal revelación? De dos formas: o la negamos y nos llenamos de orgullo y autosuficiencia (religión, buenas obras) o la aceptamos y nos llenamos cada vez más del amor y la misericordia de Dios, que alcanza a cubrir todo lo que somos, y por consiguiente, dejamos cada vez más de actuar y vivir conforme nuestros propios gustos y pensamientos y permitimos que sea Su vida viviendo en nosotros. Eso es lo que significa “morir a uno mismo”.

Pero también recibir más revelación implica NECESARIAMENTE conocer cada vez más el mundo de las tinieblas y de la profunda perversión del ser humano, y eso es aún más espantoso. Hay un peligro muy grande que se corre al conocer la profundidad de la perversión humana y demoníaca, y es el hecho de ser tan herido en el corazón, que deje de escuchar la voz de Dios o que quiera resolver las cosas por sus propias fuerzas o que quede tan devastado por la realidad que no quiera saber nada y huya atemorizado. Más de una vez me pasa que cuando quiero profundizar en algunas revelaciones que está trayendo el Señor en estos tiempos, mi interlocutor (cristiano) trata de cambiar la conversación hacia temas más “agradables”.

Pues bien, recibir revelación sobre las estrategias de las tinieblas, las perversiones que están inspirando en las personas, no es fácil de soportar, especialmente para los que no venimos de esa realidad. Pero si no maduramos lo suficiente como para hacerlo, si no empezamos a recibir los niveles que conocimiento que el Espíritu quiere darnos, nunca seremos efectivos para la última y gran lucha. Las tinieblas están avanzando de una manera nunca antes vista, y muchos de los cristianos que conozco o bien están en una “fiesta” como intoxicados espiritualmente, o están tratando de mantenerse en su “mundo de revelación teológica” que funcionaba hasta hace algunas décadas atrás, o bien rebuscando en los escritores evangélicos y protestantes clásicos que bien sirvieron a su generación, ¡pero que no nacieron en esta!

La única forma de recibir adecuadamente la revelación de las profundidades de oscuridad que se están desatando precisamente ahora, sin la cual no podremos ser efectivos en combatir contra las tinieblas y arrebatar las almas (y probablemente tampoco mantener nuestra propia posición espiritual) es recibiendo una dosis mayor de revelación del Reino de Dios. A medida que más densa es la oscuridad y más vastas son las tinieblas, más potente tiene que ser la luz. Y la luz SIEMPRE, inevitablemente SIEMPRE, prevalece sobre la oscuridad.

Una actitud descuidad, de “curiosidad”, osada, de orgullo, nos va a llevar tarde o temprano a caer presa de las mismas tinieblas que decimos combatir, y ejemplos de ello hay muchos. La diferencia entre escuchar la voz del Espíritu y terminar escuchando “otra voz” parecida no es muy grande, de hecho es lo más común, pero cuando el discernimiento se nubla viene el engaño.

2 Corintios 2:11 RVC
11 no vaya a ser que Satanás se aproveche de nosotros, pues conocemos sus malignas intenciones.

Pablo pudo decir que conocía bien los ardides de Satanás. Hoy no podemos darnos el lujo de desconocerlos. Y aunque parezca un atrevimiento, creo que estos tiempos que están a la vuelta de la esquina serán de mayor oscuridad espiritual aún de los que le tocaron vivir a Pablo. ¡Señor, danos la actitud correcta de corazón para recibir tu revelación! ¡Señor, quita toda cobardía y temor de nosotros!



Danilo Sorti 




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