martes, 1 de agosto de 2017

81. Ministros de la vida diaria

2 Tesalonicenses 3:9 RVC
9 Y no es que no tuviéramos derecho de hacerlo, sino que quisimos darles un buen ejemplo a seguir.

En varias ocasiones Pablo se puso como ejemplo, tanto de la vida santa como de las cuestiones económicas cotidianas (que también tiene que ver con la santidad). Muchas veces, en vez de preocuparse por sus derechos dentro de la iglesia, prefirió ponerse él mismo en una posición más incómoda y esforzada a fin de servir de ejemplo. Pudiendo vivir de los hermanos, muchas veces trabajó con sus propias manos.

Esto tiene dos motivos; por un lado, no resultaba prudente sobreexigir a una congregación nueva con la carga de sostener a un obrero, por muchas razones. Por otro, y aquí viene el punto principal de lo que quiero decir: la gran mayoría de los cristianos NO VIVE de la obra, sino de sus trabajos seculares. ¿Qué ejemplo podrían tener ellos viendo a un líder que no trabaja? ¿Cómo podría el tal enseñarles más allá de las palabras?

Le debo a Edgardo Silvoso el haber entendido claramente estos conceptos; desde hace mucho tiempo el Espíritu le permitió desarrollar la enseñanza de Ministros de Mercado y eso resultó de mucha liberación para mí. Por supuesto que no voy a desarrollar todas sus enseñanzas aquí, pero para el que no conoce el concepto o no lo tiene bien claro, le recomiendo mucho que lea algunos de sus libros, y seguramente hay otros autores muy buenos que también hablan sobre el tema.

En definitiva: si la gran mayoría de los cristianos trabaja y tiene que pelear el día a día, algunos con más éxito, otros con menos y otros con “ninguno”, ¿puede un pastor que vive de la obra, especialmente cuando ya ha llegado a cierto nivel de seguridad y hace tiempo que dejó su trabajo secular, tener un mensaje y un ejemplo adecuado en esta área? Bueno, como poder sí puede y de hecho los hay, pero es difícil; requiere que el líder haga el ejercicio día a día de no olvidarse de esa realidad. En la práctica, muchos llegan a perder esa visión y sus mensajes terminan siendo bonitas declaraciones de la vida cristiana victoriosa, próspera y exitosa que se estrellan en la cara el lunes a la mañana cuando nos enfrentamos con los desafíos cotidianos.

Cuando uno no está viviendo una realidad es MUY DIFÍCIL hablar y enseñar sobre ella. Por otro lado, es muy probable que los hermanos que trabajan no “vean” a un líder cristiano que vive de la obra como ejemplo a seguir en el área laboral y sencillamente no escuchen sus enseñanzas (que pueden ser perfectamente válidas). Es decir, también hay un problema de percepción.

Pero el problema de fondo es que el servicio en el ámbito laboral, lo que Silvoso llama el Ministerio en el Mercado, normalmente es catalogado como “de segunda” dentro de la iglesia, lo verdaderamente importante es lo que hace el Ministro de Púlpito.

Lo cierto es que a lo largo de estos casi 2.000 años la obra del Reino de Dios fue llevada a cabo por la gente “común”, los que día a día tienen que enfrentar las mismas luchas, alegrías y tristezas que el resto de las personas, y PRECISAMENTE POR ESO es que pueden tener un mensaje y un testimonio con el que los inconversos pueden identificarse. Y esos cristianos también necesitan que les enseñe alguien que conozca y pase por las mismas luchas, alegrías y tristezas.

¿Entonces qué? ¿Deberíamos mandar a todos los ministros de púlpito a trabajar en lo (muy mal llamado) “secular”? Bueno, algunos decididamente sí; pero la realidad es que TODOS SON NECESARIOS. Cada uno, si está en el lugar donde Dios verdaderamente lo puso (y ese es otro tema…) tiene algo valioso y único para compartir con el Cuerpo. Y dentro de ellos, y al MISMO NIVEL están los ministros de mercado; también ellos deben tener su espacio el día domingo, porque hay algunas enseñanzas, testimonios y consejos de la vida práctica que solamente ellos tienen.

¡Señor, trae unidad a Tu Iglesia!

Danilo Sorti




Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprima aquí para enviarnos tu ofrenda.
🙏


No hay comentarios:

Publicar un comentario